jueves, octubre 27, 2011

Vietnam (Vol. 7)

Vuelan los aviones
sobre la hierba mojada
donde descansan
tu pecho y mí espalda
esperando nada.
Y debajo del suelo
no alcanzan nunca
las palabras
al cielo.
O tal vez llegan
convertidas en rumores
que confunden barrio
y paraíso.

Veo la lluvia
acariciar su cuerpo entregado a la tierra
mientras escondido
entre la próxima cosecha
plantamos el amor
que nos sobra.
Volvemos al coche
como los que regresan
de la tercera dimensión
aburridos
de su doble irrealidad futura.

Nos queremos
a pesar del mal tiempo
y recordamos
por un instante
la antigua lucha entre las nubes y el sol
por ver quién
contempla con más nitidez
nuestras muestras
de amor
y sangre

Sonreímos.
Es lo único que nos queda.

miércoles, octubre 26, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (33)


Siento que durante estas semanas los textos eléctricos hayan menguado descaradamente. Pero raros son los momentos que el trabajo me deja para poder disfrutar de este nuestro blog.
Nos visita un viejo amigo de Sergio y mío, que además de hacer muy buenos discos y sorprendernos con nuevos proyectos, nos cae de puta madre pese a que es INDIE. Nos gusta por la fragilidad de su cuerpo, por esa cara de buen chicho y por esas hermosas composiciones. Lástima que se deje ver tan poco por tierras valencianas.
Me ha sido imposible quedarme con un solo tema, así que hoy doble ración eléctrica.



martes, octubre 25, 2011

Palabras Usadas

La canción de hoy no es una versión al uso. Sería más justo y correcto enmarcarla en el ámbito de la perversión o la diversión.  En 1966, la banda norirlandesa THEM publicaba este pelotazo llamado " I can only give you everything". El grupo tenía en sus filas a un joven y prometedor muchacho llamado Van Morrison. Treinta años después, un jovencito californiano llamado Beck Hansen cambió para siempre el proceso grabación de canciones fabricando el disco del año en su doméstico estudio de grabación casero. Esa colección de hits se llamó "Odelay". Beck tomó como base el riff de guitarra de la canción de Them y lo convirtió en este temazo llamado "Devil´s Haircut" que serviría de single de presentación de su monumental obra maestra. El vídeo que acompaña al tema de Beck (basado en las películas Cowboy de Medianoche y los 400 Golpes) es una excelente muestra del talento del californiano
Beck anticipó la música que dominaría los últimos noventa y los primeros dosmiles.

THEM - I can only give you everything



BECK - Devil´s haircut



lunes, octubre 24, 2011

En el ángulo muerto Vol. 120



Callejones

El señor Garrido me recibió atravesándome con la mirada y con el ceño fruncido. Yo, mantenía una sonrisa afable en un intento por conectar con el anciano pero él seguía con una expresión inamovible que me daba a conocer de manera continua su inconformidad con mi visita. La mujer con la que había hablado, un poco más joven que el octogenario, debía ser su asistenta o algo por el estilo. También tenía una edad avanzada y, además de tener un aspecto brutal y desagradable, me observaba con un odio sincero que resultaba intimidador. Por mi parte, le sonreí y avance hacia lo que parecía ser el salón.
La casa era antigua y, aunque estaba en orden, denotaba el paso del tiempo y el abandono que parecía haber sufrido en los últimos años. No era demasiado amplia pero sí luminosa pues se encontraba en el último piso del edificio. El papel pintado de las paredes tenía un tono amarillento y, en algunas zonas, la humedad había dejado manchas oscuras que se extendían hasta el rodapié. La decoración era sencilla, una lámpara de cristal de imitación de brazos dorados en el techo, una pequeña televisión bastante antigua que no tenía pinta de funcionar y, sobre todo, una cantidad ingente de libros que rebosaban por todos los lados. Gran parte del espacio estaba cubierto por estanterías donde se apilaban cientos de volúmenes e incluso, desde el suelo, se levantaban un par de pilas que debían llegar al metro de altura. Por lo demás, además de unas flores secas que intentaban servir de decoración, había alguna foto en la que el señor Garrido estaba con algún personaje importante o recogiendo alguna de las distinciones a las que se había hecho asiduo en los últimos tiempos. El detalle me llamó la atención profundamente pues, al contrario de lo que cabría esperar, no detecté ningún retrato de juventud o familia y eso me resultaba por lo menos llamativo. El hombre, que vigilaba nervioso mis movimientos, me pidió que me sentase en una de las butacas.
- Usted dirá qué quiere pues ya comienzo estar un poco harto de la persecución a la que me está sometiendo.
- Ya se lo comenté –le contesté lo más amable que pude- lo único que deseo es hacer un entrevista y, si vemos que la cosa funciona, podríamos hacer algo más grande.
- ¿A qué se refiere?
- Un libro o un reportaje más extenso. Yo creo que su historia debe ser conocida por todo el mundo.
- Estoy de acuerdo, a eso estoy dedicándome con mis conferencias y actividades. – Dijo con acritud.
- Desde mi punto de vista podríamos conseguir una mayor promoción y alcance… - El tipo me cortó con un movimiento seco de su mano y mostrando la furia contenida en su interior. Su bigote teñido parecía temblar debido a la tensión.
- Escúcheme –comenzó a decir con voz oscilante-, en ningún momento le he pedido ayuda para promocionar mi historia pues me valgo yo solo para llevar mis asuntos.
- En fin, no se sulfure –continué-. Solo serán unas cuantas preguntas y después seguiré yo solo con mi investigación. Haré algún tipo de reportaje y lo apoyaré con su testimonio. ¿Qué le parece la idea? – El hombre se mantuvo unos segundos pensativo valorando la posibilidad de la pequeña audiencia.
- Está bien –dijo al fin-, si cuando terminemos con este engorroso asunto usted sale de mi vida yo me comprometo a contestar a lo quiera
- Estoy de acuerdo –respondí-.
- Carmen –gritó el anciano- tráiganos cuando pueda un par de tés. Supongo que le gustará el té –me dijo el señor Garrido-.
- Sí, compartiremos un té –le contesté a pesar de que no era mi bebida favorita ni muchísimo menos.

