martes, abril 30, 2013

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA

No voy a contar nada de este ARTISTA que no se sepa ya. Desde que se estrenara el documental sobre su vida son innumerables los artículos que se han escrito sobre su increible historía. Solo comentaré que la canción "I Wonder" es la que abría sus conciertos en Sudáfrica y que me vuelve loco esa línea del bajo. Dedicada a Nacho que por fín ha visto el documental.

Ordinaria Polaroid

Dictadura natural


lunes, abril 29, 2013

En el ángulo muerto Vol. 188



Muerto en vida


Todo el pueblo hubiese garantizado que al alba la villa amanecería con un vecino menos. Sin embargo, y contra todo pronóstico, Domenico hizo el recorrido habitual para abrir su tienda sin que nadie le descerrajase un disparo. Su mujer había intentado que se quedase en casa, que huyesen juntos y llegó a arrancarse los cabellos y llorar desconsolada para lograr que su marido no se enfrentase a su destino. El  carnicero no atendió a razones, simplemente salió por la puerta después de besar a su esposa como hacía todas las mañanas. La gente que le vio andando con esa apariencia tranquila y reposada llegó a considerar que había perdido el juicio.
Pasó todo el día solo, nadie se acercó a su negocio, ni sus amigos más íntimos reunieron el valor suficiente para visitarle. Sus familiares cercanos no se dignaron a dirigirle unas palabras de aliento, el miedo sobrevolaba la zona y había provocado la más terrible de las incomunicaciones. Domenico sabía que eso sucedería, no contaba con nadie por lo que tampoco se alteró demasiado con lo que le estaba sucediendo, parecía resignado a su final. Aún así, consideró seguir con su rutina y tras acabar con su interminable jornada en soledad, se acercó a la cantina en la que siempre recalaba a tomar un vino para hablar con sus convecinos. Al atravesar la puerta se hizo el silencio, nadie quiso conversar con él pero se tomó su bebida tranquilamente en una esquina de la barra mientras clavaba su mirada en los presentes. Había despertado la vergüenza entre los suyos, había conseguido provocar que bajasen la vista a su paso pues la superioridad moral de la que hacía gala resultaba intimidante para las personas mediocres paralizadas por el terror. Se fue sin despedirse, simplemente se detuvo bajo el umbral un segundo para volver a recorrer el local con aire melancólico. Cuando desapareció camino de su casa escuchó el chirriar oxidado del cierre metálico de la taberna.
Giordano también había salido esa madrugada armado con una escopeta de caza a la que le había recortado los cañones, el dolor de la mano le impedía apuntar y había decidido acabar con Domenico. No había otra salida que vengar la sangre con más sangre, era algo a lo que le obligaba el primitivo honor que imperaba en la región. Había salido temprano, cuando sabía que el  otro iba a trabajar, le interceptaría en la plaza para que sirviese de escarmiento al resto de vecinos que quizás pensasen que un simple carnicero era capaz de atemorizarle con un cuchillo mohoso. Estaba escondido tras una de las columnas, cuando pasase Domenico descargaría los dos cañones para garantizar el tiro y, si el otro sobrevivía, terminaría con la navaja el trabajo. Llegó a su encuentro Cesare, otro de los trabajadores de Tommaso, a Giordano no le gustó verle tan temprano en el lugar en el que quería acabar con la vida del que le había mutilado. No se anduvo por las ramas y le dijo sin rodeos que Tommaso no autorizaba el asesinato de Domenico y, de hecho, le llamaba  a su presencia para que le explicase los motivos que le habían llevado a tomarse la justicia por su mano sin consultarle. Giordano hubiese deseado descargar su arma contra su compañero en ese mismo instante pero se contuvo, apretó con fuerza la mandíbula y bajó la escopeta.
Giordano sabía dónde dirigirse después de que el otro desapareciese de manera tan sigilosa como había aparecido, Tommaso le esperaba en la terraza de su villa disfrutando de la salida del sol y de un café recién hecho que desprendía su aroma desde la lejanía. El sicario no sabía qué esperar de esa reunión, era conocedor de que su suerte podría cambiar en un instante pero se enfrentó decidido a su destino. Sin embargo, lejos de lo que esperaba, el viejo patriarca fue condescendiente con él e incluso le invitó a tomar café a su lado mientras la explicaba la confianza que tenía en su persona y lo mucho que esperaba para el futuro con su colaboración. Lo único que le pidió fue paciencia, que dejase que la situación arrastrase a Domenico hasta ellos. Por último, tras posar su mano en su hombro con un deje paternalista, le pidió que descansase y que diese espacio para que la venganza se concretase, solo necesitaban esperar.

