viernes, octubre 30, 2009

Colaboraciones Deluxe (The Bootleg series Vol. 53)


Pérdida irreparable

Esta sección, que había enterrado hace más de un año, cuando me hastió y dejó de interesarme, ha vuelto prácticamente de manera autónoma debido a la gran desgracia que ha sufrido el mundo televisivo. Nos ha dejado uno de los más grandes, una voz inconfundible que ha acuñado centenares de expresiones relacionadas con el mundo del deporte. Andrés Montes, el pequeño gran comentarista de orígenes tan extremos como Galicia y Cuba, ha dejado de hablar, su voz se ha apagado sin previo aviso, sin emitir una sola queja ni dar ningún motivo de preocupación. Parece que no quería molestar, que aprovechó un momento de despiste para dejarnos sin hacer ruido, todo lo contrario que lo que hacía cuando se enchufaba al partido y comenzaba la retrasmisión. Tengo entendido que ya había tenido algún aviso cardiaco, que su salud no era buena y que por ese motivo había dejado La Sexta. A pesar de lo sorprendente del abandono de su pasión, nadie podía esperarse este extraño adiós que ninguno esperábamos.
Sus primeros pasos no sé donde los dio, ni siquiera sé si su formación tiene relación con el periodismo, creo que comenzó en la radio y que, efectivamente, la información era su medio, pero no tengo seguridad para afirmar esto último con rotundidad. Lo que nadie esperaba, cuando llegó la NBA a España, al joven Canal +, fue que este pequeño tipo que vestía con tirantes, pajarita y unas anticuadas gafas redondas iba a poner patas arriba todos los clichés que alimentaban a los reporteros deportivos. A unas horas intempestivas, siempre de madrugada, aquí en España, recibíamos puntualmente a la mejor liga de Basket de la mano del mejor de los comunicadores. Expresiones como “Pincho de Tortilla”, “Jugón” y su inconfundible “Brrrrrr” que salía de su boca cuando las palabras no terminaban de llegar eran identificados por todos los seguidores del baloncesto en este país. Como escudero, como no, el serio y entendido Daimiel, que daba el contrapunto teórico al espontáneo Andrés. Esta pareja de hecho, que tuvo muchos años de romance se rompió cuando apareció La Sexta en escena. No sé si fue por dinero, por aburrimiento o por convicción, pero nada volvió a ser lo mismo.
El cambio de cadena vino acompañado de un cambio de deporte, del baloncesto pasó al fútbol, y de la madrugada, pasó a horario deportivo de máxima audiencia. Su pasión estaba claro que eran los triples, las bandejas y las personales, quedaba patente que los córners, faltas y goles estaban alejados de lo que era su verdadera vocación. Pero alguien tan enorme en carisma como el Señor Montes no podía quedar rezagado, consiguió una nueva pareja de baile; Julio Salinas, y como no podía ser de otra manera nació la amistad. “Tiki-taka Salinas, Tiki-taka” le decía todos los días, el bueno de Julio no podía aguantar la risa, no era posible al lado de una persona con esa humilde y arrolladora pasión por la vida. Poco a poco creció, se hizo grande lejos del que había sido su ecosistema habitual, no sabría tanto de fútbol, pero su torrente de voz e imaginación nos volvería a dar perlas inconfundibles en forma de apodos. “Humphrey Bogart”, referido al elegante Xavi; “Tiburón Puyol” para el defensa Çule y demás coletillas que fueron adornando las tardes de fútbol y cerveza de los sábados.
Su última parada fue el abandono de la cadena privada, todos pensábamos que se trataba de un descanso, un respiro en una carrera que no había parado desde que se había lanzado a toda velocidad. Nada más lejos de la realidad, la cosa era distinta, su delicada salud le obligaba a echarse a un lado, pero nadie se esperaba el triste e inesperado final que llegaría sin remisión.
Sólo nos queda su recuerdo y una de sus últimas proclamas: “La vida puede ser maravillosa”. Hasta siempre Andrés, no te olvidaremos.

Nacho Valdés

3 comentarios:

raposu dijo...

Nunca he sido telespectador de deportes y, salvo algún zapping accidental, no conocí el trabajo de Montes, pero aún así, tu crónica me ha gustado.

Muchacho_Electrico dijo...

Triste perdida la de Andrés, que se une a la del Gran Jose Luis Lopez Vazquez. Los dos destacaron en sus trabajos y los echaremos de menos. Que cabrona es la muerte, si tenia que llevarse a dos xq no se llevo a Belen Esteban y a Borja Thissen y dejo a Andrés y Jose Luis para que nos siguieran enseñando cosas.

Sergio dijo...

El montuno montes. Desde luego es una pérdida irreparable. Yo, que nunca fui gran aficionado al basquet, me comí más una madrugada con amigos divirtiéndonos con el.
Esta semana se fue también Francisco Ayala. Un mes algo extraño, demasiada gente a la que despedir.

Un saludo y un picho de merluza.