Colaboraciones 2008 (The Bootleg Series Vol.6)

Lengua de serpiente

El pasado día ocho de febrero, Mariano Rajoy se deslizó como una peligrosa cascabel por el plató de la cadena Cuatro, se movió con agilidad sorprendente entre las comprometedoras preguntas que le arrojaba el gran Iñaki Gabilondo. No sé si todos los que visionamos esta entrevista nos quedamos con la misma sensación, pero quedó patente que el señor Rajoy tiene una calidad política más que notable.
Esta habilidad a la que me refiero no es otra que echar balones fuera, no salirse del temario previsto, esquivar con habilidad las cuestiones delicadas y no dar más información de la que estaba prevista en sus cábalas previas. Incluso se animó a lanzar algún que otro mordisco envenenado, sí, así es este señor, pone cara de no haber roto un plato y al mínimo despiste aprovecha para lanzar un rápido ataque. Como un animal salvaje ante el que no se puede bajar la guardia, es capaz de aprovechar el más mínimo despiste para arrojar sus colmillos.

Iñaki, otro animal, pero de la información, como la propia cadena proclama, intentó acorralar al presidente popular para sacar algo de información específica sobre temas concisos. Rajoy hizo lo que tenía planeado; no contestar concretamente a ninguno de los temas escabrosos y vaticinar el fin de España en caso de continuar por la senda marcada por los socialistas. Su discurso catastrofista no tiene otro fin que atemorizar al electorado o enervar a los seguidores más acérrimos, según este señor, estamos ante las puertas de la mayor regresión económica que se pueda recordar. Esto por supuesto no se debe a los mercados internacionales, sino al PSOE, que con un Solbes agotado, ha estado viviendo de la herencia popular. Desde su punto de vista, ZP no ha hecho más que tumbarse a la bartola mientras las arcas del Estado se vaciaban ante su inacción.

Otro asunto fuerte fue el proyecto popular de crear un Ministerio de la Familia, institución que estará basada en el modelo popular. Es decir, una familia tradicional y, a poder ser católica, romana y conservadora. En este modelo propuesto no entrarían los matrimonios homosexuales, ya que como Rajoy proclamó, no se trata de un verdadero matrimonio, ya que la definición de este término excluye la unión de dos personas del mismo sexo. Uno de los argumentos fuertes para defender sus posiciones, ésta incluida, es la de comparar nuestra política con la de los países vecinos. Es decir, si en Francia, Alemania y demás países occidentales no siguen este modelo, por qué vamos a ser nosotros los pioneros. Queda patente la falta de originalidad y de iniciativa del modelo popular, no se hace necesario avanzar, sino atrincherarse.

Tema aparte fue el de la regularización masiva de ilegales que se produjo durante este gobierno socialista, en opinión de los populares, esto ha ocasionado el bautizado como efecto llamada. Y qué es el efecto llamada, pues que cada uno de los setecientos mil legalizados ha llamado a algún amigo o familiar explicándole que en España por el simple hecho de esperar te regularizan de manera automática. Esto, en su opinión, ha creado que pasemos a tener un millón cien mil inmigrantes ilegales por las calles. La pregunta de Iñaki fue la siguiente: ¿Y qué haría usted con estas personas? Hasta cuatro veces lo preguntó, pero no encontró respuesta concisa. Así es la clase dirigente.

Otro asunto candente, sobre todo después de lucirse y poner en evidencia a su primo el físico, fue el del ecologismo. El PP plantará quinientos millones de árboles durante la próxima legislatura, es decir, en breve cambiaremos el desierto de Almería por una tupida selva. Ojala fuese así, aunque si hacemos un cálculo entre días de legislatura y árboles por plantar nos salen unos números increíbles. Considero que esta medida no se la creen ni ellos, pero en fin, habrá que esperar.

Hubo más asuntos, pero el juego continuó siendo el del despiste. Sí, señor Rajoy, no contestó usted a nada, sus vagas generalidades no me satisfacen. Hoy lunes le toca a Zapatero, veremos como se desenvuelve, ya que estaremos observándole.

Nacho Valdés ( Lunes Parlamentario)