viernes, julio 15, 2011

Retratos (Vol. 44)

Anoche no podía dormir (esto no es una novedad) y me puse a pensar en que escribiría hoy para Retratos. Iba trazando líneas de hacia dónde podía dirigirme: pensaba frases de comienzo, lugares, canciones…
Estaba casi perdido pasada, diría yo, una hora más o menos. Intentaba animarme a pasar al papel las cosas pues sabía que, si no lo hacía, se me iban a olvidar. Fue entonces, no sé bien por qué, que caí en la cuenta de que siempre había escrito sobre lo mismo. Sobre chicas claro.
Sin embargo nunca había escrito nada desde un punto de vista más sexual sobre ellas. Esa fue la última idea que pasó por mi cabeza antes de dormir. Y claro la mente humana y más propiamente la masculina es un jardín florido cuando se trata de estos temas.
El caso es que empecé soñando que andaba por un gran centro comercial mirando las tiendas cuando me percaté que lo hacía descalzo. En ese instante, me dirigí hacia la salida del centro comercial. Justo cuando traspasaba la puerta vislumbré a una amiga de la cual hacía millones de años que no sabía nada. Sin embargo mi mente enfermiza y desequilibrada recordaba que esta chica que venía conmigo a clase, vivía justo encima de una zapatería que llevaba además su apellido pero que no tenía nada que ver con ella. Toda esta reflexión la supe una vez despierto claro, en ese momento simplemente me alegré de verla. ¿Dónde está el sexo prometido os preguntaréis? El caso es que la saludo y le pregunto cuánto tiempo ha pasado y si tiene unos zapatos para mí y algunas cosas más. Y ella responde ¡Sexo¡ y yo le digo ¿cómo? Y ella repite ¡Sexo¡ y yo vuelvo a insistir en ¿Cómo?
Pasado un momento de confusión prosigue y dice vengo de tener sexo con mi pareja y justo ahí en ese preciso momento y nos trasladamos a una escalera de incendios en la que ella está apoyada con la luz de la ciudad a su espalda fumando un cigarro y volviendo a decir ¡Sexo¡
Una ola de realidad en forma de llanto de Marc me despierta y cuando vuelvo a la cama y cierro los ojos me encuentro en lo que parece la inauguración de un exquisito videoclub por parte de un amigo. El caso es que entro al sitio y me doy cuenta de que estoy llevando a alguien sobre mis brazos (¿reminiscencias de realidad con Marc?) y cuando me giro para ver con quién coño estoy cargando me doy cuenta de que es una de las tipas que sirve comida en un restaurante del barrio y que una vez me dijo que era guapo y me regalo una tapa. No os engañéis es una señora mayor que podría ser mi abuela pero uno no le niega piropos a nadie. Una vez desaparece la señora me encuentro rodeado de amigos, compañeras trabajo, exnovias y caigo en la cuenta de que soy el único tío y que de algún modo todas en la habitación quieren follar conmigo (es mi sueño que esperabais) y el caso es que se me acerca una compañera de curro y me dice: Oye Sergio he alquilado esta peli y tengo alcohol en casa ¿Te vienes conmigo a verla? Entonces miro la peli y es una de Garci y me da el súper bajón y le digo nena quizá si eligieses otra peli como haciéndome el difícil y miro al suelo para sorprenderme viendo que vuelvo a estar descalzo y que la chica que me enseña la peli vuelve a ser la misma que la del centro comercial . Así que finalmente me despierto y no vuelvo a dormir en toda la noche pensando en cómo la realidad cada vez ocupa más mis sueños y de cómo poco a poco todos vamos perdiendo la cabeza sin remedio.
p.d : Toda esta locura es cierta y me ha apetecido contarla.

9 comentarios:

nacho dijo...

Sin duda estás rematadamente enfermo...
Quizás estas confesiones te ayuden a ahorrarte unos cuantos euros en sesiones de psicoanálisis. Así que no te cortes, estamos dispuestos a escuchar historias sobre lo que encierra tu mente corrupta.

Abrazos.

Sergio dijo...

Bueno pensé en hacerlo de muchas maneras, algo mas poético pero al final decidí contarlo así de esta manera tan cruda y divertida.
Es curioso que el "retratos" más realista de todos los escritos hasta ahora cuente un sueño ¿no?

nacho dijo...

Ya sabes que a veces lo onírico se funde con la realidad... en tu caso que eres esclavo del sexo es normal que te pasen estas cosas.

Abrazos.

cristina dijo...

Sexo, Sexo, Sexo... yo anoche tampoco podía dormir.

Veo que en tus sueños todas las tias te persiguen mendigando sexo, se lo has pedido tú alguna vez a alguna nena? Igual si se lo propones a la abuela del restaurante del barrio...te regala algo más que una tapa.

Eres un loco, loco, loco maravilloso.

Muchacho_Electrico dijo...

Veo que los Pastor ademas de compartir sangre compartimos sueños extraños con cierto sentido. A mi en vez de desaparecerme los zapatos me desaparecen los pantalones.

raposu dijo...

Me temo que estar descalzo en un sueño no tiene nada que ver con el sexo: quiere decir que la prima de riesgo va a seguir subiendo y la economia bajando. El coro de chicas pidiendo sexo es, simplemente, que nos va a acabar jodiendo a todos.

De nada, son 10.000.

Sergio dijo...

Gracias.
Estoy mejor.
Te mando a tu hijo con la pasta.

SALUDOS

raposu dijo...

Mi hijo se ha quedado con la pasta... me debes un cuabata ron.

Sergio dijo...

Es que no se puede confiar en nadie. Cuando vengas por aquí "roneamos" y "guitarreamos".