 Nacho Valdés

viernes, abril 26, 2013

Out the Air

Hoy comenzamos el viernes con una remezcla de The Prodigy, seguro que convence a los escépticos.
Buen fin de semana.


miércoles, abril 24, 2013

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (76)

Quique continúa presentando por la piel de toro su nuevo disco "Delantera Mítica". Me gustaría haber puesto un video de su concierto de Valencia pero lo que he encontrado por internet tiene una calidad pésima. El video de hoy recoge su actuación en Bilbao donde sonó 39 grados, canción perteneciente a su álbum "Salitre" y la cual hacía mucho tiempo que no sonaba en sus directos. Dedicada a My Bro.

martes, abril 23, 2013

Palabras Usadas

Hoy Palabras Usadas viene más fuerte que nunca, disfruten de la belleza y buen hacer de Jess Greenberg enfrentándose a los White Stripes.
A pasar un buen día.




lunes, abril 22, 2013

En el ángulo muerto Vol. 187



Negocios lícitos


La población no recuperó el pulso hasta que pasó un tiempo considerable, la vida parecía haberse apagado repentinamente y las calles dejaron de bullir de actividad comercial y gente paseando. Existía un profundo temor e incluso hubo familias enteras que abandonaron la región aunque, como es habitual en este tipo de situaciones, siempre había alguno dispuesto a ocupar el espacio que quedaba vacante.
Tommaso seguía haciendo valer su ley, recibía ingresos de todos los negocios y transacciones que se producían y si alguien intentaba evitar el pago era duramente reprimido. Uno de estos era Domenico, se había levantado contra la situación de manera silenciosa, ni tan siquiera lo había comentado con su mujer ni con su hijo que trabajaba con él. Simplemente se negó a pagar, todos los días acudía a su carnicería, despedazaba las reses que llegaban y despachaba intentando prosperar en esa zona rural. Nadie parecía reparar en él y, de hecho, era una persona respetada que siempre era bien recibida en la tertulia de la cantina. Fue de los pocos que continuó acudiendo a tomar un vino después de la jornada laboral tras los aciagos acontecimientos que se habían producido. Sabía que su suerte no podía durar demasiado y que en cuanto se tranquilizase el ambiente volverían a reclamarle el fruto de su esfuerzo, aún así no tenía miedo, tenía la extraña convicción de que su modo de vida humilde y honrado le conduciría de manera natural a alguna solución en la que no se incluyese la violencia.
Sin embargo, Taormina se había convertido en un lugar ajeno a la justicia que Domenico consideraba universal. El día en que apareció Giordano por la puerta tuvo claro que tendría que hacer frente a la realidad que venía fraguándose desde tiempo atrás. El sicario, que había alcanzado cierto estatus tras recibir uno de los disparos que iban dedicados a Tommaso, esperó pacientemente hasta que el negocio se vació y cerró la puerta a su paso con el pestillo. El carnicero hizo caso omiso a la provocación y, después de dejar la macheta y lo que estaba haciendo, salió del mostrador y volvió a abrir su tienda. Aunque solo habían transcurrido escasos minutos, la mitad del pueblo ya sabía que se trataba de una persona más muerta que viva y las calles habían comenzado a vaciarse ante la posibilidad de recibir una bala perdida. Giordano, que en ese instante vio como su autoridad era socavada de manera fragrante, se acercó  a la caja registradora y abriéndola con violencia comenzó a llenar sus bolsillos con la escasa recaudación que se había conseguido durante la jornada. Ese fue el día en el que recibió su apodo del Tres dedos, cuando quiso darse la vuelta para amenazar a Domenico la macheta de éste ya volaba desde el cordero que despedazaba hasta la mano que el intruso había apoyado en el tablero que hacía las veces de mostrador. El meñique y el anular se quedaron sobre la madera y así la mano de Giordano quedó mutilada para siempre. Comentan que el carnicero tenía una habilidad especial con sus cuchillos y que nunca erraba un golpe por lo que se consideraba que fue magnánimo al dejarle la extremidad utilizable, otros comentaron que simplemente se trató de un error de cálculo por la tensión que estaba produciéndose. Más allá de cualquier consideración, la realidad es que el intruso fue expulsado a empellones mientras sus dedos reposaban en la tienda del carnicero.
Como si nada hubiese sucedido, Domenico echó los restos humanos con los desechos de casquería y continuó trabajando con normalidad. El otro salió maldiciendo y procurando frenar la hemorragia mientras soltaba amenazas y exabruptos que hicieron temblar a todos salvo al carnicero que se mantenía ocupado preparando la carne para el siguiente cliente. Nadie en  Taormina dio una lira por su vida, todos sabían que era un cadáver animado pero, sin embargo, aunque todos le conocían, nadie hizo nada por evitar el triste final que sabían que se avecinaba. Se limitaron a cerrar sus puertas y a mirar por la ventana mientras la macheta caía una y otra vez sobre las piezas que preparaba para vender.

