Guardó todos sus discos en un cajón
justo antes de asomarse al balcón.
Miró hacia abajo y resignada
resolvió que el aire seguía siendo de acero
Y que sería su propio peso
el que, sin ningún aprecio,
la haría caer
como un papel arrastrado por el viento.
Él llegó tarde y vio el cajón.
Un disco de Dylan sobresalía del montón
como anunciando el cambio de milenio
o un cruel giro del destino.
Y puso sus ojos en el balcón abierto
notando al instante un peso nuevo muy cerca del corazón
que le dejaba sin aliento,
como el pájaro que está a punto de emprender el vuelo
y cae arrastrado por el viento…
Dicen que la tristeza llega así
y que nunca se llega a ir
lo cierto es que de eso hace seis años ya
y todavía pienso en ti
como un candado cerrado
que me negué a abrir.
El tiempo no curó del todo este dolor.
Visité médicos hasta saber más que ellos
sobre lo extraño de este hueco
que se formó justo en el centro de mi pecho
y sobre todo de cómo junto al suelo
a veces están las manos y no los pies.
No me respondieron.
Decidieron irse, cuando cerró el museo, donde todos los ciegos pagan por ver
a un hombre papel arrastrado por el viento.
3 comentarios:
Muy poético en Vietnam de hoy, me ha gustado mucho y creo que vuelves a tener material para una canción.
Enhorabuena...
Abrazos
Era un hombre de papel
era un juguete del viento
que en el cielo de la ilusión hallo su propio infierno.
Yes.
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