miércoles, abril 20, 2011

Delaletra







Pequeños grandes escritos

Existen obras literarias que justifican el seguimiento de toda la producción posterior de un autor, uno de las novelas que más me llegaron en el momento de leerla es la de La presa de Kenzaburo Oé. Conocía a este autor de oídas, sabía que había sido premio Nobel y poco más, aparte de que era japonés, tenía en conocimiento sobre este novelista, ensayista y poeta. El caso es que hace unos cuantos cumpleaños me regalaron La presa, segunda obra de Oé y escrita cuando éste contaba con unos veinticinco años. Se trata de una novela corta que narra, desde el punto de vista de los niños de una remota aldea japonesa, los avatares de la población cuando un avión americano es derribado y un soldado negro capturado. Resulta increíble la sencillez con la que Kenzaburo relata la situación aprovechando que la perspectiva es pueril y como nos hace entrar, de manera inocua, en el choque cultural que produce en unos aldeanos encontrarse con un enorme americano de color negro. La espera, hasta que la administración japonesa llega a la remota zona, irá subiendo en intensidad hasta que todo explote un final inesperado del que nada puedo revelar.
Parece ser que el mundo rural y la visión infantil son recursos utilizados habitualmente por este genio japonés, el resto de obras que he leído de él siempre remiten a estos estilos de vida ya prácticamente olvidados y a la juventud del autor. Pero, esto último, es otra historia que me reservo para próximas entregas.


Nacho Valdés

martes, abril 19, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (11)



Una de las ventajas del Spotify es que a veces llegas a artistas, que aunque has oído hablar de ellos, nunca les has prestado la más mínima atención. Y así, buscando y buscando, llegue a la delicada y frágil Vanessa Paradis. La chica ha sido modelo para Chanel, novia de Lenny Kravitz, cantante, actriz y mujer de Jack Sparrow, también conocido como Johnny Deep.
Y si bien, tras una escucha de varios de sus discos, no aporta mucho a la escena musical, si que merece la pena detenerse en la versión que hace del “Walk on the wild side” de Lou Reed.

(Youtube no me deja compartir el enlace, asi que teneis que verlo a traves del vinculo)
http://youtu.be/xIQ2veKOIxI