Nacho Valdés

viernes, octubre 21, 2011

En el Backstage Vol. 30



Un gran salto hacia el futuro

Hacía por lo menos siete años que no los veía en directo, la última vez fue en la sala Ritmo y Compás de Madrid y ya, por aquel entonces, me quedé con la grata sensación del trabajo bien hecho. Si además se le añade la cercanía de los componentes del grupo, las sensaciones ahondan en lo personal y se vuelven más diáfanas y vividas. Antes de dar el salto hasta su primer y exitoso disco Un día en el mundo, Vetusta Morla ya llevaba una buena temporada trabajándose los escenarios y las canciones que después vieron la luz. Personalmente los sigo desde hace años y, por el momento, tengo en mi poder casi todos los trabajos que han alumbrado. Desde la maqueta la Cuadratura del círculo hasta el novísimo Mapas. En definitiva, más allá de los debates de fondo en relación a las reminiscencias que se detectan en sus composiciones y si son la vanguardia del Indie o tonterías por el estilo creo que la reflexión debería ser la siguiente: Vetusta Morla es un grupo que se ha trabajado un hueco en el mundo de la música española por derecho propio pues, sin lugar a dudas, nadie les ha regalado nada y han tenido que levantar su proyecto desde cero. El resto no son más que debates estériles cargados de mala baba, resentimiento o ánimo de notoriedad.
El caso es que el pasado sábado quince de octubre me pude reunir de nuevo con estos viejos conocidos gracias a la gentileza de Guille, uno de los guitarras. Dudo que, de otra forma, hubiese tenido oportunidad de verles pues en sus dos primeras visitas a Valencia me quedé en la puerta debido a mi falta de previsión y la gran avalancha de gente que también tuvo la feliz idea de asistir a la cita. La cuestión es que para el día quince, mi bella mujer y yo, así como Muchacho Eléctrico y la Muchacha Eléctrica, pudimos recrearnos con el enorme concierto con el que nos iban a hacer disfrutar los madrileños a todos los asistentes.
La convocatoria era en la sala Mirror que, de forma habitual, suele sonar un poco gruesa o directamente mal. En este caso la situación fue bien distinta y la banda, a pesar de comenzar con una calidad de sonido moderada, acabó sonando a la perfección gracias, supongo, al buen hacer del equipo técnico que acompañaba a los tricantinos. Lo que más me sorprendió, pues hacía mucho tiempo que no les veía sobre un escenario, fue la capacidad de resolución que mostraron estos músicos. Es decir, el primer disco, que me pareció una maravilla, me daba la impresión de estar sobre-producido y con un sonido difícilmente alcanzable en un directo pero, lejos de no encontrar sus referencias de estudio, los Vetusta Morla sonaron fieles a su estilo y a la calidad que destilan en sus discos. Resulta notable la capacidad del grupo para trabajar en equipo pues, quitando a Pucho que realizó sus discretas funciones de frontman, el resto salta a la vista que es un equipo bien avenido que trasmite ese buen rollo en sus actuaciones. Como he dicho, Pucho, debido al rol que le toca realizar, destacó por su voz y por la calidad y fidelidad a sus referencias grabadas y cuajó una actuación enorme durante la que interactuó con la gente a la que levantó cuando así se requería. Por otro lado, la percusión también fue uno de los elementos más cuidados de la actuación y contó con un protagonismo a la medida de las circunstancias. La sección rítmica estuvo a la altura del resto y Álvaro transmitió bastante buen rollo y cierto carisma que me gustó bastante. Por último, la sección melódica también estuvo perfecta, y las guitarras de Guille y Juanma se compenetraron de tal manera que cada cual tuvo su pequeño momento en el que llevaba el protagonismo sin necesidad de pisar a su par. Me quedo con la guitarra de caja semi-hueca, una Gibson creo, que lució Guillermo y que sonó estupendamente. Por otro lado, también estuvo atento a los coros e incluso se marcó unos adornos con los teclados que dieron el color adecuado a las canciones que así lo requerían.
El concierto resultó todo un éxito y comenzó con el último trabajo que, a pesar de que a mí no me había convencido, debo decir que en directo suena estupendamente y que muestra la madurez de estos creadores. Las letras atractivas, aunque con un fondo decadente, que al menos a mí me apasiona, han evolucionado y comienzan a convertirse en una referencia marca de la casa que forma parte del carácter que trasmite este grupo. El público estuvo totalmente entregado y se rindió sin rubor a los Vetusta, incluso en los momentos intermedios en los que la intensidad declinó ligeramente debido a la imposibilidad de mantener el mismo patrón durante toda la actuación. Para los últimos temas habían reservado éxitos contrastados que volvieron a arrebatar al auditorio y nos llevaron a disfrutar de un show de prácticamente dos horas de duración en el que no sobró ni un solo minuto.
En definitiva, todo un éxito para Vetusta Morla y un gran concierto para los que tuvimos la suerte de asistir. Os esperamos pronto…

