Me dijeron que había muerto tras una brutal paliza en el bar del puerto. Por eso fue toda una sorpresa encontrarme con él en el aparcamiento.
Decía no recordar nada de aquello, que seguramente le habían confundido con otro. Si muero en un bar – contaba con una media sonrisa -puedo asegurarte que no será por una pelea. Pasamos la noche juntos, dando vueltas, recordando los tiempos del gimnasio Olimpo y el cuartel general instalado en
La perdí por lo mismo que a todas las demás. No supe mantener sanas las raíces y al final el árbol cayó podrido por dentro. Lo mejor que di al mundo se quedó entre las cuerdas del ring. Cuando bajaba de él ya no tenía nada dentro.
Me despedí de mi viejo amigo y quedamos en vernos pronto.
Jamás nos volvimos a encontrar, pero desde esa noche comencé, de nuevo, a soñar con Soledad.
miércoles, abril 23, 2008
Nueva York sin Queso ( Lo que no existe más)
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5 comentarios:
Este ha sido el mejor Nueva York sin Queso que he leído hasta la fecha, te doy mi enhorabuena y te animo a que sigas así.
Muy bueno brother.
Se agradecen los elogios. Nueva York siempre estará aquí.
Sergio me dejas sin palabras, me ha gustado muchísmo!!!!!!!!!!Un beso. Laura.
Nunca pense, en medio de esta resaca, encontrar un nueva york tan dulce y sin queso...nunca la cuerdas de un ring escondienron tanto...sube de nuevo...te esperamos...que sol tan bueno para un día nublado...que golpes tan duros para alguien que quiere seguir soñando...seguro soledad tambien piensa en el pasado...soñar, de nuevo, será el mejor regalo...
Creo que buscaré entre los océanos de gente hasta dar con quién hay detrás de tan brillante anónimo.
Nueva York sin Queso se siente honrado y renovado después de un fin de semana en el creo haber perdido lo más importante de mi vida.
Gracias.
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