lunes, abril 18, 2011

En el ángulo muerto Vol. 99




En ascensión

La comunidad no volvió a ningunear a don Cecilio, al menos en público. O eso era lo que parecía, pues ya se sabe que en los pueblos el éxito siempre va unido a la envidia y la enemistad. Pero, aunque la historia cotidiana nos ha enseñado que es eso lo que suele pasar, no se puede afirmar que don Cecilio sufriese en sus carnes tal generalización. De hecho, y esto puede suponer la excepción a la regla, se puede afirmar que su peso en Cerezo del Río comenzó a crecer tras el sermón que había dirigido a su rebaño durante la celebración del santo oficio. Incluso, seguramente por su filiación con nuestras Iglesia católica y romana, se comenzó a comparar dicho acontecimiento con el sermón de la montaña en el que nuestro señor Jesucristo sentó, o al menos eso dice el dogma eclesiástico, las bases de nuestra religión. Pero esto es otra historia y, por supuesto, no deseo caer en herejías. El caso, y esto es lo que nos preocupa, es que don Cecilio se había hecho un hueco y comenzó a ser respetado. Y esto es algo por lo que a los de pueblo siempre se nos gana; por la capacidad de uso de la palabra puesto que por las latitudes en las que había llegado este párroco no estaban habituados a una utilización tan ducha del lenguaje.
Así es como nuestro cura comenzó su carrera fulgurante en la comarca, mediante el verbo que tan bien utilizaba. La gente, que había recibido la lección de humildad colectiva durante la homilía, tras tamaño acontecimiento se acercaba al cura a pedir consejo o a ganárselo con productos de la zona que todos los habitantes producían en sus pequeñas explotaciones. La opinión general había cambiado radicalmente y la lectura que se hacía era que si alguien era capaz de hablar de esa manera estaba claro que debía de tratarse de un personaje sumamente inteligente y no se puede decir que la zona estuviese cuajada de los tan necesitados intelectuales pues, como todo el mundo sabe, de todo tiene que haber en la viña del Señor y tan necesarios son los braceros como los que le dan al seso. Si alguno de los del pueblo estaba resentido se lo había guardado para él y los suyos y, al menos en público, no se volvió a oír nada negativo sobre el cura que nos había caído en gracia.
Don Cecilio, sin embargo, no era persona de un solo éxito y era contumaz en la persecución de sus objetivos, le daba igual que estos le llevasen derecho al fracaso pero el insistía una y otra vez en modelos de actuación que a todos nos maravillaban. Para empezar, a pesar del trato de favor que estaba recibiendo pues no cejaban de hacerle entregas de todo tipo como frutas, animales o productos de la matanza, él seguía con sus interminables paseos que ocupaban todas sus mañanas. Ante las preguntas de los curiosos él se excusaba alegando que no sólo debía cultivar su intelecto, sino que era necesario un tratamiento análogo para su cuerpo. Y, en este sentido, había que darle la razón pues sus carnes angulosas y pétreas se mantenían firmes a pesar de lo que engullía pues, en eso si que no había ningún tipo de duda, el hombre cuando se sentaba frente a un plato no perdonaba absolutamente nada y, por suerte para él, todos los mediodías prácticamente se producían peleas por invitarle a comer. Por las tardes, como para cambiar de rol, abría la parroquia y admitía la presencia de cualquiera que tuviese cualquier duda o asunto que dirimir, cuando no había nadie leía los enormes libros que a los aldeanos casi les producían pavor por sus dimensiones exageradas. Esto era lo que pasaba durante la semana, el domingo, don Cecilio cambiaba sus hábitos, se volvía más meditativo y embargaba a todos los que se presentasen en la parroquia con el sermón que esgrimía durante su discurso panegírico. Daba igual sobre qué versase, de si era un tema cercano o quizás otro más abstracto que ninguno llegábamos a comprender del todo pero, lo que teníamos claro, niños y adultos, es que nos quedábamos absortos escuchando a ese hombre que desde su púlpito nos exhortaba, aconsejaba, reprendía o aconsejaba según la ocasión. El caso que sus herramientas retóricas siempre daban con la tecla correcta y, al modo de un genial pianista, era capaz de crear una melodía para aquellos que comenzábamos a abarrotar los bancos de la iglesia. La cuestión es que, poco a poco, su fama comenzó a crecer y el personaje de don Cecilio tras unos meses de estancia de Cerezo del Río ya era conocido en todos los pueblos de la zona.

Nacho Valdés

viernes, abril 15, 2011

10 Personas en las que MARC puede confiar (Vol. 6)

Para dejar atrás el ecuador de esta sección he elegido a este señor llamado Nick Cave. Sí ya sé que se parece un montón a tu tio Daniel pero es que Nick es como de la familia, además el Señor Cave tiene un talento descomunal para crear imaginarios potentes y atractivos. A Nick le encanta el teatro escuela Morrison y sus actuaciones son siempre especiales.
Si viene por Spain iremos a verle...


jueves, abril 14, 2011

Retratos (Vol. 34)

Cristales rotos de las esquinas del pasado que me vieron llorar sin consuelo
Remedios caseros contra el mal de amores
Inventos que no sirven para nada.
Santos que no esperan ser rezados
Temblando de frío sin iglesia y sin mercado.
Irá donde vayan sus penas, dijo el músico extranjero
Nadie como ella para cambiar el mundo, contestó la chica sin complejos.
Ama y dibuja mi nombre en tus labios con pintura de guerra pues esta noche acabará la batalla

Creada para amar y ser amada en un momento único y perfecto
Roba el sueño de mis ojos como el viento que arrastra consigo todo lo que no es nuestro.
Invitada a esta fiesta de disfraces donde ella es la reina y yo el bufón sin gracia
Suavemente transforma la espera de sus palabras en medicinas para el alma.
Todo lo que tiene está prohibido y la cárcel no cierra los domingos
Intentaré colarme en sus sueños si las puertas giratorias siguen abiertas
Nunca volverán las calles tras los pasos de los amantes
Ahora que esperan al final de la avenida una nueva vida y una vieja pena

miércoles, abril 13, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (11)