Nacho Valdés

jueves, octubre 20, 2011

A day in the life


Ayer se hizo entrega del Premio Príncipe de Asturias a Leonard Cohen en el Teatro Campoamor de Oviedo. El "pequeño" autor canadiense dió muestras de su clase natural y de su valía en cada una de las respuestas y gestos que regaló.  Nacho Vegas y Duquende mostraron canciones y palabras de afecto hacia el músico en un íntimo homenaje.
Por otro lado, otro peso pesado de la música americana cumple años hoy. El señor Tom Petty está a un paso de los 60 y conserva todavía el gusto juvenil y canchero que tiene el rocanrol.


Vietnam (Vol. 6)

Cierra la puerta tras de ti
antes de que se cuelen los vecinos
en este programa para adultos
que son nuestras noches en vela.
Olvida el abrigo en la percha
ya sabes que esto va arder
Tendrán que llamar a la restauradora
para reparar nuestra piel.

No respires todo este humo
aun seguimos conectados a la cámara de gas.
Como cada domingo, una realidad.

Abre los ojos
el lunes invita a atravesar el pasillo
dejando atrás este año malo
que no termina de pasar.

Llegas aquí con el viernes
dibujado en tus ojos
mendigando un verano alejada de los focos
y cerca del suelo.
Pero yo estoy todavía en la salida esperando un disparo
que me haga correr sin huir.
No puedo ofrecerte más que estos desperfectos
junto a esta a cuenta atrás
que nunca llegará al cero
en este domingo sin realidad.

miércoles, octubre 19, 2011

Delaletra



Lula Carson Smith(1917-1967),más conocida por Carson McCullers, publica "El corazón es un cazador solitario" en 1940. La novela cuenta las cinco historias de cinco personajes a los cuales el azar y el destino junta en determinados momentos a lo largo de la trama. La acción se desarrolla en el gran sur estadounidense, muy en la onda de Faulkner. Sentimientos de desarraigo, homosexualidad, alcohólicos enamorados, familias de postal, enfermedad...etc.
Todo eso convive y malvive en esta estupenda y generacional novela en la que su autora inicia una búsqueda íntima de su propia sexualidad .
McCullers que las pasó canutas en la vida muestra un talento y una sensibilidad muy por encima de las mujeres de su época. Inclusive el misógino de Charles Bukowski le dedicó un poema. Poetisa del punk y musa de los caídos con un estilo poético soberbio y cínico.
El tiempo ha sido justo con esta obra y, a día de hoy, es una de las vértebras de la gran columna vertebral de la literatura americana.

martes, octubre 18, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (32)


Últimamente, principamente por motivos de trabajo, me es casi imposible acceder al blog para repasar lo que escriben mis queridos socios, tener un "ratito" para elegir un tema y escribir unas notas que le acompañen. A esto se une que llevo 17 días sin fumar,con lo que a mi estrés laboral se le une una constante lucha por no enceder un pitillo. Esta situación ha hecho que hoy, a 9 minutos para que se cierre el plazo para subir mi sección, haya recordado un tema que le va ni que pintado a mi situación actual.
El tema es de Adanowsky (actor, comediante, músico y compositor),cuyo verdadero nombre es Adán Jodorowsky y que como seguro que habeis adivinado es hijo de Alejandro Jodorowsky

A day in the life

La revista Efe Eme y la emblemática sala Matisse de Valencia se han asociado para crear un encuentro mensual con personalidades de nuestra música.
"Las Charlas de Efe Eme" contarán en su estreno con la espigada y elegante figura de Ariel Rot, el cual será entrevistado por Juan Puchades (Director de Efe Eme) y tocará en formato acústico alguna de sus canciones más emblemáticas.
La cita es el 6 de Noviembre y el precio 15 euros.

