sábado, mayo 30, 2009

Confesiones del Comandante Stratocaster Vol. 30

La casa del sol naciente

Creo que si alguien me diera 1 Euro por cada vez que he rasgueado esta canción, tendría una pequeña fortuna. Bueno, quizás esté exagerando un poco, así que mejor que me den 10 Euros y así ya no hay duda.

Lo más curioso es que sigue siendo un icono, todo el mundo la conoce y, por supuesto, todo el que tiene una guitarra entre las manos acaba, tarde o temprano, tocando el arpegio que le sirve de entrada. Probablemente mal, pero tocándolo al fin y al cabo.

La triste historia que cuenta no aclara por qué una casa de Nueva Orleans se llamaba “del sol naciente”…¿alguien lo sabe?

lunes, mayo 25, 2009

En el ángulo muerto Vol. 16


Olvido

- Debes curarte esas heridas, acabas de terminar uno de los combates más duros que he visto nunca.
- Tú cállate y cóseme la cara. ¿No me vendrás a decir ahora que no he estado peor antes? – Butch decía esto mientras encendía un cigarro, la primera calada rodeó de humo su rostro destrozado.
- Deberías descansar. – Joey zurcía las heridas y colocaba gasas con los ojos entrecerrados.
- Sabes que tengo que irme, no puedo quedarme ni un segundo más, así que termina de una vez.
- Ya está. Parecía más de lo que era. – Butch saltó de la camilla en la que estaba sentado y se puso la ropa que llevaba antes del combate, tuvo que sujetarse a la taquilla pues estaba todavía aturdido por el castigo recibido.
- Tengo que desaparecer unos días. Intentaré volver lo antes posible, cuida de Laurie y dile que la quiero.
- Sería mejor que se lo dijeses tú.
- Haz lo que te digo y en cuanto pueda iré a buscarte.
- De acuerdo. – Los dos hombres se fundieron en un abrazo, Butch salió del vestuario en el que tantos combates había preparado. Nunca más volvería.

Echó un vistazo al túnel de vestuarios, no había nadie y vio la oportunidad perfecta para salir. A paso ligero, tambaleándose visiblemente, se dirigió hacia la salida, buscando la noche cerrada que había caído en el exterior. Cada recodo le servía para ocultarse y espiar la situación que se le presentaba, iba avanzando poco a poco, intentando evitar el contacto con nadie. – Maldita sea.- Dijo por lo bajo. En la puerta reconoció a dos de los trabajadores de Constanza, estaban a la caza del hombre, estaban buscándole. No se dio por vencido, conocía el pabellón mejor que cualquiera y sabía por dónde podía encontrar escapatoria. Subió al primer piso, donde se encontraban las oficinas, y fue hasta una de las ventanas que daba a una escalera de incendios. Estaba cerrada, se quitó la camisa y envolvió con ella su puño hinchado por los golpes, después con un impacto seco rompió uno de los cristales. El ruido le alarmó, esperó unos instantes para comprobar que nadie acudía a ver qué sucedía. Nada, la noche parecía calmada, sólo el tráfico de la ciudad se escuchaba a lo lejos. Salió como pudo y se descolgó por las escaleras de metal, saltó sobre unas cajas de cartón que amortiguaron la caída y se quedó esperando unos instantes. Al comprobar que el callejón estaba desierto, se sacudió la ropa y salió hacia la calle principal. Se asomó a la esquina, los dos matones seguían en su posición esperándole, eran sólo una veintena de metros, pero debía cruzar la calle para deshacerse de ellos. Espero el momento, con paciencia se asomaba a intervalos para que estuviese el camino despejado. Él había crecido en el barrio, si salvaba la distancia que llevaba hasta el callejón opuesto, podría despistarles entre los patios traseros de las casas y la laberíntica organización de esa zona de la ciudad. Estaba ansioso, el sudor empapaba su espalda, y aunque se había visto en situaciones desfavorables a lo largo de su vida, nunca antes se había cruzado con la muerte de manera tan patente. – Paciencia, Butch. Paciencia. – Se repetía una y otra vez aguardando agazapado un despiste, un instante precioso que le diese la oportunidad. Los sicarios no se relajaban, miraban nerviosos a un lado y a otro de la calle, vigilantes como perros de presa en busca de carnaza. Súbitamente uno se acercó al otro, le estaba ofreciendo un cigarro, sacó un cigarro y por un instante se agacharon brevemente para dar lumbre al pitillo. Butch no lo pensó más, salió corriendo a toda la velocidad que su maltrecho cuerpo le permitía, a su espalda alguien le dio el alto. Resbaló torpemente en mitad de la calzada y se levantó como dotado de un resorte, en la noche sonó una detonación, una bala silbó cerca de él y se estrelló en un edificio cercano. Alcanzó el callejón, otro disparo y otra bala que pasaba a su lado. Más que saltar, se lanzó contra la valla de madera que daba acceso a un patio privado, la madera estalló ante el golpe del viejo boxeador. Se vio tirado en el suelo, rodeado de astillas, mientras que en el callejón sonaban las pisadas de sus perseguidores. Dio un saltó y se agarró a la siguiente valla, la salvó como pudo y se dejó caer desde su cúspide. Aterrizó sobre una mesa de jardín que se desintegró bajo su peso, las ventanas del barrio comenzaban a iluminarse, la persecución estaba llamando la atención de los vecinos. De una patada reventó la puerta del patio y salió a otro callejón, torció una esquina y corrió con toda su alma torciendo esquinas para evitar que siguiesen su rastro. Al poco se vio en una de las calles principales de la ciudad, su ropa estaba desgarrada y tenía el cuerpo cubierto de nuevas magulladuras que nada tenían que ver con las del combate. Se frenó un instante y escuchó, nadie le perseguía.

