martes, febrero 26, 2013

lunes, febrero 25, 2013

Mátote si me miras (4)

Marc Rock&Roller

En el ángulo muerto Vol. 181



Explicaciones


El señor Durán tomaba a sorbos su café, la taza humeaba cálida. En realidad, lo que hacía era dejar pasar el tiempo en un intento de encontrar las palabras que le permitiesen explicar de la mejor manera posible todo lo que había descubierto. Su cliente se mostraba nerviosa, estaba hundida en la butaca en la que se había sentado y miraba en todas direcciones sin acabar de creerse que estuviese en ese despacho hablando con ese hombre de aspecto tranquilo y reposado.
-          Como puede imaginar nos ha costado lo inimaginable dar con su marido, ha sido una investigación realmente complicada y enrevesada.
-          Me hago cargo –contestó Maribel con rudeza-, sus honorarios han sido realmente elevados.
-          Piense que mi agencia ha tenido que viajar por medio mundo y ya sabe cómo son estas cosas en el extranjero.
-          La verdad es que no sé nada de lo que me habla, hoy por hoy me siento una inútil que no ha sabido reconocer a la persona con la que había convivido los últimos años.
El investigador no respaldó lo que había escuchado, prefería no meterse en asuntos personales cuando trataba con la clientela.
-          Pues en la zona en la que se encontraba su marido todo funciona a golpe de talonario. Cada paso que se da es complicado y las instituciones, policía y funcionarios de esos países perdidos únicamente funcionan cuando ven algún billete. Esto, por supuesto, ha encarecido el servicio que le hemos prestado.
-          Siga, cómo consiguió dar con él –el hombre tragó saliva-. Supongo que no se tratará de algo sencillo.
-          Por un parte sí es sencillo aunque, como en todo, se necesita de cierta implicación y trabajo.
-          Dígame, qué es lo que puede llevar a alguien a desaparecer de esta manera. ¿También tiene explicación para esto?
-          La verdad es que no conozco a su marido…
-          Ex-marido –cortó Maribel bruscamente.
-          Es lo mismo, a su ex-marido -continuó el otro sin inmutarse-. No sé lo que ha podido llevar a Enrique a dar este cambio, no me gustaría realizar juicios de valor sin conocer toda la información. ¿Tenían ustedes un matrimonio estable o habían tenido alguna crisis en los últimos tiempos?
-          Pues como todo el mundo,  hemos pasado por altibajos pero se puede decir que siempre hemos estado bastante unidos aunque, a decir verdad, desde que tuvimos a los chavales cada uno comenzó a hacer su vida de manera autónoma.
-          En fin, es lo típico en un hombre de negocios. Supongo que los viajes y demás le obligarían a estar tiempo fuera de casa y eso siempre crea un distanciamiento.
-          Bueno, lo de hombre de negocios me parece demasiado generoso. ¿Sabía usted que las empresas de Enrique son una maldita ruina?
-          Sí, lo tengo presente pero no se crea que ha sido por una mala gestión.
-          Entonces a qué se debe, yo pensaba que vivíamos en la abundancia y que podríamos mantener este nivel de vida.
-          Su marido… –el señor Durán cortó el discurso abruptamente- mejor dicho, su ex-marido, realizó en los últimos dos años varios movimientos importantes de dinero que había conseguido sacar del país mediante métodos que, por llamarlos de alguna manera, no eran del todo claros.
-          ¿Me está diciendo que arruinó sus empresas a propósito?
-          Eso mismo.

La última revelación dejó a Maribel sumida en la incertidumbre, su cara daba a entender que algo en su interior se había roto y no llegaba a concebir cómo podía haberse visto envuelta en la situación que se le había presentado. El señor Durán se levantó hasta la máquina de café, miró por la ventana el sol descendiendo y comprendió en seguida que esa jornada se haría larga y cansada.

viernes, febrero 22, 2013

Out the air



A las chicas mala que no rezan a los dioses
las que apagaron cigarros en nuestros corazones
con una guitarra entre las manos
A las que buscaron una redención en directo
y off the record.
A todo mi imaginario roquero femenino
a PJ Harvey y su desbordante sexualidad
encima de un escenario

 


