viernes, diciembre 17, 2010

En el Backstage Vol. 24




Una noche sucia

Una de las bandas más longevas del panorama roquero español recaló en Valencia para regalarnos una de sus actuaciones cuajadas de momentos originales e impredecibles. Los vigueses Siniestro Total, presentaban su última propuesta (es de destacar que lejos de estancarse en el pasado llevan en los últimos años un ritmo de grabación bastante prolífico), apoyada en los sonidos sureños de los lejanos Estados Unidos y a los que tanto debemos en el terreno musical. El disco, fiel a la imaginativa mente de los miembros del grupo, lleva por nombre: Country & Western. Lejos de las concesiones, el egocéntrico y megalómano Julián Hernández dejó bien clara la estructura de la actuación; la primera parte del concierto iba a dedicarse íntegra a la ejecución de su último trabajo, después vendría una pausa en la que podríamos, según nos aconsejó este peculiar frontman, tomar una copita para refrescar nuestros gaznates y, en último lugar, disfrutaríamos de los temas clásicos que todos los asistentes estábamos deseando.
Como viene siendo usual en este artista, comenzó el show poniendo a parir a todo lo que se le ocurrió con un punto de chabacanería marca de la casa. Sorprendente fue el estilismo escogido para el concierto, el tipo apareció con un sombrero de paja (supuestamente vaquero) y una simple camisa fea que dejaba en evidencia el paso del tiempo por el físico del roquero vigués. Quizás, influenciado por la cercanía de la Huerta decidió a última hora, para realizar un guiño a la concurrencia, disfrazarse de agricultor valenciano. El caso es que tenía una pinta de lo más deplorable pero, qué importaba, lo fundamental era la música.
Dejando de lado su habitual Gibson Les Paul, salió pertrechado con una Fender Telecaster (guitarra que últimamente me pone los dientes largos) y su ridículo sombrero; a su lado, sus habituales escuderos en forma de guitarra solista, bajo, percusión y teclados con saxofón. Para mi sorpresa el nuevo disco sonaba muy bien (no sé si han hecho algo en la sala Mirror pero ya destaqué el buen sonido durante el concierto de Quique) y era coreado de manera masiva por los seguidores que, sin llegando a abarrotar el local, nos habíamos congregado para seguir a este grupo de hard rock. El caso es que fiel a sus planificaciones, dedicaron más o menos una hora íntegra a desgranar uno a uno todos los cortes de este último trabajo. La banda, más que bragada en todo tipo de plazas, sonó rotunda e incluso por momentos sobresaliente y nos dio lo que íbamos a buscar: algo de rock en forma de nueva propuesta un tanto más country aunque, a pesar de todo, el fondo sigue siendo el mismo y los que fuesen a la búsqueda de letras profundas se encontrarían con los típicos versos chorras de Julián.
Tras el intermedio, en el que siguiendo los sabios consejos del señor Hernández me apreté una copita, volvieron sobre el escenario para acometer la recta final de la actuación. Aquí pudimos disfrutar de temas clásicos como: Ayatolah, Todo por la napia, Bailaré sobre tu tumba, Emilio Cao, Miña terra galega, Matar hippies en las Cies, La sociedad es la culpable y unos cuantos más que por supuesto se han disipado entre los vapores etílicos del güisqui JB. En esta última parte el sonido fue un poco más descontrolado, aunque justificado por las distorsiones exageradas de su etapa más punk y por las berreas que se marcaba el bueno de Julian.
Aunque se trata de más de lo mismo y ya los he visto en muchas ocasiones, debo reconocer que se trata de un grupo que nunca me defrauda (sé a lo que voy), que siempre me deja margen para desgañitarme frente al escenario y que son capaces de crear un ambiente festivo del que todos los asistentes participamos. Si vuelven, que con toda seguridad lo harán, sin duda regresaré a verlos.

Nacho Valdés

2 comentarios:

Sergio dijo...

Bueno...parece que fue una noche muy divertida. A ver si podemos coincidir pronto en un concierto como en los viejos tiempos y disfrutar juntos.

Genial la descripción del estilismo "huertano" de Julián.


SALUDOS

Nacho dijo...

Tenemos varias citas en el horizonte, seguro que alguna nos sale y podemos rememorar viejas noches de las que parece ha pasado una eternidad.

Abrazos.