Llegó al refugio que buscaba. Quería pasar una noche más junto a su calor, junto a su piel tersa que tantas alegrías le había ofrecido. Entró en el local, un viejo club que visitaba desde que su carrera había comenzado a dar los primeros pasos. En la barra sólo el camarero y una prostituta de mediana edad, que todavía conservaba algo de su antiguo atractivo, daban vida a la sala prácticamente a oscuras.
- Hombre, viejo lobo. Hacía mucho que no te veía por aquí.
- He estado un poco ocupado últimamente.- Butch dio unos pasos y una pequeña lámpara iluminó su maltrecha estampa.
- Pero, ¿qué te ha pasado? ¡Estás hecho una basura!
- No te preocupes, me he visto en peores situaciones. – La prostituta se acercó al boxeador y le acarició la cara.
- ¿Has peleado?
- Sí Linda. Le he dado una paliza de muerte, tenías que haberlo visto.
- No sé cómo habrá quedado el otro, pero tú estás para el arrastre. ¿Quieres que subamos a nuestra habitación y te ayude con esas heridas? Hoy no creo que venga ningún cliente.
- Precisamente en eso estaba pensando, siempre es agradable volver al hogar. – Butch y la mujer se perdieron por unas escaleras, el camarero se quedó sólo en la barra observando como se alejaban.

Nacho Valdés

miércoles, mayo 20, 2009

Confesiones del Comandante Stratocaster Vol. 29

Canto del cisne

“El Rey” ya era un mito desde hacía tiempo, pero todavía no se había convertido en un clásico. En aquel momento parecía estar perdiendo el tren del éxito. Simplemente ya no estaba de moda.

Sin embargo, volvió a ocurrir y su voz de nuevo lo llenó todo, a todas horas, aunque esta vez con un estilo diferente al rock & roll que él, entre otros, habían inventado pocos años atrás.

En aquel momento no lo podíamos saber, pero este fue el último número 1 de Elvis. A partir de ahí la tendencia quedó definitivamente confirmada, unido a su declive físico que le llevó… a la inmortalidad.

El Rey ha muerto, ¡Viva el Rey!