Buen fin de semana

Recomendaciones Eléctricas

Hoy se estrena en unos pocos cines de Valencia. Recomiendo no perdérsela. En los años 60, un músico fue descubierto en un bar de Detroit por dos productores enamorados de sus melodías y sus letras conmovedoras. Grabaron un álbum que ellos creían que iba a situar al artista como uno de los grandes de su generación. Sin embargo, el éxito nunca llegó. De hecho, el cantante desapareció en medio de rumores sobre su suicidio encima del escenario. Mientras la figura del artista se perdía en el olvido, una grabación pirata encontrada en la Sudáfrica del apartheid se fue convirtiendo en un fenómeno.Dos fans sudafricanos se empeñan ahora en averiguar qué pasó realmente con su héroe. Su investigación los ha llevado hasta una historia extraordinaria, hasta el mito de 'Rodríguez'. Esta es una película sobre la esperanza, la inspiración y el poder de la música.

jueves, febrero 21, 2013

Werther vive en mi

…caminar el estrecho sendero pavimentado de palabras hasta uno mismo y después volver con la tragedia del papel en blanco. Intentar que las musas se sonrojen y muestren sus brillos eléctricos a los ojos curiosos. Cuidar el pasado como el pelo de una gata persa, redefinir el futuro cada mañana al igual que un pájaro que vuela con el aire en contra. Esa era la agenda de tareas que barajaba aquella mañana de marzo mientras esperaba un simple giro del destino. Estaba sentado sobre un montón de nada sosteniendo en una mano la madrugada del lunes y en la otra el verano en la costa. Soñaba con los ojos abiertos por las manos expertas de un cirujano. Me decía: ese tren es el correcto, esa vía es de escape… pero al final las mismas cartas que repartía son las que me devolvía el destino. Qué extraño juego este de enfrentarse a uno mismo sin ánimo de revancha, sin ganas de pasar página, sin el estigma de los chicos frágiles de cuerpos celestes. Observaba la estación llena de maletas sin dueño, de asientos llenos ocupados de vacío, de conversaciones sordas y cafés fríos. Pensé en todos esos viajes, que a cierta hora de la noche, todo el mundo emprende. Dejen sus almas en el vagón escoba gritaban por los altavoces voces muertas como risas enlatadas. La mía estaba limpia y con doble capa de pintura. Me había asegurado de empezar el viaje con el molde del amor preparado para su entrega. Se apagaron las luces y los trenes empezaron su marcha fúnebre.. La noche llegó por fin, y con ella un huracán de canciones nuevas.

miércoles, febrero 20, 2013

Ordinaria Polaroid

Esperando Mavericks* Mavericks:Una de olas mas descomunales del planeta y en la que cada año, cuando llegan a la costa californiana, pierden la vida varios surfistas intentando cabalgar sobre ellas.

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (70)

Hoy nos visita uno de esos muchos cantautores desconocidos para la mayoría del público. Excelente letrista que fusiona rock, pop, reggae, rumba y country. Tiene tres discos en el mercado y la canción de hoy pertenece a su último disco editado en el 2011.

martes, febrero 19, 2013

Ordinaria polaroid

Palabras usadas y atemporales


Palabras Usadas

La diva del country-rock Lucinda Williams, que visitará España el próximo junio, se atreve a versionear a los ACDC y su Its a long way to the top, tema de la primera etapa interpretado por el carismático Bonn Scott. Duelo de titanes en el que cada cual ofrece su particular interpretación; disfruten de esta entrega.




lunes, febrero 18, 2013

En el ángulo muerto Vol. 180



En proceso


Sobre la mesa del despacho se desplegaban  fotos y documentos que, en apariencia, demostraban que su marido continuaba con vida. Era algo increíble, algo que no había podido llegar a entender cuando el ex-inspector de policía, el señor Durán, se lo hizo patente con todos los legajos que había acumulado. Maribel se mantenía incrédula, no entraba en su esquema de creencias que pudiese haber sido víctima de una traición tan rastrera como la que parecía haber sufrido. Que ella supiese, Enrique no era así pero, por lo visto, se trataba de una persona mucho más complicada de lo que pensaba.
-          Mire estas fotos, son recientes. Las tomamos la semana pasada en Singapur –el hombre hizo una pausa para que la mujer se recompusiese después de la revelación-, como puede comprobar se le ve perfectamente.