 Nacho Valdés

viernes, abril 19, 2013

Out the air

Para comenzar el fin de semana con buen sabor de boca un poco de Blues-rock setentero de mano de los Black Crowes.
A disfrutar.


miércoles, abril 17, 2013

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (75)

Con claras influencias de los Beatles y los Kinks hoy vista la disquería eléctrica los italianos RADIO DAYS, los cuales acaban de editar un álbum repleto de beat, rock and roll y power-pop. El 2 de mayo estarán en el Loco Club.

Delaletra



El Duque Blanco


Un artista como David Bowie que ha pasado por innumerables transformaciones, géneros musicales y que ha conseguido mantenerse en la vanguardia musical durante más de veinticinco años necesitaba de una biografía como la que ha elaborado Paul Trynka para poner en claro la unión entre la vida y el proceso creativo de este artista singular.
Con un estilo claro y una narración que ahonda en la personalidad del inglés, consigue ir más allá de la mera recopilación anecdótica para dibujar un perfil psicológico que va creciendo según avanza la lectura y que permite comprender cómo un joven escuálido y con un talento por domar se propuso llegar a lo más alto de la creación artística para acabar por ganar un prestigio y respeto que pocos imaginaron que conseguiría amasar.
La obra, que contiene innumerables testimonios del entorno de Bowie, está lejos de ser un trabajo solo accesible para forofos y los avatares del cantante están en disposición de encandilar a todos los lectores. Además, gran parte de su vida está unida a la de Iggy Pop pues junto al americano vivió una de las etapas más creativas y productivas de su trayectoria profesional que concluyó con la trilogía de Berlín con la que tocó la cota más alta de su recorrido.
En definitiva, una obra concluyente para entender el crecimiento psicológico y profesional de uno de los personajes más grandes de la historia de la música contemporánea.