martes, mayo 19, 2009

En el Backstage



Niño Prodigio

Sí el barco que transportaba a la familia Rotemberg, allá por el año setenta y seis, hubiese virado hacia América en lugar de hacerlo hacia Europa como así estaba previsto, hoy Ariel Rot sería multimillonario. Pues sí éste chico prodigio ha sido capaz de reinventar la escena roquera española con dos bandas diferentes en dos momentos de profunda tristeza musical ¿Qué demonios podría haber conseguido en Norteamérica? Nunca lo sabremos. Sin embargo, me alegro que sea así.
Ver tocar a Ariel Rot es algo que todo el mundo debería hacer alguna vez en su vida, pues aunque no conozcas su historia o aunque no hayas escuchado sus últimos discos no te dejará indiferente.
El pasado martes doce de Mayo, unos valientes nos acercamos a la carpa que el Athletic de Bilbao había instalado en el antiguo cauce del río Turia con motivo de la celebración de la Copa del Rey. Nos reunimos allí para ver a Rot liderar desde sus seis cuerdas la avalancha de canciones generacionales de las que dispone Tequila. El ambiente, por momentos algo enrarecido, no nos privó de esa magia que bajo la yema de los dedos esconde Ariel. La banda dio una auténtica clase maestra de descaro y rocanrol. Pues Tequila, a fin de cuentas, no es más que una banda eso. (Que ya es mucho en éste bendito país).
Los viejos Tequila no se guardaron nada en los bolsillos, destilaron buen humor, y como digo grandes dosis de rock.
Sin embargo, no tuvimos bastante y fue así cómo acabé desplazándome al pueblo de Ibi (Alicante) ese mismo sábado para ver un concierto de Ariel en formato de trío acústico. En éste punto cabe mencionar como dato adicional el hecho que el pueblo de Ibi de 24.093 habitantes, tiene mayor oferta cultural que la ciudad de Valencia. En fin, estas cosas pasan.
Continuo. La columna vertebral del concierto se formó con las canciones de los tres últimos discos de Rot en solitario. Hubo un emotivo recuerdo a Antonio Vega, dedicándole la Makaroffiana Colgado de la Luna, también tuvo tiempos para acordarse de Tequila cuando transformó la pegadiza Rock and Roll en la Plaza del Pueblo en un blues de Nueva Orleáns. Ariel, como en él es habitual, estuvo amable y simpático e incluso se atrevió a bromear con las uñas pintadas de su amigo Enrique Bunbury.
Para el final dejó dos de sus canciones más conocidas, Mucho Mejor (Conocida internacionalmente como Hace Calor) y la Milonga de Marinero y el Capitán, las cuales hicieron evidente el gran cariño que el público todavía profesa a Los Rodríguez
Esto hace que sea más incomprensible todavía que la carrera en solitario de Rot no le haya llevado por los mismos derroteros mediáticos que la de su compadre El Salmón.
Pues Rot también dispone de canciones brillantes, hits potenciales y además, no lo neguemos, es un tio guapo. Es decir el pack completo, listo, guapo y toca como Dios.
Yo de mayor quiero ser Ariel Rot.

lunes, mayo 18, 2009

Cátedra Manrique

Cómo "casi" cada semana os enlazo el artículo de Manrique en El País. Hoy especialmente brillante.

Decoradores de Tumbas

Adiós Compañero...


Otro libro más que se cierra...

En el ángulo muerto Vol. 15


Redención (Round 4)

El cansancio había destrozado a los luchadores, se encontraban unidos en un abrazo, rotaban sobre ellos mismos intentando sacar alguna mano ganadora, algún golpe que hiciese mella en el contrario. Sus caras, hinchadas y desfiguradas, mostraban la deriva de su físico, la falta de intensidad con la que se estaba desarrollando el cuarto asalto. El sudor ofrecía brillos y matices que dotaban la escena de cierta irrealidad, como si se tratase de seres mitológicos oponiendo sus fuerzas. El público chillaba, quería violencia, deseaba que uno de ellos acabase besando la lona, había pagado la entrada que les daba pasaporte a la carnicería que se estaba viendo esa noche. El negro pasó al ataque, tras unos instantes orbitando alrededor de Butch lanzó de nuevo los guantes hacia su cuerpo, ansiaba finalizar definitivamente la lucha que tantos problemas le estaba ocasionando. El boxeador veterano sólo se ocultaba tras su guardia, no tenía fuerza para responder, para seguir prolongando la agonía que tantos asaltos había durado. Sus guantes y brazos se habían convertido en una pesada pantalla que absorbía todos los impactos que le llovían, le costaba un enorme esfuerzo tenerlos erguidos, su cuerpo maltrecho intentaba esquivar los puños que como rocas caían desde los brazos morenos y torneados. Butch lanzó la izquierda, falló y rectificó con la derecha, el negro le esquivó y encontró el hueco para que un impacto demoledor aterrizase en la sien de Butch. El golpe fue como una explosión en su cabeza, la vista se le nubló e instintivamente lanzó una mano debilitada que ni siquiera llegó a su destino, sólo sirvió para quedar sin cobertura. El joven luchador aprovechó la oportunidad y zanjó la pelea con una combinación de golpes que destrozó a Butch sin remisión, el viejo guerrero se mantenía en pie de manera milagrosa, parecía un saco de entrenamiento que vuelve a su posición cada vez que recibe un puñetazo. Llegaron a la esquina, se sujetaba únicamente por las cuerdas que rodeaban el ring, sus piernas ya habían fallado y el negro no dejaba de lanzar puñetazos salvajes con toda la potencia que le permitía la fatiga. Por fin, tras un castigo inusitado, Butch cayó inconsciente. La gente que había asistido al pabellón quedó muda, sólo la cuenta atrás rompía el silencio; siete, ocho, nueve, diez.