Maribel no daba crédito, alguien muy parecido a Enrique parecía caminar despreocupado por una abarrotada calle poblada de gente oriental. Por añadidura, de su brazo colgaba una jovencita que no aparentaba tener más de veinte años y que mostraba una actitud risueña y sugerente. Las fotografías podían pasarse a cierta velocidad y daban sensación de movimiento ofreciendo una idea de la complicidad que existía entre las dos personas. Sin embargo algo fallaba, no llegaba a creerse que eso fuese posible, que algo así le estuviese pasando.

-          No es posible, este no es mi marido. Enrique está muerto –la mujer ahogo un sollozo-, no puede ser verdad.
El señor Durán le dedicó una mirada compasiva, ya eran muchos años en el oficio y no eran pocas las ocasiones en las que había sido testigo de situaciones como la que estaba notificando.
-          Lo mejor es que se tome unos días para procesar todo lo que está sucediendo y después venga a verme.
-          Pero, es que no puedo creérmelo –Maribel, haciendo gala de un acusado pundonor ya se había repuesto-, cómo es posible que nos haya dejado abandonados fingiendo su propia muerte. Es algo increíble que  deje a su familia y sus dos hijos abandonados a su suerte.
-          Bueno, por lo que me ha contado usted figura como heredera universal y tiene acceso a la gestión de las empresas que dejó en activo.
-          Estamos en bancarrota… lo más probable es que si esto sigue así acabemos en la calle.
-          Seguro que pueden salir adelante –el investigador se expresó sin convicción, dejándose llevar por los convencionalismos que solían utilizarse en ese tipo de situaciones-, algo habrá que pueda hacer para remontar esta mala racha.
-          Lo único que puedo hacer es fingir mi propia muerte y esquivar a los acreedores –repuso sin atisbo de ironía-. De todas formas, este asunto no me cuadra. La persona que han fotografiado tiene un aire a Enrique pero algo en esa persona es diferente… no sé, algo no me cuadra.
-          Probablemente su marido se haya operado –el señor Durán no pretendía herir la sensibilidad de su cliente pero, desde su punto de vista, el cambio crucial se encontraba en la liberación que su presa consideraba haber alcanzado-, suele ser algo cotidiano en este tipo de casos. Cuando alguien quiere desaparecer suele cambiar de aspecto, de hábitos… en fin, incluso de país como ha podido usted comprobar.
-          Necesito que me explique todo, necesito comprender qué es lo que ha sucedido para que me vea metida en algo como esto.
-          No se preocupe, tenemos tiempo de discutir sobre este asunto. ¿Quiere usted un café?
-          No, gracias –respondió Maribel-. Preferiría no ponerme más nerviosa.
-          Como desee –repuso el otro.

El ex-policía se levantó con parsimonia y se acercó hasta la máquina de café, esos movimientos medidos y cautelosos indicaban que estaba pensando cómo poner en claro el caso que le había tocado investigar.

Nacho Valdés

viernes, febrero 15, 2013

Out the Air



Para este viernes contamos con  un maestro de maestros de la guitarra que estrena nuevo disco,  A Perfect Circle. El talento valenciano Frank Crespo muestra sus habilidades a la acústica en un alarde de técnica y composición que no defraudará ni a iniciados ni a profanos en el mundo de las seis cuerdas.
Disfruten del fin de semana.




miércoles, febrero 13, 2013

Delaletra

Biografía oral del gran Quique González de la mano de Eduardo Izquierdo, uno de los cronistas españoles más instruídos en la figura de Bob Dylan. El libro recoge opiniones en torno a la figura del músico para hablar de toda su carrera: desde el jovial y roquero "Personal" hasta el cuidado y trabajado "Daiquiri Blues" Entre medias de eso encontramos al propio Quique contándonos de primera mano sus problemas con las discográficas y su contínuo desmarque de etiquetas y movimientos. Leiva, Carlos Raya, Toni Jurado, Enrique Bunbury, Miguel Rios, Jose Ignacio Lapido (que además escribe un estupendo prólogo) circulan por este libro de conversaciones de bar y de barrio. Nada nuevo revela a los seguidores de González, salvo alguna anécdota suelta como esa en la que la compañía regaló por error más de 200 copias del disco nuevo del músico a las puertas de un concierto pensando que era un cd promocional de solo 6 temas. Muchos golpes se ha dado el bueno de Quique en su carrera hacia la independecia artística y profesional. Una buena lectura complementaria a su música, que no olvidemos es lo más importante de todo.