En el ángulo muerto Vol. 119


Un rastro caliente

A la mañana siguiente, presa de excitación pasé por la redacción para justificar mi ausencia los siguientes días. El que ocupaba el puesto de editor ni tan siquiera me pidió que me explicase así que, sin lugar a dudas, me puso la situación mucho más sencilla. De todas formas, y por si me veía en algún aprieto debido al asunto en el que me estaba embarcando, tenía preparado un reportaje antiguo que nunca había salido a la luz y que me vendría bien para demostrar las horas de trabajo que iba a emplear en el señor Garrido. Por último, antes de salir del periódico, pasé a hablar con el encargado del material. Necesitaba un objetivo potente, algo grande que me permitiese hacer fotos a distancia. El tipo, que era un viejo conocido, me lo prestó sin ningún tipo de problema. Únicamente me recordó, antes de irme, que cualquier cosa que estropease sería responsabilidad mía.
Lo primero que hice fue ir al domicilio de Manuel Garrido pues, antes de hacer lo que estaba dispuesto a hacer, quería pedir por última vez una entrevista de manera oficial. Vivía en un barrio obrero cercano a Embajadores, no era una mala zona por lo céntrica que estaba pero tampoco era una maravilla. El edificio en el que tenía su vivienda era de cinco alturas, con una aire de rancio abolengo que evidenciaba que había tenido épocas mejores. Dejé el coche en un aparcamiento y la cámara la oculté como pude tras mi cintura, no quería que la posibilidad de verse fotografiado le echase para atrás. Esperé pacientemente y, cuando un vecino entró en el portal yo me colé con él. Aunque me miró con desconfianza la conversación banal que mantuvimos en el vetusto ascensor pareció tranquilizarle aunque, de todas maneras, me daba exactamente igual lo que pensase ese individuo que no conocía de nada. Por fin, tras la tortuosa ascensión en la caja que discurría por el hueco de las escaleras, llegué al último piso donde se encontraba la vivienda del señor Garrido.
El edificio, que parecía caerse a pedazos, tenía en que cada recodo alguna historia que contar. Me resultaba de lo más evocador para un relato sobre un viejo superviviente del Holocausto. Las paredes, cubiertas todavía por el papel pintado original, habían perdido el lustre original pero habían ganado en la personalidad que les daba el tiempo que había transcurrido por ellas. Era como si todos los que hubiesen pasado por el corredor desgastado que llevaba a la casa del sobreviviente hubiesen dejado su impresión, su huella. Lentamente me acerqué hasta su puerta, también era la original y estaba totalmente desgastada en el pomo y la cerradura. Tragué saliva y me planté en la entrada, llamé con determinación y escuché unos pies arrastrándose al otro lado. Contuve la respiración y esperé unos segundos, no se oía nada. Volví a golpear la puerta, esta vez con tanta fuerza que pareció que iba a salirse de los goznes. Desde el interior sonó una voz femenina, desagradable y chirriante: - ¿Qué quiere? – Dijo esa persona con un tono horrible.
- Soy periodista –contesté-. Desearía hablar con el señor Garrido, ¿está en casa?
- Aquí no hay nadie que se llame así, váyase o llamaré a la policía.
- Señora, pienso plantarme aquí hasta que puede hablar con el señor Garrido –tenía la seguridad de que era su vivienda pues había tomado los datos del registro-. Tengo todo el tiempo del mundo y no pienso moverme –amenacé-.
La mirilla antiquísima que parecía una especie de celosía metálica se abrió con un ruido chirriante, un ojo enrojecido se asomó y me escudriñó de cuerpo entero. Me impresionó tanto que di un pasa atrás, como protegiéndome de lo que podía hacerme ese agresivo globo ocular. Me repuse, menuda tontería, un ojo no sería capaz de hacerme nada. Y menos con una puerta por el medio. La mirilla volvió a cerrarse y contraataqué.
- Señora, dígale al señor Garrido que no pienso moverme de aquí, que seguiré en este pasillo hasta que tenga la decencia de atenderme.
- Ya le he dicho… -su voz se cortó abruptamente y en su lugar sonó la voz ya conocida para mí del señor Garrido.
- Está bien Marisa, está bien. –Dijo calmado dirigiéndose a la mujer.
La entrada se abrió y Manuel Garrido me invitó a entrar. Como no podía ser de otra manera aproveché la ocasión y me colé en su domicilio, me daba la impresión de que iba a hacer un excelente reportaje.

Nacho Valdés

viernes, octubre 14, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (31)


Circodelia fue un grupo que tuvo un prometedor debut con su primer disco pero que ninguno de los trabajos que realizaron posteriormente llegaron a superar las expectativas que habían generado con su primer trabajo.
De ese modo, pasaron a formar parte de ese cementerio que el rock tiene guardado para aquellos grupos que tocan el éxito con su primer trabajo y que pasado unos meses les devora y les deja con sus huesos en el suelo.