El boxeador había perdido su último combate, en cuanto el árbitro dio la lucha por terminada Joey se echó sobre la lona para recoger a su viejo compañero, lo levantó como pudo mientras recobraba la consciencia camino de su esquina. Sacaron el taburete y lo sentaron prácticamente inerte, abatido y destrozado tras los cuatro asaltos que había resistido ante el joven que se había presentado esa noche. – Lo has hecho muy bien. Estoy orgulloso. – Dijo Joey mientras suturaba las heridas del antiguo campeón. Butch intentó decir algo pero sólo acertó a escupir el protector embadurnado de sangre y saliva. – Descansa. Ha sido la mejor despedida de la que nunca he sido testigo. Creo que pasará mucho tiempo antes de que tengamos a un boxeador como el que tú has sido.
Las brechas estaban cosidas y la cara de Butch limpia, esperaba sobre su banqueta que el árbitro le llamase al centro del cuadrilátero. Su mirada estaba ida, perdida en los recuerdos que se amontonaban tras años de luchas, noches gloriosas y decepcionantes. Joey trataba de distraer su atención, era conocedor del momento agrio que le tocaba vivir al campeón, de lo vacía que su vida se quedaba sin la ocupación que le había dado un nombre, un lugar en la memoria colectiva de todos los que habían sido testigos de su carrera.
- Te sigo debiendo un montón de dinero. No sé cómo voy a hacer para pagarte.
- No te preocupes ahora de eso. Este es tu momento y debes disfrutarlo, además, aposté todo lo que me diste a tu rival.
- Eres un maldito bastardo.
- Estaba claro que ese negro te iba a destrozar, si le hubieses pillado hace unos años puede que hubieses tenido alguna oportunidad. – Butch sonrió, no tenía fuerzas para nada más.
- No te preocupes por nada, ya sé que es lo que tengo que hacer con la pasta.

El árbitro hizo una señal para que los combatientes se acercasen a él, en el centro los dos guerreros se felicitaron sinceramente. Sus rostros estaban marcados por la lucha, por el cansancio y por el esfuerzo que hicieron para perseguir la victoria. Se hizo un instante de silencio y fue el puño del negro el que fue levantado en señal de triunfo, el público aplaudió tímidamente. Sin embargo, fue el nombre de Butch el que comenzó a ser coreado, el pabellón parecía dotado de una sola voz que al unísono aclamaba al campeón que se iba para no volver jamás. Las lágrimas comenzaron a correr por su cara deformada por la lucha, levantó los guantes al cielo y el estallido de gritos y ovaciones fue unánime. La gente se levantaba de sus butacas para ver con sus propios ojos al boxeador, al referente, a un héroe que abochornado por el lloro ocultaba su cara para despedirse definitivamente. Hizo un ademán con el brazo y, junto a Joey, se fueron camino del vestuario. Nadie volvería a disfrutar de las veladas que había regalado a su público, su legendario directo desaparecería en el olvido.

Nacho Valdés

viernes, mayo 15, 2009

Confesiones del Comandante Stratocaster Vol. 28

Casa Visita

El vicio, la depravación, el juego, las mujeres, el desvarío… todo aquello estaba en aquel pueblo, de cuyo nombre haré bien en no acordarme, donde huíamos en cuanto juntábamos unos duros y la vigilancia de los HHMM (Hermanos Maristas) se relajaba por vacaciones. Allí pecábamos, o lo intentábamos, a veces mucho más con la intención que con la obra, pero lo importante, ya se sabe, es la fe.