lunes, abril 15, 2013

En el ángulo muerto Vol. 186



Uno de tantos


La villa de Taormina acabó por convertirse en un sitio excepcional aunque, para servir de referencia, tal y como acabó siendo para todos aquellos que escuchaban su nombre, se tuvo que pasar por la muerte de Domenico.
Taormina siempre había sido un lugar tranquilo, un sitio apacible donde vivir sin demasiadas preocupaciones. Cada cual se dedicaba a lo suyo y todos los habitantes se conocían, era una especie de comuna que, con el tiempo, fue creciendo hasta atraer el dinero que se producía gracias a que se trataba de una zona ganadera. Los negocios familiares se convirtieron en pequeñas empresas que, haciendo gala de pragmatismo, se unieron en cooperativas para ofrecer sus servicios a la demanda que se reclamaba desde las ciudades. Como siempre pasa con la riqueza, ésta atrajo a gente y entre los recién llegados había de todo, como es normal y puede imaginarse. Incluso, entre las propias familias de la región asomó una nueva forma de hacer negocios: la protección.
El asunto resultaba sencillo, los comerciantes locales debían contratar los servicios de protección pues, en caso contrario, el local o los intereses del susodicho sufrían complicaciones. A uno le quemaron la furgoneta, otro vio como las lunas de su negocio aparecían rotas todas las mañanas y así hasta que la violencia se materializó en varias caras destrozadas y huesos rotos. El resultado de todo este mercadeo fue que Tommaso, uno de los caciques locales, se hizo con todas las contratas de protección y con un pequeño ejército de secuaces que, además de rodearle a todas horas, cumplía sus órdenes a rajatabla. Por supuesto, los damnificados resultaron ser los pobladores de la villa que pasaron de una apacible y tranquila vida a una vorágine de dinero y problemas con los que no contaban.
Pasado un tiempo Tommaso acabó por pasearse por la avenida principal pavoneándose y recibiendo los parabienes de las gentes de la zona que acabaron por vivir atemorizadas. Aún así, alguien decidió pasar a la acción y un buen día Tommaso fue el destinatario de cinco disparos que no llegaron ni a rozarle aunque, los dos sicarios con los que paseaba en ese momento, sí que recibieron los impactos de las balas que en principio iban destinados para el otro. Uno, del que no se recuerda ni el nombre, no llegó al hospital; Giordano, que era el otro, comenzó a fraguar en ese momento su pequeña leyenda que le llevaría finalmente a recibir el sobrenombre del Tres  dedos aunque, hasta ese momento, simplemente recibió un disparo en el brazo que superó con un breve período de reposo. Para que se quedase con su apodo del Tres dedos tendrían que suceder unas cuantas cosas más pero, sobre todo, lo que tendría que acontecer es que se cruzase con Domenico. Por supuesto el incidente no podía pasar desapercibido para Tommaso y, a los pocos días, independientemente de que el agresor huyese a la carrera después de disparar, tres chicos del pueblo aparecieron colgados en el puente que cruzaba el río.
Como nunca había pasado nada parecido la gente lloró durante varios días pero, sobre todo, lo que acabó por inundar la región fue el terror que atenazó a los pacíficos trabajadores que hasta ese momento habían llevado una existencia más o menos apacible. Tommaso, en un alarde cinismo, acudió al sepelio y aunque todos sabían que él era el que estaba detrás  de esos terribles asesinatos, nadie dijo nada. Incluso las madres de esos jóvenes tuvieron que aguantar que el ejecutor de sus vástagos acudiese a darles el pésame con aire compungido.
No obstante alguien no estaba conforme, en la última fila de los bancos de la iglesia estaba sentado Domenico atravesando con su mirada al supuesto cerebro de los asesinatos. Su mujer, que le conocía, le dio un codazo para que dejase lo que ella sabía que le estaba rondando por la cabeza. Domenico miró para otro lado pero su mente siguió bullendo sin que su esposa pudiese hacer nada para evitarlo.

