El club de los 27
La actitud romántica que reinaba en la España de la primera
mitad del XIX fue llevada hasta sus límites más extremos por Mariano José de
Larra cuando se pegó un tiro en la cabeza, un disparo que rezumaba el desamor y
la frustración que tuvo que afrontar y que fue incapaz de superar.
Aunque este autor destacó en varios campos literarios, sería
como articulista como alcanzaría las más altas cotas de su expresividad y cómo
se granjearía un hueco en el firmamento lírico más prestigioso. Sus artículos de costumbres resultan, además de actuales doscientos años después,
reconocibles para cualquiera que haya estado en Madrid y haya disfrutado de esa
ciudad. Tascas, estrenos teatrales y personajes cotidianos son retratados con
agudeza y resultan creíbles a pesar del tiempo transcurrido desde la
publicación de sus escritos. Lo más interesante, por lo menos desde mi punto de
vista, es el tono mordaz que utilizaba el joven escritor y que hace de su
lectura una grata experiencia capaz de robar más de una sonrisa. Es por esta
ironía por la que durante su vida periodística utilizó distintos pseudónimos
como Figaro, el Pobrecito hablador y otros que no recuerdo aunque sean todos
ellos conducentes al periodista que abrió las puertas de la contemporaneidad al
género articulista.
En definitiva, una lectura recomendable por su humor, por su
cercanía y por la posibilidad de enfrentarse a ella de forma fragmentada puesto
que esta compuesta por breves artículos.
2 comentarios:
Soy muy fan de Larra y de sus artículos.
Realmente siguen teniendo un peso importantísimo además de una vigencia a prueba de bombas.
Me quedo con la recomendación...
Excelente recomendación de lectura obligada...siempre me gustó la sátira de los románticos
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