El pueblo contaba con un único antro, lo que era una ventaja porque no había grandes decisiones que tomar. Lo único que había que tomar eran los cubatas de garrafón que algunos pedían por longitud (“Visita, ponme un metro de cuba libres de ron”).

Aquella noche ya todo el mundo, o casi, se había ido. La orquesta recogía, pero el guitarrista, que seguramente ansiaba poder tocar otras cosas, seguía enredando con su guitarra mientras terminaba la copa, sentado en la tarima del escenario. Y, casi sin querer, fue desgranando Lady Jane, de los Rolling, como si tuviera que desquitarse de aquella larga noche de cumbia y pachanga.

En aquel momento creí saber que yo quería tocar como aquel chaval, aquella canción u otras parecidas.

Pero me está llevando más tiempo de lo que pensaba….

jueves, mayo 14, 2009

Dylan Polémico

Éste es el nuevo video de Bob Dylan. Dos horas después de su estreno está recibiendo quejas por gran parte de los aficionados Dylanitas por la explícita violencia del mismo.
Juzguen ustedes.

Golazo a Wilco


Los Wilco han optado por colgar en la web oficial del grupo su nuevo disco (la salida oficial está prevista para Junio). Todo esto sucede después de que éste se filtrase por la red. La banda además solicita a quienes lo hayan descargado que realicen una donación a la organización benéfica Inspiration Corporation.

Puedes escuchar el disco aquí.

miércoles, mayo 13, 2009

La Historia Más Triste

Os dejo aquí un enlace al artículo de Diego Manrique en El País sobre la desaparición de Antonio Vega. De todos los que se han publicado hoy me parece el más sincero, sin tonterías ni misticismos. Una simple historia, eso sí, la más triste de todas.

lunes, mayo 11, 2009

El Viaje (2ª Parte del camino)

Retomamos el camino despúes de unas semanas de parón y lo hacemos con una de las canciones más aclamadas por la crítica y el público. Impossible Germany está incluída en el disco Sky Blue Sky. El video está extraído del concierto que dieron estos muchachotes en Barcelona el año pasado. En él, una vez más, se puede apreciar la sobriedad de la banda en directo con un Tweedy en estado de gracia y un solo monumental del raruno de Niles Cline. Como incentivo, la letra ha sido traducida al catalán por los responsables del Canal 33, cosa que desde aquí se agradece.

En el ángulo muerto Vol. 14



Orgullo (Round 3)

Tres, cuatro, cinco, seis, siete… Butch se levantó pesadamente, tuvo que sujetarse a la cuerda para no volver a caer. El último golpe le había noqueado, estaba mareado y no sabía exactamente dónde se encontraba, sólo la cuenta le había hecho reaccionar. Desde la esquina, Joey decía algo, no entendía nada, un intenso pitido en los oídos ocultaba el ruido de la sala. En su cabeza únicamente se repetía una y otra vez la voz del árbitro contando para descalificarlo. Su cara estaba destrozada, los ojos hinchados, los labios partidos y los pómulos abiertos. El negro también había recibido un duro castigo, aunque aguantaba a unos metros respirando pesadamente, deseando que terminase ese combate que se le había antojado sencillo. El público rugía, Butch pudo oírlo, el árbitro le miraba a los ojos comprobando que podía continuar, volvió a la vida, respiró con toda la capacidad que le permitían sus maltrechas costillas y asintió con la cabeza para indicar que se reanudase el combate. La cara del contrincante reflejaba la sorpresa de que ese boxeador acabado fuese capaz de continuar en pie.

