martes, julio 12, 2011

En el Backstage Vol. 27




Dios es una iguana

El pasado sábado 9 de julio pudimos, por fin, disfrutar en Valencia de un artista de primera fila que nos llevó hasta los oscuros terrenos de la decadencia rockera setentera. Los Stooges, con Iggy Pop a la cabeza, recalaron en la ciudad del Turia para ponerla patas arriba con sus riffs vertiginosos, contundente batería y la varonil y profunda voz de la Iguana.
Acompañado de uno de los compatriotas de Iggy y de mi bella mujer recalamos en los jardines de Viveros, lugar idóneo para un concierto de estas características. Un espacio abierto, una noche de verano, copas frescas, viejos roqueros y todo un concierto por delante que nos iba a hacer saltar durante la más de hora y media que duró. El sonido, bastante solvente, estaba preparado para la guitarra distorsionada de James Williamson pues de lo que se trataba era de contundencia; nada de florituras. La banda, que funcionó como un reloj, estuvo en todo momento conducida por la batería sencilla pero efectiva de Scott Asheton, hermano del anterior y difunto guitarra. Por otro lado, Mike Watt, reciente incorporación al bajo estuvo a la altura de la noche junto al saxofonista de apoyo Steve Mackay. El conjunto sonó cohesionado, contundente y, sobre todo, sirvió de apoyo para el lucimiento del enorme señor Pop.
Resulta increíble comprobar cómo, después de más de cuarenta años de carrera a sus espaldas, un tipo al que se le ha dado por muerto en varias ocasiones (en sentido artístico y literal) que ha abanderado movimientos como el proto-punk, el hard-rock o incluso se ha atrevido con el pop tiene algo que decir. A priori, cualquiera que no tenga referencias de la Iguana puede imaginarse que se va a encontrar con una vieja banda anclada en su viejo discurso y, por un lado, aunque no le falte razón se dará de bruces con la sorpresa de que estos tipos talluditos y curtidos en mil batallas tienen un mensaje y una actitud más dinámica y explosiva que muchos grupos actuales. Gran parte de la culpa la tiene Iggy, que continúa saltando, rebozándose por el suelo, arrastrándose, gimiendo y realizando todo tipo de obscenidades como si no hubiese un mañana. Supongo que esto resultaría más rompedor a principios de los setenta pero, hay que decir, que el show todavía resulta fresco y que disfrutamos enormemente con sus bailes frenéticos y sincopados. Con una nota incluso melancólica, pues el bueno de Iggy parece dispuesto a darnos todo lo que pedíamos, repasó la carrera de los Stooges desde el primitivo The Stooges, al The Weirdness y, por supuesto, sin olvidar los imprescindibles Fun House y Raw Power. No hubo ninguna concesión a la carrera como solista de la Iguana y todos los temas acabaron confluyendo en ese rock primitivo y crudo marca de la casa.
La noche comenzó con los saludos de Pop que, jalonando cada frase con un “fuck” se marcó unas palabritas en español para que el público animase la entrada de los músicos. Después, como si hubiésemos retrocedido cuarenta años en el tiempo, esa espigada figura que se encontraba sobre el escenario atacó Raw Power. A pesar de lo frenético de sus movimientos su voz sonó como siempre: firme, cavernosa y muy masculina. Era inaudito comprobar cómo un señor de sesenta y cuatro años hacía bailar a las más de mil personas de todas las edades que nos habíamos reunido para verle. Después, para que la cosa no decayese, siguió con el incombustible Search and Destroy que, por lo menos a mí, me resultó impactante y me puso a saltar poseído por el espíritu del rock más canalla y barriobajero del panorama actual y pretérito. A continuación, incombustible al cansancio o el desgaste, se marcó una profunda interpretación de Gimme Danger para, nada más finiquitarla y destrozar el pie del micro por enésima vez, invitar al público a follar con los Stooges. Como no podía ser otra manera, la invitación surtió su efecto y la seguridad se vio desbordada cuando el escenario se llenó de gente bailando mientras Iggy animaba la fiesta cantando como un poseso. Los que habían subido se abrazaban, saltaban y hubo uno que hasta se desnudó y, como en los viejos tiempos de los Stooges, simuló que se follaba una de las pantallas de sonido. La noche siguió por estos derroteros sin que la voz de la Iguana se resintiese y repasando hits como I wanna be your dog, TV Eye, 1970, Funhouse, Death trip, Penetration, L.A. Blues y, como colofón, la fundamental No Fun.
La noche resultó maravillosa y todos los que nos reunimos para recibir a Iggy Pop se nos quedó un agridulce sabor de boca cuando el concierto terminó pues, la única pega que se puede poner a la actuación fue lo rápido que pasó y el poco espacio que los conciertos institucionales de Viveros dejan para las sorpresas. Otra de las pocas notas negativas de la noche fue la nefasta iluminación que estaba preparada para alguien que iba a quedarse plantado en el centro del escenario, cosa que por supuesto no va con la Iguana de Michigan.

Nacho Valdés

14 comentarios:

Sergio dijo...

Siempre es grato ver a alguien del que se es fan. Me alegro que lo pasaras bien. Yo dentro de unos días voy a ver al Salmón a esa mismo sitio.
Espero salir igual de contento.

Nacho dijo...

Seguro que no te defrauda... a ver si al final puedo pasarme y remontar el río junto a los Pastor.

Abrazos

cristina dijo...

Vaya, que bien os lo montais. Eso de no tener nanos da mucho juego, no?

Sábado para recordar.

Crónica espectacular.

Besos y abrazos parejita.

Muchacho_Electrico dijo...

La verdad es que el sábado por la noche, recien llegado de Ginebra no me quedaban muchas fuerzas, pero apunto estuve de ponerme mis pantalones pitillo, mi camiseta rockera y asistir al concierto. Me tiro para atrás el alto precio de la entrada.
Ya cuento los dias para que El Salmón remonte el rio Turia.

paco albert dijo...

Qué vívida narración, caramba, me arriento de no haber ido por pura tacañería. Venid al salmón, miserables desertores, no os tengáis que hacer este mismo reproche después.

Sergio dijo...

Nacho y Laura no tienen nenes pero tener a Nacho es como criar a un niño grande ¿O no?

Muchacho_Electrico dijo...

Lo de Nacho es mucho peor, ademas de dar por saco te vacia de cervezas la nevera.

Sergio dijo...

...pero por lo menos ya no se hace sus necesidades encima...

Nacho dijo...

¿Quién te ha dicho eso? A mí lo que más me gusta es llevar pañal para poder cagarme encima... da un gustito.

paco albert dijo...

Y cuando le conté que me había picado una medusa en seguida me propuso una lluvia dorada

Muchacho_Electrico dijo...

A mi me dijo que si iba a comer a un buen sitio en Madrid, cuando cagase, se lo guardara en un tupper

cristina dijo...

joder...estais fatal!

me alegra, descubriros, cada día un poco más.

Sergio dijo...

Pues conmigo siempre insiste en ponerme crema bronceadora aun no estando en la playa y ni siquiera siendo verano.

Muchacho_Electrico dijo...

Y le gustan las películas de gladiadores