miércoles, octubre 05, 2011

Delaletra




Los siempre convincentes clásicos

Existen asuntos referidos a la naturaleza humana que se repiten una y otra vez, lo que viene denominándose Universales culturales en los estudios antropológicos. Desde mi punto de vista, aquellos autores que son capaces de localizar y racionalizar estos temas son los que consiguen llegarnos de manera definitiva y hacer de sus creaciones clásicos inmediatos que son aprovechados por infinidad de generaciones.
Algo así es lo que hizo Tomás Moro con su obra Utopía, término que acuña el inglés y que ya denota, por su etimología, la ironía que encierra este libro. Utopía es el no-lugar y nos presenta una supuesta sociedad ideal en la que sus ciudadanos disfrutan de igualdad de derechos y deberes, una educación adecuada y un acceso ecuánime a los recursos del Estado. A Moro, que le tocó vivir en la Inglaterra de los Tudor y que fue ejecutado por Enrique VIII, se le ocurrió realizar este trabajo intelectual con ánimo desenfadado aunque con una profunda crítica a los profundos problemas que sufría la sociedad de su tiempo. Quizás el tener una visión tan clara de las tergiversaciones políticas y ser fiel a su profunda convicción humanista fue lo que le llevó al patíbulo. Quién sabe, lo que está claro es que su legado literario está vigente y puede ser aplicado a la sociedad presente sin demasiadas transformaciones.
Utopía está dividida en dos libros y utiliza, en referencia a Platón, el diálogo como forma expresiva. La primera sección hace referencia a los males endémicos de la sociedad inglesa como la supremacía y abuso de ciertas clases sociales, la corrupción política y eclesiástica o el desaprovechamiento de los recursos por la inutilidad de la clase dirigente. Puesto que se trata de una conversación en la que intervienen varios interlocutores se trata de un trabajo ameno y que no deja de encerrar sardónicos ataques a los referentes sociales. La segunda parte narra por boca de un viajero que interviene en la tertulia cómo es el estado utópico del que procede y se trata de una profunda descripción de costumbres, instituciones y legislación que en esa remota isla se lleva a cabo. Lo más destacado es el estilo ligero que, sin lugar a dudas, está al alcance de todos y, por supuesto, la manera en que este análisis social se puede llevar sin excesivas complicaciones hasta el siglo XXI.

Nacho Valdés

4 comentarios:

cristina dijo...

Cuanto se aprende contigo.

Abrazos.

Sergio dijo...

Tomas Moro, menudo tunante. Parece muy interesante.Hoy yo también he aprendido cosas.

GrACIAS

Muchacho_Electrico dijo...

A mi me gustan los TRÓPICOS UTÓPICOS.
Ojo, que también he aprendido de tu escrito.
I lve you

laura dijo...

Muy interesante...
Un beso, cariño.
Laura.