A day in the life

Iván Ferreiro cumple 40 años y lo celebra con la publicación de "Confesiones de un artista de mierda". Un disco en directo en el que ofrece nuevas lecturas de algunas de sus más celebres composiciones tanto en Piratas como en solitario. El disco viene acompañado de un DVD con el concierto integro.
Aquí un adelanto del enorme tema "Años 80"...

jueves, octubre 13, 2011

Vietnam (Vol. 5)

Guardó todos sus discos en un cajón
justo antes de asomarse al balcón.
Miró hacia abajo y resignada
resolvió que el aire seguía siendo de acero
Y que sería su propio peso
el que, sin ningún aprecio,
la haría caer
como un papel arrastrado por el viento.

Él llegó tarde y vio el cajón.
Un disco de Dylan sobresalía del montón
como anunciando el cambio de milenio
o un cruel giro del destino.
Y puso sus ojos en el balcón abierto
notando al instante un peso nuevo muy cerca del corazón
que le dejaba sin aliento,
como el pájaro que está a punto de emprender el vuelo
y cae arrastrado por el viento…

Dicen que la tristeza llega así
y que nunca se llega a ir
lo cierto es que de eso hace seis años ya
y todavía pienso en ti
como un candado cerrado
que me negué a abrir.

El tiempo no curó del todo este dolor.
Visité médicos hasta saber más que ellos
sobre lo extraño de este hueco
que se formó justo en el centro de mi pecho
y sobre todo de cómo junto al suelo
a veces están las manos y no los pies.
No me respondieron.
Decidieron irse, cuando cerró el museo, donde todos los ciegos pagan por ver
a un hombre papel arrastrado por el viento.

martes, octubre 11, 2011

Palabras Usadas





¿Quién no recuerda la secuencia de Reservoir Dogs en la que Michael Madsen tortura y corta la oreja a un policía que había capturado? Lo que en un principio nos haría apartar la vista por su truculencia, al estar acompañado por el tema que hoy nos ocupa, acaba convertido en una especie de parodia cómica capaz de arrancarnos una pequeña sonrisa. Pues bien, ahí fue donde descubrí este tema de los escoceses Stealers Wheel que ha pasado por derecho propio a engrosar la cultura pop de mi generación. Con el tiempo, y después de caer rendido a los Eagles of death metal, descubrí en uno de sus mejores discos, Peace Love Death Metal, una versión más eléctrica que, respetando la original aporta el estilo propio de este grupo al que también ha llegado la alargada mano de Josh Homme. Ya hablaremos de este último en próximas entregas, por el momento disfrutemos de estos dos temazos.

lunes, octubre 10, 2011

En el ángulo muerto Vol. 118



Contradicciones

Revelé las fotos en el laboratorio de la redacción, era algo que siempre que podía hacía pues así me ahorraba la gran suma de dinero que suponía el papel, los líquidos y demás asuntos que se necesitaban. Por supuesto, cuando se trataba de algún trabajo profesional era el periódico el que corría con los gastos pero cuando tenía ocasión utilizaba esos recursos para mis propósitos personales. Dejé secar las fotografías y, después de llevarme unos cuantos carretes del cuarto de material, metí todo en una carpeta y me fui a casa para observar el resultado detenidamente. Cuando llegué decidí bajarme al bar donde iba habitualmente a ocupar la mesa que siempre solía utilizar. Cené poco y rápido mientras observaba los informativos y después pedí que limpiasen la mesa, pues no quería que se estropease mi material, y me pedí un güisqui que saboreé tranquilamente mientras pensaba ensimismado en mis asuntos. Para la segunda copa ya estaba comprobando el resultado de la sesión fotográfica que había realizado. A pesar del bullicio a mi alrededor, el lugar de encuentro que suponía el bar me calmaba y me permitía concentrarme, al menos en la mayoría de las ocasiones, en aquellos temas que me preocupaban. Alguna vez había pensado sobre esta curiosidad y siempre lo he achacado a que vivía solo, supongo que el encuentro con más gente suponía para mí una especie de terapia.
Empecé a mirar detenidamente las fotografías que había revelado en blanco y negro pues, a mi entender, ese formato captaba mejor el carácter del fotografiado. La mayoría eran primeros planos muy cercanos y alguna que otra más alejada y grupal con todos los ponentes, esto me permitía contextualizar la situación y el momento de la imagen. Lo que me interesaba, más allá de cualquier otra consideración, era lo que la expresión de Manuel Garrido me transmitía. Lo primero que hice fue observar todas las fotos detenidamente y me quedé con tres para estudiarlas a fondo. En una aparecía distraído y como ausente escuchando las explicaciones de otro de los conferenciantes; en la segunda estaba en pleno discurso y, en la última, estaba camino de la escalinata que llevaba a la salida de las tablas. La más auténtica era en la que el anciano se encontraba ensimismado pensando en sus cosas, se le podía ver preocupado y pensativo como si algo importante estuviese pasando en ese momento por su mente. Sus ojos no poseían la vitalidad habitual y parecían agotados, como si su rostro mostrase todavía más años de los que en realidad tenía. Sus manos, repletas de manchas por la ancianidad, estaban sobre la mesa, descansando del trabajo de gesticulación al que las sometía. La instantánea de su plática cambiaba radicalmente, se veía que el hombre se encontraba a sus anchas frente a un auditorio y mostraba su mejor rostro. Sus dientes asomaban por una sonrisa magnífica y calculada y sus extremidades aparecían difusas por el movimiento al que eran sometidas, los ojillos se asemejaban a los de algún pequeño depredador que está a la espera de su presa. Y, en último lugar, estaba la instantánea que mostraba el gesto severo del que se sabe observado por alguien. En esa última foto miraba directamente a cámara y cierta nube de oscuridad parecía emborronar la impecable figura que había mostrado hasta ese instante; estaba claro que mi presencia no resultaba grata para ese hombre.
El trabajo que había realizado me había ayudado a entresacar unas cuantas conclusiones interesantes o, al menos, eso es lo que yo pensaba. Lo que más claro vi fue que Manuel Garrido representaba un papel, no era una persona clara y algo ocultaba o no quería que se supiese. La diferencia de actitud y de semblante, con el añadido de que no quería consentir entrevistas, me llevó a considerar que se trataba de alguien, por lo menos, poco claro. Que mi presencia le incomodase tanto no me extrañaba puesto que estaba fisgando en sus asuntos, pero lo que más me intranquilizaba era lo medido del rol que cumplía frente a su público fiel. No sé qué era lo que sacaba en claro este hombre pero su gesto no me convencía y, después de muchos años de ejercer mi profesión, tenía cierto instinto para este tipo de cosas. Decidí que lo mejor era llegar hasta el fondo de la cuestión y que me empeñaría, a pesar de la oposición del anciano, en descubrir la verdad sobre su pasado.