Se reanudó la lucha, Butch sabía que quedaba poco para terminar el tercer asalto, el definitivo, el que marcaría la diferencia. Todavía estaba a tiempo de dejarse caer, nadie lo notaría, tras los golpes encajados lo sorprendente es que continuase en píe. Sin embargo, su orgullo le mordía, le dolía más que cualquiera de los puñetazos que había recibido, no se dejaría doblegar por un don nadie que llevaba toda su existencia chupando la sangre de todos los que se cruzaban en su camino.
El árbitro lanzó la pelea, los contendientes se encontraron en el centro, estaban agotados y los puños volaban sin fuerza. Butch hizo acopio de toda su energía y lanzó el ataque que le indicaría a Constanza que se había equivocado con él. Sus brazos volvieron a recuperar una fuerza inusitada que un instante antes parecía haberse esfumado, eran resortes rematados de manos poderosas que se estrellaban de cualquier forma en el cuerpo del rival. Combinaba y se movía como si tuviese veinte años menos, el contendiente estaba sorprendido, únicamente era capaz de protegerse para cerrar filas ante la avalancha que se le venía encima. Ambos, cubiertos de sudor y sangre, parecían bailar una danza salvaje que sólo dejaría a uno de ellos vivo. Cada paso que daba Butch al frente era respondido por un paso atrás del rival, cuando éste se defendía era el viejo combatiente el que reculaba, desde el exterior parecía una coreografía ensayada en la que no cabía espacio para el error, cualquier fallo se pagaría con la derrota. La izquierda de Butch conectó con un crochet en la sien del negro, éste trastabilló, Butch aprovechó para lanzar la derecha directa a la nariz, ésta estalló lanzando mucosidad mezclada con sangre en todas las direcciones; el otro se caía, Butch le sujetó con un uppercut en el mentón, lo que le dio la oportunidad de lanzar una última combinación de tres golpes que dejó al oponente tirado sobre la lona. Butch se había desfondado, no podía moverse y casi ni respiraba. La cuenta había comenzado, aunque sabía que el negro estaba ganando tiempo para que terminase el asalto, antes de llegar al siete ya estaba levantándose. Estaba tocado, el caduco boxeador sabía que su oportunidad había pasado, se le había escapado, no volvería a tenerle a su merced como acababa de suceder. Sonó la campana, los contendientes volvieron con sus preparadores mientras los asistentes limpiaban el cuadrilátero de los restos que habían dejado los dos guerreros.
- Tenías que haberte tirado. Ahora sí que estás perdido. – Joey le pasaba una toalla húmeda por las heridas mientras le hablaba.
- No te preocupes, creo que puedo retirarme con una victoria.
- Eres un imbécil. No me refiero a este combate, estoy hablando de Constanza.
- Eso es cosa mía. Ya me las apañaré.
- Está por aquí. Probablemente ya esté encargando que te entierren.
- Cállate de una vez, eres un maldito agorero. Ahora debemos centrarnos en el negro que tengo delante.- A Butch no le dio tiempo a continuar, Constanza se había levantado de su butaca y se había acercado hasta su esquina.
- Teníamos un trato. Tenías la oportunidad de tener un retiro digno, por lo menos podías haber pagado tus deudas y retirarte sin hacer ruido. Ahora estás acabado.- Constanza intentaba mantener la compostura, aunque el ligero temblor de su labio denotaba la rabia que llevaba en el interior.
- Ahora lo que tengo es dignidad, esto es lo mejor que he hecho nunca. – Tras la frase Butch tragó agua para enjuagarse la boca y escupió la mezcla de sangre y saliva sobre los zapatos de piel de Constanza.
- Estás muerto. – El acompañante de Constanza, un joven fornido que hacía las veces de guardaespaldas subió al ring y se abalanzó sobre Butch. Éste se había levantado de su banqueta y estrelló su puño sobre la mandíbula del matón que cayó fulminado con espasmos en las extremidades. Tras esto se quedó mirando al mafioso, incitándole a subir también. Mientras, el público aullaba ante la posibilidad de un nuevo combate espontáneo, espoleaban al boxeador para que bajase a ajustar cuentas.
- Ya veremos quién está muerto. Ahora tengo que terminar lo que he empezado, ya hablaremos. – Butch se dio la vuelta y no prestó más atención a un Constanza acobardado que ya tomaba la dirección que le llevaba a la salida.

Volvió a sonar la campana, nadie parecía reparar en lo que había sucedido, lo único que importaba era el cuarto asalto que anunciaba la joven en traje de baño. En la otra esquina el negro estaba preparado, le habían limpiado la sangre y parecía repuesto de los golpes recibidos, esperaba precavido en el centro del ring al veterano boxeador que se tomaba su tiempo para llegar hasta él. El árbitro dio comienzo al siguiente round, los luchadores volvían a medirse sobre la lona.

