miércoles, octubre 31, 2012

Delaletra

Las dudas sobre la dimensión humana

Si existe un personaje unido a la literatura digno de mención por la profundidad de sus textos, su compromiso cívico y su voluntad de emancipación intelectual, es Miguel de Unamuno. En este caso, la persona y el personaje se unen pues la biografía unamuniana puede ser fácilmente rastreada a través de sus incontables producciones líricas. Se trató de un escritor que siempre estuvo unido a los acontecimientos políticos y antropológicos de su tiempo y que no escatimó esfuerzos para levantarse contra la censura y la opresión que se vio obligado a sufrir en sus propias carnes.
Hacia el final de su vida, tras vivir el exilio, la dictadura de Primo, las Guerras Carlistas, la Segunda República y el desastre del 98, nos legó una pequeña novela en la que repasa a través de su increíble capacidad expresiva algo que siempre le preocupó y que a todos nos afecta: el destino del hombre tras la muerte. En San Manuel Bueno, mártir hace eco de la posibilidad de la nada a través de una obra descarnada y muy personal en la que sin caer en la amargura se enfrenta de manera directa a una temática compleja y manoseada desde distintos puntos de vista.
Se trata, por lo tanto, de una novela recomendable para todo aquel que esté interesado en la lírica más excelsa y que supone el colofón para una vida comprometida con la lucha por las libertades individuales; quizás necesitásemos otro Unamuno en el presente que se enfrentase a los abusos a los que estamos sometidos.

1 comentario:

Sergio dijo...

Un hombre a la altura de sus palabras. Cuanta razón llevas con lo de lo bien que nos vendría hoy un personaje como Unamuno.

Buen puente