Nacho Valdés

jueves, octubre 06, 2011

La Radio Rota de Mr. K



Wilco para todos los públicos

Wilco - The Whole Love (2011) dBpm Records

El pasado día 27 de septiembre llegaba a las tiendas el esperadísimo nuevo álbum de Wilco. The Whole Love (¿el amor al completo?) octavo disco de la banda y primero desde la independencia tras romper con Nonesuch (sello de Warner) y fundar su propio sello dBpm records.
La banda de Chicago, máximos representantes de la generación No Depression que nació allá por el año 1995, sostiene a día de hoy un estatus casi incontestable y cada nuevo trabajo levanta unas expectativas que rara vez no han superado con creces. La pregunta resulta obvia entonces ¿Cumple esas expectativas esta nueva entrega?....Efectivamente y no, como dirían nuestro chicos de Muchachada Nui. Este nuevo trabajo no está a la altura de sus grandes obras pero conserva grandes luces y apuntes de las mismas. The Whole Love traza, sin seguramente pretenderlo, un viaje desde aquel lejano A.M que publicó la banda de 1995 (de aquella formación solo resisten Tweedy y Stirrat) hasta su penúltimo álbum Wilco The Álbum que en palabras de Tweedy es el primero de Wilco. Por ello encontramos entre la primera y la última canción muestras de electrónica, rock progresivo, baladas folk, americana, pop beatle que en su totalidad lastran un poco la continuidad y unidad musical del disco pero que son el ADN de la banda o más concretamente de Jeff Tweedy.
La canción que abre el disco Art of Almost es una epopeya electrónica de siete minutos, que remite a los excelentes A ghost is born o Yankee Foxtrot hotel aunque sin su puntería, en la que la voz de Tweedy sirve de cable a tierra hasta que se apaga y la banda despega en una maraña de solos guitarras, pianos y batería que levantaría a un cementerio entero. La primera en la frente. Continua el álbum con el single I migth que estuvo sonando con su contagioso bajo distorsionado semanas antes de la publicación y que muestra a una banda más feliz y bailonga que nunca. El disco sigue consolidándose hacia arriba hasta el ecuador del disco marcado por la canción número siete donde la banda pone el freno y dan paso a medios tiempos muy lentitos y en ocasiones algo largos. Antes de eso quizá algunos de los mejores del álbum con Dawned on me y Born alone a la cabeza de ese sonido pop que solo Wilco puede hacer. Hacia el final el ritmo vuelve a subir con el excelente rocanrol macarrón y marciano Standing O y la canción que da título al disco the Whole Love que remite a los Wilco más acústicos del Sky Blue Sky y en la que Jeff Tweedy emociona con unos agudos imposibles reminiscencia de unos Beach Boys taciturnos. Para cerrar el álbum doce minutos de intimismo indie en la inabarcable One Sunday Morning (Song For Jane's Smileys Boyfriend). Además de estas doce nuevas canciones se ha puesto a la venta una edición especial del disco que incluye cuatro temas entre los que se incluye una genial versión del I Love my label de Nick Lowe (aparecido en el blog en la sección 10 tipos en los que Marc puede confíar) y algunos descartes o “bootlegs”.
En resumidas cuentas estamos ante un trabajo menor de los de Chicago con destellos de sus grandes obras pero sin la patada en la mesa que supusieron sus antiguos discos. De todos modos el disco será uno de los mejores de año y no cabe duda que el estatus del grupo sigue intacto y que podrán disfrutar de su reinado durante al menos un tiempo.
Sé que no es justo tildar de obra menor a un disco en el que nueve de sus doce canciones son excelentes pero Wilco merece otro rasero mucho más severo que el de las otras bandas. Nos visitan en Noviembre. Será un buen momento para medir de primera mano el nivel de la banda y de su último trabajo.
Bienvenidos sean.

mR.K

Vietnam (Vol. 4)

Más allá de los cruces de piernas de la madrugada
entre los huecos que dejan en sus oleadas las cortinas empujadas por el viento
allí donde reside lo que olvidamos,
allí siguen los amantes parando el tiempo y limitando el espacio.

