jueves, octubre 08, 2009

Retratos (Vol. 2)

De un agujero se sale excavando la tierra nunca volviendo hacia arriba le dijo el perro tuerto al hijo de Abraham.
Podría hacerte el amor tantas veces que al final cambiarías tu nombre por el mío y subirías a cantar al escenario mis palabras
respondió la señora picante mientras envolvía en su pelo a su amado esclavo albino.
¿Es esta la puerta del edificio Dakota Dr. Robert? ¿Sabe si tienen televisión por cable y limonada fresca?

El hombre del traje blanco se despidió alejándose olvidando en la acera sus huellas doradas. Dejo comida y bebida para tres días y después miró al suelo y gritó:
Guardad para mañana o pegaros un tiro, eso si no lo hagáis en el salón del fondo pues está habilitado para las visitas alienígenas.

Todos los jarrones estaban ya rotos cuando llegamos, lo juro. La chica la dejamos intacta solo nos dejó subir su falda unos centímetros para mirar desde lejos y con un ojo tapado. Tenía las piernas tan largas y surcadas como la autopista que lleva la costa hasta el cerebro.
Hervía humo en sus ojos pero ya nada parecía tener sentido.

Al poco tiempo de aquello volvimos a escribir canciones….

3 comentarios:

Nacho dijo...

Extraño y atractivo viaje este que nos propones. Resulta especialmente evocador este escrito precisamente por su falta de referencias explícitas, realmente confuso al tiempo que atrayente.

Todo un acierto esta nueva sección dedicada a indagar mundos interiores y desdibujados.
Me gusta, de eso no hay duda, aunque tampoco podría decirte los motivos. Supongo que ahí es donde reside la fuerza del texto.

Abrazos y buen puente con el salmón. Mándale un saludo.

Giorgio dijo...

Tan estridente como atractivo. Parecen evocaciones visuales, que se mueven entre épocas y ritmos diferentes.

Asiduo de esta, tu sección.

Abrazos.

Unknown dijo...

Creo que a partir de ahora esta sección va a ser de mis favoritas. A mi me recuerda a un comic!
Un beso.
Laura.