De pequeña Lena encalaba los zapatos viejos en las ramas de los árboles del barrio, los dejaba sujetos simulando una especie de columpio artesanal. Ella decía que sus pies nunca llegarían tan alto.
Fue la reina del baile más joven de la historia, alejaba de un manotazo a los chulos del barrio y se movía como una loca con el Folk-Rock de Dylan.
La noche de 13 de Febrero del agosto más caluroso de los últimos 100 años dobló la esquina de la calle Lorca, visitó a sus mejores amigas , mandó un beso a su madre desde una cabina y después desapareció. No volví a saber de ella nunca más. No dejó ni uno sólo de sus asuntos cerrados. Cambió de vida. Me abandonó sin tiempo de convertirme al menos en un recuerdo.
Hoy, veinte años después de aquello, todavía sigo viendo zapatos colgados en cada árbol que me cruzo.
4 comentarios:
Dobler ración de Nueva York sin Queso?, parece que la producción está a pleno rendimiento, ¡que siga así!
¿Dónde estás Lena? Seguro que continua moviendo su cuerpo al compás de algo de buena música.
Sigue así, Nueva York sin queso sigue creciendo.
¿Dónde estás Lena? Seguro que continua moviendo su cuerpo al compás de algo de buena música.
Sigue así, Nueva York sin queso sigue creciendo.
Publicar un comentario