Se aman porque pueden dicen los que clavan sus ojos tras las ventanas,
pero eso no es del todo cierto, pues hay veces en las que se necesita más de un poder para amar y no digamos ya para olvidar a lo que se ama cuando ya no quiere ser querido.

Lo que queremos no tiene porqué estar enfrentado a lo que no queremos dicen las voces de la cabeza.

Yo quería que llegase el verano pero no quería que se apagase el invierno. Eran cosas diferentes y las quería así indistintamente. Deseaba que cayese sobre mí su erótica inocencia en forma de manzana pero siempre llevaba sobre mí un paraguas de cristal para evitar el golpe.

Entonces ella giró su cara hacia el otro lado y pensó que este amor no era quizá lo más apropiado para alguien como ella. Que tal vez si el sol no tuviese la misma fuerza que sus ojos cerrados habría visto venir la embestida del futuro y no estaría ahora hecha pedazos en este lugar perdido del que seguramente ya no podrá salir.
Por otro lado está él, que podría haber sido cualquiera y no es nadie en sí mismo, junto a su cadena de oro que es la atadura de todos y la libertad para ninguno.

Solo el amor libera
y vivir sin él
es sobrevivir encerrado
en casas de cartón sin salida.

miércoles, octubre 05, 2011

Bunbury: Nuevo disco y Gira


Bunbury anuncia su nueva gira para enero y febrero de 2012.Enrique Bunbury vuelve a la carretera para presentar las canciones que formarán parte de su nuevo álbum Licenciado Cantinas. La gira recorrerá algunas de las principales ciudades españolas:


VALENCIA - 12 de enero - Pabellón Fuente San Luis
ALMERIA - 13 de enero - Pabellón de los Juegos Mediterráneos
SEVILLA - 14 de enero - Centro Deportivo San Pablo
VIGO - 18 de enero - Auditorio Mar de Vigo
ZARAGOZA - 20 de enero - Pabellón Príncipe Felipe
BARCELONA - 21 de enero - Sant Jordi Club
SALAMANCA - 27 de enero - Multiusos Sánchez Paraíso
SANTANDER - 28 de enero - Palacio de los Deportes
MADRID - 3 y 4 de febrero - La Riviera

Delaletra




Los siempre convincentes clásicos

Existen asuntos referidos a la naturaleza humana que se repiten una y otra vez, lo que viene denominándose Universales culturales en los estudios antropológicos. Desde mi punto de vista, aquellos autores que son capaces de localizar y racionalizar estos temas son los que consiguen llegarnos de manera definitiva y hacer de sus creaciones clásicos inmediatos que son aprovechados por infinidad de generaciones.
Algo así es lo que hizo Tomás Moro con su obra Utopía, término que acuña el inglés y que ya denota, por su etimología, la ironía que encierra este libro. Utopía es el no-lugar y nos presenta una supuesta sociedad ideal en la que sus ciudadanos disfrutan de igualdad de derechos y deberes, una educación adecuada y un acceso ecuánime a los recursos del Estado. A Moro, que le tocó vivir en la Inglaterra de los Tudor y que fue ejecutado por Enrique VIII, se le ocurrió realizar este trabajo intelectual con ánimo desenfadado aunque con una profunda crítica a los profundos problemas que sufría la sociedad de su tiempo. Quizás el tener una visión tan clara de las tergiversaciones políticas y ser fiel a su profunda convicción humanista fue lo que le llevó al patíbulo. Quién sabe, lo que está claro es que su legado literario está vigente y puede ser aplicado a la sociedad presente sin demasiadas transformaciones.
Utopía está dividida en dos libros y utiliza, en referencia a Platón, el diálogo como forma expresiva. La primera sección hace referencia a los males endémicos de la sociedad inglesa como la supremacía y abuso de ciertas clases sociales, la corrupción política y eclesiástica o el desaprovechamiento de los recursos por la inutilidad de la clase dirigente. Puesto que se trata de una conversación en la que intervienen varios interlocutores se trata de un trabajo ameno y que no deja de encerrar sardónicos ataques a los referentes sociales. La segunda parte narra por boca de un viajero que interviene en la tertulia cómo es el estado utópico del que procede y se trata de una profunda descripción de costumbres, instituciones y legislación que en esa remota isla se lleva a cabo. Lo más destacado es el estilo ligero que, sin lugar a dudas, está al alcance de todos y, por supuesto, la manera en que este análisis social se puede llevar sin excesivas complicaciones hasta el siglo XXI.