Nacho Valdés

El Dylaniano Asturiano


El cantautor Toli Morilla ha grabado un disco con versiones del bardo de Minessota adaptándolas a la lengua asturiana. Son diez temas que han recibido el visto bueno de las editoriales que manejan los textos de Dylan. Desde su myspace pude escuchar algunos temas.

domingo, mayo 10, 2009

La Copa del Rock



Este próximo miércoles se disputa la final de la Copa del Rey en Valencia con el Barcelona y el Athletic coMo protagonistas. Un día antes del evento el equipo vasco ha organizado un concierto de rock en EL antiguo cauce del rio Túria. El cartel lo compone la banda de Bon Scott, Juliette Lewis and the Licks y los Tequila. Será una buena oportunidad para ver buena música en directo.
!AUPA ATHLETIC¡

viernes, mayo 08, 2009

Confesiones del Comandante Stratocaster Vol. 27

Extracto de pollo en lata

Cada vez que compro algún artilugio digital y me informan de lo que pago a la SGAE no puedo evitar acordarme un poco de Teddy Bautista y su señora madre, que será una santa.

Y, por asociación de ideas, eso me lleva al momento histórico donde, con su voz singular, todo hay que decirlo, mascaba plásticos inconfesables para pronunciar un inglés con acento suahili que en aquella época nos dejaba a todos boquiabiertos, con su pionero grupo Los Canarios, allá por los sesenta.

El recuerdo que tengo asociado a esta canción no merece mucho la pena, así que no lo cuento. Lo que sí vamos a hacer es prestar atención al momento de la canción en que Teddy se manifiesta como claro antecesor de Ramoncín y clama lo de “extracto de pollo en lata” (última frase no cantada 02’:06”).

Dios los cría…

miércoles, mayo 06, 2009

Cowboy Salmon


Con estas pintas tan molonas aparece Calamaro en la portada de la Rolling Stone argentina.

lunes, mayo 04, 2009

Salmones, motos y Rock


El pasado sábado comenzó la nueva gira de Andrés Calamaro para presentar la antología recientemente publicada. El lugar para empezar fue el circuito de motos de Jerez coincidiendo con la llegada del gran premio. Rebeca Jiménez y Iván ferreiro fueron los fieles subalternos de la banda Calamara. Parte del concierto fue retransmitido por la 2 de Tve, que se volcó con el evento. El Salmón aprovechó la ocasión para mandar un guiño a la causa palestina.( os pongo la fotillo)
En fin, mucha suerte para la gira y esperamos encontrarnos aquí o allá.

En el ángulo muerto Vol. 13


Supervivencia (Round 2)

Sólo se escuchaba la algarabía del público, la rubia había vuelto a salir para mostrar el cartel que anunciaba el comienzo del segundo asalto. Se contoneaba, movía las caderas y lanzaba guiños lascivos a los que allí se habían reunido. Los dos luchadores estaban en su esquina, sentados sobre un taburete casi incapaz de contener sus cuerpos, respiraban profundamente y se dejaban manosear por sus preparadores. Joey frotaba la cara de Butch con vaselina, le daba instrucciones aunque éste no parecía reparar en nada de lo que se le decía, miraba hacia su rival, como si no estuviese presente, como si estuviese viendo algo a través de su cuerpo musculoso y joven.
- ¿Te estás enterando?
- Sí, sí. – Contestó el boxeador sin saber qué era lo que le acababan de decir.
- Aguántale, no le dejes que te golpee.
- Claro. – Butch parecía ido, no estaba presente, su mente era un hervidero que iba más allá del combate que estaba disputando.
- Ese tío es una máquina, si vuelve a cazarte estás acabado. ¿Entiendes?
- Sí, sí. – Butch asintió con la cabeza mientras recibía el protector de manos de Joey, su ceja estaba hinchada pero todavía no estaba abierta, sabía que un par de golpes más provocarían la hemorragia y, probablemente, perdería la visión.
- Protege ese ojo. ¿Me oyes? – Como contestación el luchador volvió a asentir con la cabeza, ya estaba con la mente puesta en la lluvia de golpes que se le avecinaba.

En la otra esquina la actividad era frenética, miraban al viejo combatiente con recelo, la última combinación de golpes había provocado la duda. La soberbia con la que había subido al ring el otro boxeador estaba hundiéndose en un pozo oscuro, eso era lo que Butch quería provocar, sabía que el primer escalón para la victoria era conseguir que el otro titubease, que pusiese en tela de juicio sus propias posibilidades. Sonó la campana, el negro lanzó una ráfaga de puñetazos al aire y se aproximó al centro, Butch se levantó con calma, como si la cosa no fuese con él. El rival lanzó un par de jabs intimidatorios, nada serio, sólo quería tentar al que tenía delante, ver en qué estado se encontraba. Butch repelía los tímidos ataques con la defensa, ni siquiera se movía de su sitio, estaba estático defendiéndose con los guantes y los brazos. Deseaba que volviese a tomar la iniciativa, que se lanzase contra él, que intentase rematar el combate. El público volvía a abuchear a los luchadores, era lo que quería, que el rival sintiese la punzada de la juventud, que su orgullo se viese herido.

