Blakis, al principio todo era oscuridad…
Debe ser inevitable, cuando uno llega a Comandante, empieza a añorar cuando era soldado raso. No sé si será porque además de honorífico, ya es el grado más alto al que puedo aspirar, pero lo cierto es que “en ocasiones…echo de menos cuando era simplemente Blakis”
Blakis no es otra cosa que la contracción de “Black is Black” que a su vez fue probablemente el primer éxito internacional de una pieza de música española. Hablamos de Los Bravos y el año 1966, lo que quiere decir que yo estaba en el cuarto curso del entonces llamado Bachiller Elemental, y llevaba el ritmo con dos bolígrafos sobre el pupitre mientras entonaba “Black is black” en versión “Ninonani, nonani, nonani, nonanininonani”. Quién recuerde la canción me estará entendiendo perfectamente. Quien no, aquí la tiene en Youtube. En todo caso, mis compañeros de clase me adjudicaron el alias, que conservé durante el resto de la etapa de colegio.
http://www.youtube.com/watch?v=Tqgwnv0HCk8
Lo que nunca entendí es por qué las chicas se volvían locas por Mike Kennedy, el cantante, ni por qué el recolmo de ir a la moda era intentar imitar como iba vestido. Claro que en algunas casas esa pretensión “mamá quiero que me compres unas botas como las de Mike Kennedy, con cremallera en el talón” sólo podía tener una respuesta, tirando a contundente.
No sé si a todas las generaciones que han ido llegando después les ha pasado lo mismo, pero en aquellos años el fenómeno de la música era eso: un fenómeno en todos los sentidos, que además nuestros padres no podían llegar a entender lo que era un atractivo añadido. Fueron años explosivos en los que todo el mundo quería tocar en una banda (bueno, se decía “un conjunto”) y no por llegar a ser famoso o a ganar mucho dinero (que también...), es que era como un virus que lo inundaba todo.
Recientemente he leído (biografía de Tino Casal) que en los 60 había en Asturias más de 500 grupos de rock/pop. Algunos los recuerdo perfectamente: Los Junior, Los Archiduques, Los Stukas… etc. y muy especialmente uno que no puede recordar nadie, Los Kaleidoscópicos, en el que el muy afamado e inolvidable Blakis intervino en una ocasión. Para que os hagáis una idea, el bajo se colocó detrás de un waffle de forma que no se le viera la mano izquierda… porque no sabía tocar en absoluto y su guitarra estaba desenchufada. Tiene cierta gracia que unos cuantos años más tarde los punkies reivindicaran el derecho a hacer música sin tener ni idea… y alguien pensara que era algo nuevo.
La mayoría de aquellos grupos no tenían ningún objetivo más ambicioso que conseguir tocar en alguna sesión matinal de los domingos. Ya sé que ahora suena raro, pero si os digo que además se celebraban en colegios, residencias de estudiantes, asociaciones culturales, etc. entonces ya pensaréis que estábamos en otro planeta. Pero así era, y la expectación y éxito eran realmente alucinantes, para su dimensión. Haced un esfuerzo e imaginaros un mundo en el que empezaban a llegar canciones de los Beatles, los Rolling, causaban un impacto tremendo y todo el mundo quería tocar/oír/sentir aquello en directo, aunque fuesen imitaciones más o menos lamentables. Sinceramente creo que nunca más ha vuelto a ocurrir algo parecido con aquella intensidad y exageración.
El caso es que el tiempo, implacable, fue pasando y llegamos al Preuniversitario, un curso también mítico que hasta había tenido su película un par de años antes http://www.culturalianet.com/art/ver.php?art=10581 (sólo que protagonizada por Karina –nadie es perfecto-). Organizábamos el mal llamado “viaje de estudios” (nunca se ha estudiado nada en esos viajes) y naturalmente había que inventar sistemas para sacar dinero. Por cierto que aunque el curso ya no se llama así, todo lo demás se sigue haciendo con fervor.
Una ocurrencia fue organizar “Un Festival”, es decir, una sesión matinal en un cine, un domingo por la mañana. Alquilamos la sala y cometimos el error de invitar a dos grupos locales que eran rivales y que se empezaron a insultar en sus turnos de actuación. Uno de los componentes acabó perdiendo los nervios y arremetió con la guitarra contra la espalda de otro (no lo recuerdo pero espero que no fuera una Stratocaster). La gente se asustó y todo el mundo se puso histérico, gritando y empujando, tratando de salir en desbandada. Hubo suerte y nadie resultó herido, pero se rompió una fila entera de butacas. Resultado: una vez sumada la recaudación y a pesar de que los grupos no cobraban nada, tuvimos que poner dinero por los desperfectos.
Los Bravos nunca lograron un segundo éxito como Black is Black, aunque en España conservaron la popularidad aún bastante tiempo.
Probablemente el siguiente grupo que consiguió salir del anonimato más allá de las fronteras fueron Los Brincos. Pero eso… seguramente será otra historia.
Comandante Stratocaster, recordando desde butaca de patio.
6 comentarios:
Es verdad que a una cierta edad todos buscamos modelos de conducta. Asimilimamos como nuestro el pelo de nuestro cantante favorito, las costumbres del escritor más maldito...etc
Más de una vez traté de hacer mio el fraseo de Dylan y jamás lo conseguí pero me ayudo a encontrar mi registro de voz y mi música.
Todos tenemos canciones ajenas que terminan siedo propias y quizá esa es la mayor fortuna que alguién puede tener. Aprendiendo de lo ajeno se descubre lo propio. Felicidades una vez más por otro gran artículo cerrado con esa simpatica anécdota roncanrolera. Querido comandante te recomiendo un disco que aparceció hace unos meses con el nombre de "Lucas 15", en él varios músicos de rock asturianos con Nacho Vegas a la cabeza han adaptado canciones populares de Asturias al formato Rock. Es un disco interesentísimo, lleno de respeto y querencia hacia lo tradicional.
Saludos.
He de decir que me ha encantado este artículo y que desde ahora te has conseguido un nuevo seguidor. Esta claro que todos tomamos como modelo a alguien al que idolatramos (de manera muchas veces "ciega") Yo aún estoy en esa etapa y lo noto estoy flipando con el punk y sus cosas y creo que la música puede decir mucho de una persona además de formarla. Lástima que hoy en día la música de moda es esa que, sencillamente, no dice nada.
Todos somos estrellas de rock en potencia.
Felicidades por el artículo, querido Comandante. Que tiempos aquellos en los que los conjuntos crecían como setas y, con un poco de voluntad, se montaba un concierto. Todo un acierto el mostrarnos los comienzos del rock en España, y más concretamente, en un rincón del país como Asturias.
Espero el próximo escrito con impaciencia.
Besos.
...Un gusto participar y recibir comentarios tan cariñosos.
Blakis/Comandante/Raposu (¿caso de trastorno bipolar con extensiones?)
Blakis tu artículo es todo un éxito como todo lo que escribes, gracias por compartir con nosotros tus recuerdos. Un beso. Laura.
Publicar un comentario