Nacho Valdés

martes, octubre 04, 2011

LA DISQUERÍA ELÉCTRICA (30)


Secret Songs (Vol.4)

El rock sobre un escenario. Miguel y Johnny haciendo lo que mejor saben hacer. Estilo y Actitud. Poco mas se puede decir.
Actuación en Canal Sur en el programa de Miguel Rios

lunes, octubre 03, 2011

En el ángulo muerto Vol. 117



Segundo contacto

Me había situado el primero en las escaleras que bajaban del estrado y, como la última vez que le había visto, un enjambre de personas estaba a la espera de Manuel Garrido. Él, mientras yo aguardaba recibiendo empujones y la presión del grupo que intentaba contener, se dejaba querer por los organizadores del evento. Se palmeaban la espalda, reían ruidosamente y no terminaban de avanzar en nuestra dirección. Comencé a disparar la cámara, deseaba algunos primeros planos con la iluminación del escenario. Sin embargo, a cada fotografía me resultaba más dificultoso mantenerme firme para conseguir unas buenas instantáneas. Estaba seguro de que había perdido algunas imágenes por culpa de los empellones que estaba recibiendo. Me estaba comenzando a poner nervioso y lancé el codo hacia atrás, sin mirar, únicamente por hacerme un poco de hueco y alejar a los moscones que no cesaban en su agobio. Mi articulación, al tiempo que sonaba un suspiro de dolor, se hundió inmisericorde en tejido blando. Un viejo que tenía detrás se llevó la peor parte e, inmediatamente, se alejó unos metros tambaleándose. El resto, como si me tratase de un animal salvaje, me dejó un espacio de seguridad que me hizo sentir más cómodo. Aunque con posterioridad no me sentí orgulloso, en el momento no veía otras salida para conseguir algo de espacio vital. Manuel Garrido, por su parte, seguía mostrando su inmaculada dentadura coronada por su mostacho blancuzco. ¿Sería auténtica o se trataría de implantes? Estaba claro que era demasiado perfecta y reluciente para ser natural y, además, probablemente el paso por Dachau y la inanición que sufrió ese hombre le había hecho perder muchas piezas dentales. Con toda seguridad era falsa y eso le permitía lucir ese inmaculado brillo. Sus ojos también brillaban con profusión, destilaban la energía y la alegría que solo se siente cuando se recibe la admiración de los que te rodean. Esto último, precisamente, era lo que le estaba sucediendo al señor Garrido, todos los que le rodeaban le adoraban y, cuando terminase con ellos, otro grupo en el que yo me incluía continuaría sumiso con esa tarea. Fotografíe esos ojillos vivos y alegres que me fascinaban, sin que supiese el motivo exacto, por su magnetismo.
Cuando por fin se dirigió a la escalinata por un segundo reparó en mí, su rostro se nubló imperceptiblemente para al instante recuperar de nuevo el semblante amable. Se acercó cauteloso y comenzó el descenso, volví a sentir la presión de los que luchaban por acercarse a decirle unas palabras amables o simplemente tocarle, no tenía claro lo que querían de ese anciano.
- Tenemos que hablar – le espeté -. Necesito una entrevista con usted. – Conseguí decirle entre los brazos y manos que se lanzaban contra él entre palabras afectuosas.
- Ya le he dicho que no concedo entrevistas –dijo con una sonrisa rotunda -. Yo me debo a mis conferencias y este público. –Hizo un gesto con los brazos como si se tratase de un profeta y los pensionistas y amas de casa sin nada mejor que hacer que me rodeaban me miraron con recelo.
- Sólo será media hora, nada más. – La presión se hacía insoportable, recibía golpes por todos los lados y me daba la impresión de que desde que el señor Garrido se había dirigido a sus hordas se había recrudecido la tensión.
- Ya le he dicho que será imposible, tengo múltiples compromisos. – El anciano se dirigía a paso firme a la salida y, como si de una Moisés contemporáneo se tratase, el gentío se abría a su paso.
- Pues tendré que trabajar sin su aprobación, pienso escribir un libro sobre su historia. – Logré gritar antes de que se perdiese por una de las puertas que daban a la zona de servicios.
Independientemente del fracaso de mi contacto con ese escurridizo superviviente me quedó patente que mi mensaje le había llegado. Ante mi último grito advirtiéndole de que iba a investigar por mi cuenta, el hombre se había girado hacia mí y me había vuelto a observar con la expresión turbia que ya le había detectado con anterioridad. Por lo demás, aunque su puesta en escena era perfecta, algo en él no terminaba de encajar y la celosa custodia de su intimidad para después exponerse en ponencias y conferencias no me quedaba del todo clara. Decidí irme antes de que su nutrido grupo de seguidores de la tercera edad me destrozase con sus bastones y mal carácter pues no dejaban de mirarme escépticos.

Nacho Valdés