Durante las próximas cuatro entregas visitarán la disquería eléctrica canciones que podrían estar presentes dentro de la sección “Palabras usadas”, pero vistas desde la óptica musical del muchacho. Espero no pisar próximas entregas de esa sección, la cual sigo con devoción.
Hoy nos visita Coque Malla, ese pequeño gran hombre que suda rock por todos los poros de su piel. Te podrá caer bien o no, te podrá gustar su voz o no, pero no deja de ser historia del rock en español por su legado musical durante estos últimos años. Tanto con Los Ronaldos como en solitario no ha dejado de escupir pequeños Hits que han calado hondo dentro del corazoncito del Muchacho.

OVER THE RAINBOW

martes, abril 12, 2011

Palabras usadas

En esta ocasión, he dejado que mi gran amigo y familia política Álvaro me guiase por la senda del folk-rock y me ha hecho una excelente recomendación para esta edición de Palabras usadas. El caso es que nos encontramos con tres pesos pesados de la historia de la música contemporánea, cada uno con su estilo y sello personal. Yo creía tenerlo claro con Neil Young, pero después de escuchar las enormes versiones de Heart of Gold me han entrado tremendas dudas. En fin, que cada uno juzgue por sí mismo.





lunes, abril 11, 2011

En el ángulo muerto Vol. 98


Recién llegado

En Cerezo del Río nadie se habituaba a la presencia de Don Cecilio, tratamiento este, que por otra parte, a los más mayores les costaba darle. Un hombre joven, recién salido del seminario, no se había ganado los galones necesarios como para recibir un trato tan formal. Esto, de todas formas, como en todos los pueblos más o menos grandes, se comentaba en corrillos y a espaldas del protagonista que tanto comentario levantaba. Yo siempre me he referido a él como Don Cecilio, puesto que al ser más joven le he tratado con extremado respeto, además tenía algo en su mirada que llevaba a la gente a esquivar sus inquisitivos ojos y, los más ancianos, a pesar de lo bragados que pudiesen estar en el trato con la gente se solían amilanar ante su presencia. Esto sucedía fundamentalmente cuando iba vestido con los hábitos y oficiaba la misa, en esos momentos todo el mundo le observaba con fijeza y esquivaba el brillo que descargaba su mirada. El resto del tiempo lo solía emplear, por lo menos en los primeros meses, en pasear por el pueblo y los alrededores explorando la zona.
Se puede decir que era una persona distante, ensimismada en unos pensamientos que nadie era capaz de descifrar y esto, simplemente, porque nadie le conocía lo suficiente como para adivinar lo que realmente le preocupaba. La gente normal se inquietaba por la cosecha, por el ganado o por las dos cosas, alguno incluso se intranquilizaba por su familia o el tractor que se había estropeado pero acerca de lo que pasaba por la cabeza del párroco nadie sabía qué considerar. Quizás reflexionase sobre el sexo de los ángeles, en el rebaño de fieles que le había traído la providencia o simplemente en lo mucho que añoraba a su familia o conocidos. El caso es que comenzó a ganarse cierta fama de extravagante y tipo ausente pues, a diferencia del anterior cura que frecuentaba la tasca y conocía a todo el mundo, don Cecilio mantenía la prudente distancia de seguridad de aquel que está recién llegado a una zona. Los del pueblo, sin embargo, lo estaban interpretando como un alejamiento que marcaba el carácter de ese tipo que había llegado a un lugar donde no encajaba. Se comenzaba a hablar a hurtadillas, de forma velada y críptica en pequeños grupos de que igual lo más conveniente era escribir al episcopado o a quien correspondiese pues no existía ninguna satisfacción en relación al nuevo encargado que la diócesis había enviado. El movimiento en contra aparentaba crecer día a día y parecían aumentar los opositores de don Cecilio aunque, debido al temor que les producía, todo el mundo intentaba poner su alma a resguardo y asistía a las misas, sobre todo a la de los domingos.