En la esquina del contrincante le pedían calma, pero cada vez se movía más rápido, lanzando más golpes. Butch retrocedía, los puños que le caían encima eran de granito, cada puñetazo le desplazaba unos centímetros y le iba encajonando en una de las esquinas, cuando estuvo atrapado el negro volvió a incrementar la intensidad y la fuerza. – Está en buena forma, tendré que aguantar esta ráfaga para que se desfonde. – Pensaba Butch mientras a duras penas se protegía la cabeza y las zonas vitales. Volvía a ser castigado, el negro sabía donde golpear, tenía los dorsales machacados. Butch parecía un muñeco, un títere descabezado que no paraba de bambolearse a cada impacto, el oponente era como una máquina que apaleaba una y otra vez sobre el mismo punto, siempre con la misma intensidad, como si de un pistón se tratase. Butch lanzó un gancho para salir del atolladero, el otro lo recibió en la barbilla y se alejó lo suficiente para que el boxeador lanzase un directo que impactó en la frente del rival. Éste se quedó sorprendido, perdió la iniciativa y permitió que Butch se alejase de la esquina. El negro bajó la guardia, parecía cansado, Butch lanzó el puño con toda su fuerza, lo esquivó y le devolvió un crochet que describiendo una elipse aterrizó en la ceja herida. Ésta reventó, se abrió en canal y comenzó a manar la sangre que se metía en el ojo. Había quedado tuerto, no era capaz de ver nada por el lado izquierdo, el contendiente seguía castigando esa zona, intentando atravesar la defensa y acabar con el hombre que tenía delante. Lanzaba golpes furiosos, obviando la técnica y atacando de cualquier forma. Butch alzó el codo, era un truco que había aprendido en los años que llevaba luchando, el puño desbocado del negro se estrelló contra el hueso de su brazo. Su cara mostró el dolor de haber impactado contra la pared que se levantaba contra él, el veterano boxeador sabía que se había roto un dedo, aprovechó su sorpresa para lanzarle una combinación de golpes. La cabeza del oponente se bamboleó hacia atrás y adelante por los puñetazos que se estrellaban, aún así no cayó, se abrazó a Butch intentando evitar los golpes. El boxeador le propinó un cabezazo que le abrió el pómulo, el negro se tambaleaba cuando sonó la campana, de su cara manaba abundante sangre. El séquito que tenía en su esquina se abalanzó sobre Butch, de un par de empujones se los quitó de encima, el arbitro medió para evitar la lucha entre los equipos.

El viejo boxeador volvió a su esquina, tenía las costillas tocadas y su ojo izquierdo se había convertido en una pelota amoratada que no paraba de sangrar. Joey sacó una cuchilla y le rajó la piel para que expulsase la sangre acumulada, la hinchazón bajó considerablemente. El negro estaba aturdido, a duras penas le sujetaban, sabía que lo que tenía delante eran los últimos momentos de lo que antaño había sido un gran guerrero. Butch observaba al boxeador que tenía frente a él, se reconocía en su juventud y en su fuerza, parecía un espejo que devolvía un reflejo del pasado y al que le costaría hacer añicos.

Nacho Valdés

viernes, mayo 01, 2009

Lo nuevo de Wilco



Ya se conoce el título del nuevo album de Wilco. El mismo llevara el trabajado nombre de "Wilco (The Album). Tambien se han dado a conocer las canciones que contendra en mismo. Parece que el disco estará listo para junio. Estoy seguro que será una bonita banda sonora para empezar el verano.
Nos vemos...

Listado de canciones de Wilco (The Album):

01 “Wilco the Song”
02 “Deeper Down”
03 “One Wing”
04 “Bull Black Nova”
05 “You and I”
06 “You Never Know”
07 “Country Disappeared”
08 “Solitaire”
09 “I'll Fight”
10 “Sunny Feeling”
11 “Everlasting”