lunes, febrero 11, 2013

En el ángulo muerto Vol. 179



Normalidad


Por la mañana, a pesar de haberme acostado tarde, me levanté temprano como suelo hacer de manera habitual. Finalmente, después contactar con mis compañeros de la red, conseguí dejar de lado el extraño día que había experimentado y del que a final de la jornada llegué incluso a dudar. De lo que no había ninguna duda era de las manchas en mi ropa, los moratones en mis piernas y el espeluznante recuerdo que me hacía estremecerme cada vez que me venía a la cabeza la amarga sensación de sentirme observado por un multitud pues, más allá de cualquier consideración, fue esa vigilancia lo que me sometió a una mayor presión.
Sin embargo, de alguna manera algo cambió en mí tras la jornada aciaga que había tenido que remontar. De hecho, reuní valor suficiente como para contactar en un chat privado con Princesa élfica para declararle mi amor incondicional y mis ganas de vernos tras terminar mi jornada laboral.  Debió ser por mi recién conquistado aplomo pero no fue capaz de negarse a la oferta y conseguí cerrar la cita antes de irme a dormir. Sin apagar la luz me asomé por la ventana y mi calle aparentó tranquilidad, la multitud que se había agolpado en mi portal parecía haber desaparecido y no se veía ni un alma. Eso me tranquilizó un poco a pesar de estar un tanto nervioso por el encuentro que tendría al día siguiente. No sé el porqué pero, independientemente de todo lo que había pasado, logré conciliar el sueño con rapidez.
El despertador sonó de madrugada, me desperecé y después de desayunar y asearme salí al trabajo. Tomé la precaución de mirar a la calle antes de salir al exterior, todo parecía tranquilo y enfilé el camino hacia el metro embozado en mi abrigo para evitar  miradas indiscretas que pudiesen despertar la fiebre del día anterior. Íbamos yo y mi música, solo escuchaba las apacibles baladas de Kiss Fm que me recordaban que por fin había sido capaz de hablar con Princesa élfica. Como era normal, el metro estaba tranquilo a esas horas, únicamente un vigilante de seguridad apareció al fondo del andén y no pareció reparar en mí. Yo, por si acaso, evite cualquier contacto visual y esa táctica pareció funcionar. Sin embargo, tuve la mala suerte de entrar en un vagón en el que un hombre de mediana edad leía un diario gratuito camino de su jornada laboral. Antes de que pudiese salir ya se habían cerrado las puertas e, independientemente de que me acomodé en el lugar más alejado del individuo, el tipo levantó la vista de la prensa y se quedó inmediatamente prendado de mí. Fue inmediato, perdió su expresividad, dejó lo que estaba haciendo y se acercó hacia mí con paso lento pero decidido. Como no podía ir a ningún lado me quedé estático esperando a ver qué sucedía y, para mi sorpresa, no sucedió absolutamente nada. El hombre no hizo nada más que quedarse de pie, observarme con detenimiento y evitar caerse con los movimientos del convoy. Cuando llegamos a mi parada, tal y como había sucedido el día anterior, el hombre me siguió a una distancia prudencial sin importunarme aunque sin quitarme la vista de encima.
Pasé la mañana con ese moscardón a mis espaldas, no necesitaba darme la vuelta para saber que estaba ahí pues notaba su presencia cercana a mis espaldas. Me concentré en pasar datos y más datos mientras me imaginaba el encuentro con mi amor, no quería perder tiempo en distracciones superfluas. Al levantarme de mi puesto y darme la vuelta, una multitud había vuelto a reunirse a mi alrededor para fijarse en mí con ojos vacíos. Me daba igual, estaba por encima de la situación y me resultaba incluso repetitiva, hice caso omiso a la aglomeración y me fui decidido al encuentro  con mi ciberamiga. Para cuando llegué al lugar que habíamos acordado, una marabunta me seguía a escasos metros pero, más allá de esa anécdota, me preocupaba cómo se lo tomaría mi cita. Resultó ser una chica de lo más atractiva, por lo menos desde mi punto de vista, además de comprensiva pues ni tan siquiera hizo alusión a todos los mirones que se mantenían vigilantes al otro lado del escaparate de la cafetería en la que compartíamos un helado y hablábamos de juegos de rol. No sé si no trató el asunto por no importunarme o si realmente le daba exactamente igual, el caso es que después de esa tarde que compartimos me fui con la esperanza de no volver a separarme de ella.
 Nacho Valdés