Uno de esos días de descanso en los que la Iglesia se llena y la gente saca sus mejores galas fue cuando se produjo la sorprendente transformación. Todo el pueblo había llegado con antelación, como era la costumbre, y estaban frente al pórtico de nuestra vieja Iglesia, de no sé qué estilo, esperando la apertura de las puertas para tomar posiciones en las bancadas. Como era habitual antes de entrar al santo lugar, los pueblerinos se dedicaban a criticar en pequeños grupos a vecinos, familiares y demás conocidos. La murmuración solía versar acerca de temas económicos, de tierras o de líos de faldas que solían ser más ficción que otra cosa. Sin embargo, ese domingo todos hablaban de lo mismo, el dardo se dirigía indefectiblemente hacia la única diana que suponía don Cecilio. Éste, supuestamente ajeno a todo lo que ocurría, preparaba los últimos asuntos junto a su monaguillo y se disponía a abrir las puertas. Cuando las bisagras rechinaron la escueta expresión mantenida por el cura daba la bienvenida a toda la congregación, ofrecía su titánica mano a todos los que por ahí pasaban y los del pueblo devolvían una cínica sonrisa como si nada hubiese pasado. El oficio se desarrollaba como solía ser habitual, sin una aparente emoción por parte de don Cecilio y con la gente dando cabezadas y bostezando a diestro y siniestro. Cuando llegó el momento de la homilía, el clímax por antonomasia de este tipo de actos, los allí reunidos se alegraron pues veían el final de la pesada misa. Lo que sucedió desde el púlpito maravilló a todos los presentes, don Cecilio pareció transformarse y de su boca salió un discurso que no dejó a nadie indiferente. Con arrebatamiento, toques culturales, citas de la Revelación y todos los recursos retóricos que cualquier profesional hubiese utilizado puso en jaque a todo Cerezo del Río. La temática iba referida a las habladurías y envidias, lo que suponía en la versión del sacerdote un terrible pecado que traía numerosos problemas. Los del pueblo, ante el chaparrón que les venía encima, la vehemencia empleada y el tono granate que había adquirido el rostro de don Cecilio bajaron la vista y recibieron deportivamente y sin rechistar la lección de humildad. Después, celebraron la eucaristía y se fueron a casa pensativos y casi sin atreverse a hablar sobre el asunto del que habían sido testigos.

Nacho Valdés

viernes, abril 08, 2011

10 Personas en las que MARC puede confiar (Vol. 5)

Con su pinta de señora mayor más mi amigo Iván, el bueno de Ron Sexsmith te enseñará como una voz puede traspasar las paredes por muy rocosas que estas sean. Elegante musicazo con el que aprenderás que la tristeza es a veces un medio para llegar a la felicidad y, que hay ocasiones en las que el corazón se parte y de esas dos mitades crecen todas las cosas bellas...
Este tema fue el primero que yo escuché de él. Por supuesto a partir de ese día siempre confié en Ron.

jueves, abril 07, 2011

Retratos (Vol. 33)

Entra levemente en casa un rastro de humo por debajo de la puerta y se enreda primeramente en los libros y los discos de las estanterías para después finalmente hacerlo conmigo como un suave hormigueo que decanta la balanza de la vida estable hacia su lado opuesto.
Así esta él, tratando de saber qué camino es el correcto o qué sueños ya no deben ser cumplidos. Y ella va y viene en su cabeza dando vueltas desordenando sus cosas y haciendo volar por los aires lo que, a día de hoy, no había vuelto a cambiar desde que lo hizo por última vez.

Y el humo hay veces que llega a los huesos
y se queda atado a ellos
y no permite avanzar ni retroceder.

Y ayer se sentó de rodillas frente a la puerta para ver como el humo seguía entrando en casa. No solo eso. En algún momento una extraña fuerza interna le invitó a descreer de lo que la cabeza le aconsejaba y asumió que la puerta debía permanecer abierta, y que fuera el viento el que decidiera la dirección en la que debía avanzar el humo.

