lunes, marzo 25, 2013

En el ángulo muerto Vol. 184



Concreciones


Maribel parecía seguir el hilo de la conversación con interés aunque el hombre que hablaba frente a ella sabía que algo más se ocultaba bajo su aparente desolación. Su actitud provocadora estaba comenzando a resultarle incómoda, no sabía bien en qué sentido se resolvería la reunión que estaban manteniendo.
-          Así que consiguió el certificado de defunción en la India.
-          Eso es, por lo que sabemos realizaba varios viajes a la zona para la producción textil de su empresa y fue allí donde entró en contacto con los individuos que lograron la documentación – el señor Durán hizo una breve pausa para que su cliente asumiese la información.
-          Pero, por lo que he visto todo está debidamente cumplimentado con sellos oficiales y demás, ¿cómo es posible?
-          Ya se lo dije, es una cuestión de dinero.
-          Es increíble, menos mal que usted ha sido  capaz de ayudarme – la voz de Maribel sonó especialmente melosa al pronunciar la última frase.
-          Calculamos que pudo gastarse cerca de trescientos mil euros para montar la estafa…
-          Es mucho menos de lo que ha conseguido a cambio – le cortó la mujer.
-          Exactamente, no hemos determinado el capital total que su ex-marido pudo desviar pero, con toda seguridad, se trata de varios millones de euros.
-          No me lo puedo creer… y todo para fundírselo con la maldita china que sale en las fotos.
-          Bueno, ese no es  un tema que hayamos estudiado en profundidad. No sabemos si se trata de su pareja o de una señorita de compañía.
-          No quiero saber nada más de eso, me pongo mala solo de imaginármelo follando con esa desconocida – Maribel estudió de soslayo al señor Durán que decidió no valorar lo que estaba escuchando.
-          Bueno, como le iba diciendo tuvo que gastarse una gran cantidad de dinero para lograr sus certificados y conseguir los sellos sanitarios, el informe policial y la documentación del consulado.
-          ¿Y el cadáver que enterramos?
-          Se tratará de algún paria, algún mendigo que fue utilizado por la mafia con la que entró en contacto Enrique.
-          O sea – por primera vez el detective vio una emoción sincera en la cara de la cliente –, ¿me está diciendo que asesinaron a alguien para que Enrique consiguiese sus malditos papeles?
-          Eso mismo, estos tipos no tienen escrúpulos y por el dinero suficiente son capaces de hacer cualquier cosa.
-          Por eso el cuerpo estaba calcinado, ¿no es eso?
-          Efectivamente, según el informe policial su marido fue secuestrado por un taxista, le llevó a los suburbios, le robaron y asesinaron. Los papeles también indicaban que habían quemado el vehículo para evitar que siguiesen su rastro; lo que le he contado es la explicación más plausible.
-          No puedo creérmelo, qué hijo de la gran puta.
-          Hay gente para todo –el antiguo policía volvió a sorber el licor que tenía en su copa -, si usted supiese todo lo que he visto a lo largo de mi carrera.

Durante unos instantes se produjo un silencio incómodo, el señor Durán no sabía si acompañar a su cliente a la salida después de acordar el modo de pago por sus servicios o esperar un tiempo prudencial para que la mujer se hiciese cargo de lo que había escuchado. Por fin Maribel se levantó con ímpetu y se acercó hasta el investigador, se apoyo sobre el borde la mesa y dijo: - Bueno, ahora tendremos que pensar qué es lo que hacemos con Enrique, ¿no le parece?

Nacho Valdés

3 comentarios:

Sergio dijo...

El dinero corrompe...
inclusive a expolicías detrás de grandes casos...
Sigo confiando en Enrique mientras me alejo cada vez más de Maribel y el investigador "huelebraguetas"...

Aquí esperamos el desenlace...

Muchacho_Electrico dijo...

A Jacobo también le pone Maribel.
Tenemos ganas de mas.

raposu dijo...

Todo un tratado sobre a) blanqueo de dinero b) simulación de muerte ...¿que nos espera en c) ?