viernes, marzo 01, 2013

Werther vive en mi

Si quiere mover esto tendrá que provocar un terremoto, señor. Eso fue lo que me escupió aquel desgraciado intentando ofenderme pero a mí me sonó más a consejo de camarero que a puñetazo en el vientre. Estaba cargado de razón, todo aquello necesitaba un buen empujón pero mis fuerzas estaban bajo mínimo y no había nadie a diez millones de kilómetros a la redonda para echarme un cable. Sin embargo, las flores empezaban asomar dejando atrás el barro y lo que menos esperaba era una caída libre sin paracaídas. Me acerqué a la ventana; es un salto fácil, una puesta a punto nada más. Miré al cielo. No parecía un buen día para tentar a la suerte. Retrocedí cuatro pasos y todos los relojes se atrasaron a mi ritmo. Los cristales rotos del los vasos lanzados la noche anterior volvieron trazando rutas aéreas. Las palabras de aquel tipo sonaron de nuevo pero su mensaje era distinto o al menos eso me pareció. La electricidad había vuelto a los huesos, me sentía bendecido por una suerte que movía mis pasos hacia las musas. Allí estaban todas cortando medicinas en la mesa de la cocina. Sus ojos eclipsados por las luces de la ciudad, sus tiempos muertos todos vivos, su punto y aparte de la tristeza. Estaba vivo y ese día nada podría pararme los pies.

2 comentarios:

cristina dijo...

Mister postman look and see...
Please mister postman
oh yeah...


Thanks Mr.Postman and Good Weekend



P.D: me ha gustado mucho la parte, muy gráfica y surrealista,de los cristales rotos. Enhorabuena

Nacho dijo...

Confuso y atractivo a partes iguales.

Enhorabuena, me has dejado pensando sin saber exactamente sobre qué.