Y ella siempre llega a los huesos
y se queda atada a ellos
y no permite retroceder, solo mirar hacia delante.

miércoles, abril 06, 2011

Delaletra

Lo bello y lo triste - Yasunari Kawavata

Ahora que Japón tiene tanto peso en la actualidad debido a sus desgracias, me ha venido a la mente la hermosa obra de Kawavata.
La historia se desarrolla en Kioto durante el año nuevo. Oki Toshio regresa para ver a su gran amor, Otoko, después de muchos años sin verse. Esta sigue conservando su divina belleza pero ahora vive al amparo de una joven enigmática y problemática que será el desencadenante de esta historia de amor, tristeza y psicología. Kawavata se suicidó a los setenta y dos años sin motivo aparante. Antes de eso logró el Premio Nobel en 1968 y escribió algunas de las historias más bellas de la literatura oriental. Todo bajo ese manto psicológico en el que los personajes muestran capas y más capas que ocultan los sentimientos más primarios.
No hace mucho se han vuelto a publicar sus libros con traducciones más fieles. Voy a aprovechar para hacerme otra vez con "Lo bello y lo triste". Es, sin duda, una excelente excusa para no olvidar a Japón.

martes, abril 05, 2011

En el Backstage Vol. 26



Una enorme y alargada presencia

Hemos tenido que esperar prácticamente un año hasta volver a contar con la figura del incombustible Nacho Vegas en la ciudad de Valencia. Con nuevo disco bajo el brazo, un novedoso peinado y una estética bastante más aseada y cuidada que la última vez que pudimos disfrutar de él, se presentó el pasado treinta y uno de marzo en la Sala Mirror de Valencia. El local, que en los últimos shows a los que había acudido había presentado una acústica y sonido inmejorables adoleció en esta ocasión de graves defectos que llegaron incluso a resultar molestos y extraños para con los músicos que se nos presentaban en el escenario. Múltiples acoples y una sonoridad gruesa, compacta y sin matices llegaron a enervarme y a llevarme a refunfuñar en múltiples ocasiones (más teniendo en cuenta los abusivos precios con los que nos abrasan en cuanto quieres refrescar la garganta). Aún con múltiples elementos en contra, un tipo como Vegas que ha crecido a la sombra de la desgracia y ha desarrollado su carrera y vida en el filo de la navaja consiguió sobreponerse y llevar su espectáculo a donde deseaba; a la lírica oscura y retorcida de la que hace gala el cantante y compositor astur.
El caso es que, dejando de lado las intromisiones acústicas que tanto me desagradaron, el núcleo duro de Corazones Hambrientos junto con mi bella esposa nos presentamos puntuales a la cita con este antihéroe del rock-folk hispano. Como ya sabíamos disfrutamos enormemente de un Vegas reconvertido y en forma que, con unos kilos de más que le daban un aspecto más lozano, no defraudó a ninguno de los presentes pues la gente estuvo muy receptiva a todos los cortes y temas que abordó la banda que acompañó al asturiano.
El concierto se sustentó fundamentalmente en la Zona Sucia y fue desgranando la práctica totalidad de sus temas con la maestría a la que nos tiene acostumbrados. Por supuesto hubo tiempo para la melancolía y el recuerdo en forma de viejos hits que fueron rescatados para nuestro disfrute. La actitud de Vegas, que aunque un tanto más activo y participativo con el público que en la última ocasión, se mantiene como es habitual en él impasible y, casi cual esfinge, estuvo firme sobre el escenario mientras el flequillo tapaba sus ojos que se asemejaban a dos piedras de carbón que se hundían en un cara marcada por las ojeras y los años de abusos. De todas formas, como ya he destacado, se presentó de traje y mucho más activo y vital que hace un año cuando parecía a punto de caer sobre el escenario fumando un cigarro tras otro.
La banda sonó rotunda pero sin matices por lo penoso de la sala que extrañamente tocó fondo en calidad auditiva. Cada cambio de instrumento que acometía el guitarra Xel Pereda se convertía en nuevo acople que se dilataba durante interminables segundos. Del pedal steal, pasó a la guitarra, de la guitarra a la bandolina, de la bandolina al banjo y de nuevo a la guitarra todo ello con insufribles distorsiones y complicaciones. Con Abraham Boba, un enano físico con delirante altivez y ridículo tupé, pasaron cosas similares cuando dio el salto del teclado y piano al acordeón y el micro que le habían pegado se cayó al suelo y tuvo que salir el técnico varias veces a intentar apañar el asunto con cinta americana. Vamos, que los aspectos técnicos acabaron por llevarnos a una situación delirante e incomprensible en un local donde prácticamente todas las semanas se celebra una actuación.
La conclusión de la experiencia es que este artista nunca defrauda puesto que es poseedor una gigantesca presencia que no disminuye por el paso del tiempo ni por los problemas técnicos y que la sala, al menos en esta ocasión, no estuvo a la altura. Por otro lado, hay que destacar que Vegas gana en las distancias cortas y sus enormes textos a los que imprime su particular cadencia y melancolía salen reforzados con su efigie recortada tras la guitarra. En definitiva, la Zona Sucia está llevando a este músico a cotas desconocidas, está llenando salas de gran aforo con una propuesta arriesgada y personal y considero está enganchando a nuevas y viejas generaciones que comienzan a descubrirle. Por cierto, destaco la figura de mi nuevo conocido Jesús con el que tratamos interesantes temáticas musicales y que con el que seguro volvemos a cruzarnos en próximas citas musicales.

