jueves, julio 28, 2011

En el Backstage

Algo huele a podrido en Argentina

Jueves noche. Ciudad de Valencia. Parque de Viveros.
Volvía Andrés Calamaro a Valencia y la primera noticia fue que no llovió como siempre antes había ocurrido. Buena temperatura y gente extraña en las puertas de los jardines con sus neveras, sillas, tumbonas, tintos de verano, tortillas de patata esperando no sé muy bien a quién o a qué.
22.00 horas. La banda sale a escena de riguroso negro roquero y despiertan a las guitarras con una eléctrica versión del funk ¿Quién asó la manteca?, la cual suena exageradamente mal ecualizada (tono general del concierto) hasta el punto de pegar un petardazo y dejar los altavoces en silencio durante unos segundos. Los músicos a lo suyo Alta Suciedad y El Salmón suenan seguidas casi sin tiempo para el descanso. El sonido de la banda mejora algo pero el micro de Andrés no, inclusive va a peor. Se le escucha excesivamente grave, sin matices. No solo eso, Calamaro parece algo acelerado, escupe palabras, olvida letras y en algunos momentos canta totalmente desafinado. Los divinos y el Día de la mujer mundial dan fe de ello.
Ante la aparente falta de puntería sonora en los temas más movidos, el concierto baja en intensidad y Andrés borda con su (esta vez sí) voz del millón de dólares la revisión jazzy de Ansia en Plaza Francia, una de esas joyas de amor marginal que le han hecho grande. Emotivo recuerdo para Los Rodríguez en 100 pájaros volando con esa onda soul que ya estaba en el primer disco de la banda y que Calamaro canta tan bien. Llegarían también Todavía una canción de amor y la exitosa Sin Documentos.
El grueso de las canciones del concierto perteneció en su mayoría a los discos El Salmón y Honestidad Brutal.La banda, que es la habitual de Andrés en los últimos años con el “update” de Alfonso Pérez en teclados sonó con falta de ritmo quizá debido a la extraña disposición de las canciones del repertorio, el cual alternaba largos medios tiempos con estruendosas dosis de rocanrol. Sonó Los Chicos (quizá lo mejor de la noche) como un cohete para volver a la vida y los clásicos. Sin duda cabe destacar el protagonismo de la guitarra de Diego(10) García, natural de la capital del Túria, recientemente nombrado en este humilde blog.
Calamaro vino y se fue (como siempre) rodeado de polémica. Defensor voraz de la honesta figura de Teddy Bautista, animó a los valencianos a aprender a votar. Como si los argentinos lo hiciesen mucho mejor que nosotros. El concierto terminó con Flaca, la cual puso fin a noche con sabor agridulce con pequeños destellos de genialidad y señales de cambio de ciclo.
Andrés empieza gira por los Estates.
Es su primera vez.
Le deseamos suerte y mucho rocanrol.

2 comentarios:

Muchacho_Electrico dijo...

Estoy de acuerdo con lo que comenta Sergio, lo que pasa es que había tantas ganas de ver a Andrés que se lo perdonas casi todo. Desde luego no fue su mejor concierto pero con los leves destellos de lucidez que hubo durante las casi dos horas que duró el concierto ya mereció la pena pagar la entrada.

nacho dijo...

Veo que se trató de una noche de luces y sombras aunque, como siempre, parece Calamaro acabó por convencer a la concurrencia.

A ver si en la próxima ocasión puedo acompañar a los Pastor.

Abrazos.