Nacho Valdés


viernes, abril 12, 2013

Out the air

Los Arizona Baby, fieles a su estilo, amenizan este viernes primaveral con uno de los mejores cortes de su último trabajo The Truth, the whole truth and nothing but the Truth.
Disfruten del fin de semana.

jueves, abril 11, 2013

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (74)

Ante la inminente llegada a nuestros oidos de "La Huesuda", repasamos la carrera del dandy del rock en español.

miércoles, abril 10, 2013

martes, abril 09, 2013

Palabras Usadas

Para este martes de retorno un poco de rockabilly de pura cepa y sin aditivos. Disfruten con  música de este largo día.




lunes, abril 08, 2013

En el ángulo muerto Vol. 185



Más allá de cualquier consideración

El señor Durán estaba deseando que su cliente saliese de su despacho, había roto la barrera de la profesionalidad y no sabía a dónde le conduciría el giro que estaba produciéndose en los acontecimientos. Por su parte, Maribel esperaba respuesta para la pregunta que había lanzado.
-          Bueno, será mejor que acordemos la forma de pago y ya me contará si quiere que sigamos indagando sobre este tema.
-          ¿No podríamos arreglarlo de otra manera?

La insinuación había dado paso a una declaración de intenciones diáfana y sin dobleces, el ex-policía no quería mezclarse con asuntos ajenos que pudiesen enturbiar su carrera. Se levantó con ímpetu e intentó esquivar a Maribel que se había plantado a su lado, al ver que no se movía espero unos instantes que aprovechó la mujer para acercarse descaradamente al investigador.
-          Yo creo –dijo ella- que con un poco de voluntad podemos arreglar este asunto de forma satisfactoria para los dos. ¿No le parece?
La mano de Maribel se había posado en el pecho del señor Durán y descendía lentamente aunque con determinación hacia su entrepierna, éste la apartó con delicadeza aunque determinado a no dejarse doblegar.
-          Únicamente se me ocurre una forma de arreglar esto, págueme el dinero que me debe y si quiere algún otro servicio no tiene más que pedírmelo.
-          Es la primera vez que me rechazan así –dijo la cliente sorprendida mientras se abrochaba el último botón de su blusa-, creo que está cometiendo un error y cuando quiera reconsiderarlo no habrá marcha atrás.
-          Me hago cargo, ¿cómo prefiere pagar? ¿Efectivo?
-          Todavía no he terminado… -la mujer hizo una pausa- me gustaría seguir teniéndole contratado aunque de manera discreta.
-          La discreción es lo caracteriza a mi organización, ¿qué es lo que desea?
-          Es un asunto delicado aunque, visto lo visto, no sé si querrá aceptar el encargo.
-          Será mejor que me lo aclare y así podremos determinar si podemos prestarle el servicio que demanda.
Maribel volvió a la butaca que ocupaba en un principio, se sentó y adquirió una pose formal que se alejaba de la actitud díscola que había mantenido en la primera parte de la reunión. El señor Durán creía intuir lo que la mujer quería pero esperaba escucharlo de esos labios cubiertos de carmín rojo.
-          Por lo que hemos hablado parece que usted sabe mucho sobre estos temas.
-          Bueno, llevo muchos años en el negocio. ¿Qué es lo que necesita?
-          Necesito de sus contactos.
-          ¿Con qué fin?
-          Quiero que alguien acabe con Enrique.
-          ¿Está diciendo que quiere que asesinemos a su marido?
La mujer valoró que acababa de tocar fondo, imaginó que la siguiente parada del periplo que había emprendido le llevaría a la comisaría y a declarar en relación a sus intenciones homicidas. Intentó escrutar la expresión del hombre que tenía delante para determinar su reacción pero no le fue posible, pues se mantuvo impasible durante unos segundos sin pronunciarse hasta que dijo: - Está bien, todo depende de lo que esté dispuesta a pagar.
En ese instante Maribel sonrió y se relajó por completo,  solo tendría que reunir el dinero suficiente para fulminar al gusano que le había arruinado la vida. Consideró que, independientemente del precio, era algo que merecía la pena.

Nacho Valdés