Nacho Valdés

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (10)


Otro de los visitantes ilustres de la Disquería Eléctrica, casi desde los comienzos melómanos del Muchacho Eléctrico, es Willy Deville. Nuestro amigo nace en Stanford el 25 de agosto de 1950 y a finales de los años setenta se traslada a NYC para comenzar su carrera musical en pleno apogeo punk como Mink de Ville. Bajo este nombre graba cinco discos, uno de ellos grabado durante una estancia en Francia, donde se enamora de París y de la cultura francesa.
Ya en el año 85 despide a la banda y debuta en solitario como Willy deVille, donde editara diez discos hasta el 2008. Durante esa época son muy conocidos por la prensa del momento sus desfases nocturnos y su romance con la heroína.
La noche del 6 al 7 de agosto de 2009 muere de cáncer de páncreas en un hospital de Nueva York.
De su música destaca la ternura y el romanticismo de sus letras, sus influencias de los ritmos latinos, del cabaret francés y del soul de los años ochenta.
Entre sus canciones destacan “Demasiado corazón”, “Hey Joe”, “Spanish Stroll” o la versión desgarradora de “Stand by me”
El Muchacho Eléctrico aconseja a sus lectores la escucha de algún recopilatorio de este dandy neoyorkino.

Mink Deville “Spanish Stroll”

Willy Deville “Hey Joe”

lunes, abril 04, 2011

En el ángulo muerto Vol. 97


Pecados veniales

En determinadas ocasiones una historia define a un personaje o quizás, por el contrario, sea el personaje el que defina a la historia. En la villa de Cerezo del río nadie lo tendrá nunca claro, únicamente se supo que el párroco, antiguamente respetado en toda la comarca o, para algunos, en toda la provincia, cayó en el oscuro pozo del pecado. De todas maneras, como en la mayoría de las ocasiones, será mejor comenzar la historia por el principio para que todos seamos testigos de cómo se produjo la caída del legendario párroco de Cerezo del Río en los más sórdidos rincones del alma humana.
Todo se inició allá por la década de los treinta en la meseta castellana con el nacimiento de un niño sano que, para los tiempos que corrían, ya era bastante. De todas maneras y, aunque resulte extraño, nadie tenía tanta amistad con el padre Cecilio como para garantizar ese tipo de información. Lo que todo el pueblo y después toda la región tenía claro es que era del tipo de persona, por lo menos en lo físico, que se caracterizaba por su origen rural y estepario. Se podía decir que respondía a unos criterios estéticos cúbicos pues, todo en él, era anguloso a excepción de su reluciente y curvilínea calva que coronaba su escasa estatura. Bueno, también su vientre con el paso de los años se fue abombando y volviendo menos firme. Pero, sin excepción, el resto de su cuerpo parecía haber sido tallado en la roca rojiza de la zona de la que todo el mundo pensaba que provenía. Como ya he dicho su estatura no era superior a la media, en ese sentido se podía considerar dentro de los parámetros habituales de la gente mal alimentada de esas zonas alejadas de la civilización y con el agravante de haber nacido en una época en la que la escasez era la norma y solamente algunos podían alimentarse debidamente. El caso es que, sin caer en ningún tipo de raquitismo, no era un sujeto que destacase por su físico portentoso. Sin embargo, sus brazos y manos sí respondían a ese ideal de la gente trabajadora y parecía diseñado para la realización de las tareas más serviles y duras como trabajar en una cantera o labrar durante jornadas interminables las estériles tierras castellanas. Esas extremidades parecían prácticamente metálicas por sus formas rectas y cuadradas y por las dimensiones de las mismas y, de hecho, administraba no solamente el sagrado sacramento eucarístico, sino buenas hostias a aquellos mozos que lo mereciesen. Recuerdo con especial pavor una que le plantó a uno de los chavales que, de pascuas a ramos, se ponían a la puerta de la Iglesia a rondar a las muchachas que venían de otros pueblos. El chico, que ya era prácticamente un hombrecito pues tenía unos quince años y superaba en estatura al padre Cecilio, se colocó desafiante frente a él por no sé qué motivo y se llevó una hostia profana que todavía debe estar haciéndole rechinar los dientes. Pero esta es otra historia de la que, sin lugar a dudas, hablaremos en otro momento. El caso es que el tipo era prácticamente tan ancho como alto e incluso las gafas que llevaba eran más bien cuadradas, algo raro en esa época en la que la gente sin recursos solíamos llevar unos típicos anteojos redondos hechos con una especie de alambre de calidad ínfima.
Cuando llegó al pueblo nadie le recibió efusivamente, llevábamos más de cuarenta años con el mismo párroco y a la gente de la zona no le gustan demasiado los cambios. Aunque, en esta ocasión, estaba más que justificado pues el anterior sacerdote había fallecido en acto de servicio mientras realizaba la homilía. Acto que, por otro lado, ya a nadie emocionaba pues el pobre octogenario estaba tan cascado que casi no se le entendía al hablar. El vacío de poder duró pocos días, yo creo que en una semana Cecilio ya estaba ocupando la sacristía y oficiando la misa. A los del pueblo, quitando a alguno de los más píos que siempre estaban dispuestos a dorarle la píldora al sacerdote de turno, no les gustó demasiado la entrada del joven treintañero que había vaciado la casa del cura de los objetos personales de su precedente. Se limitó a realizar un montón en la puerta a la espera, suponemos todos, de que alguien lo recogiera. Como nadie tenía el cuajo como para realizar tan penosa faena y como ningún gerifalte eclesiástico puso a la familia en contacto con el nuevo cura al final toda la vida en forma de posesiones del anterior párroco se quedó varios días en la calle hasta que Don Cecilio tuvo a bien deshacerse de ello. El caso es que esta no fue una entrada afortunada y tuvo que pasar bastante tiempo hasta que adquiriese cierto prestigio.

Nacho Valdés

viernes, abril 01, 2011

10 Personas en las que MARC puede confiar (Vol. 4)

Querido Marc: Si algún día buscas algo que de verdad consiga levantarte del sillón y ponerte a bailar sin freno, únicamente tienes que recurrir a los primeros discos del bueno de Elvis Costello y fijarte en su infatigable ritmo y movimiento de piernas, caderas, cuello,brazos y manos.
Ten por seguro que nunca te dejarán insatisfecho estas pastillas pop que solo Costello sabe recetar.
Benditos británicos: