lunes, septiembre 10, 2012
En el ángulo muerto Vol. 159
Torneo
Llegamos temprano para evitar los abucheos y las protestas que suele levantar la competición aunque tuvimos la mala fortuna de que todavía no habían habilitado la rampa de entrada para las concursantes. El caso es que esperamos en la parte trasera hasta que pudimos entrar, varios operarios tuvieron que echarme una mano pues Silvia estaba agotada de tanto movimiento. Ahora que competimos en la categoría de más de trescientos quilos y estamos en la élite cada desplazamiento es toda una odisea que debe hacerse con sumo cuidado; en caso contrario podríamos provocar alguna lesión y quedar fuera del circuito.
El dinero en premios es cada vez más cuantioso, gracias a las victorias que estamos cosechando y a la publicidad de proteínas y complejos alimenticios que hemos firmado hemos podido mudarnos del estrecho piso en el que Silvia sufría muchísimo. Ahora estamos en un chalet adaptado, con puertas amplias y con una entrada directa al cuarto para poder salir directamente al remolque que usamos para transportarla con tranquilidad. De hecho, lo he adaptado yo mismo con todas las comodidades para que pueda ir descansada y en las mejores condiciones posibles pues cada día tenemos que estar en un sitio distinto. También tuve que hacer reformas en nuestro hogar pues, desde que decidimos inscribirnos en una categoría superior, Silvia ha cogido toda la masa necesaria para poder codearse con las mejores. De hecho, creo que en España hay pocas que puedan hacerle sombra y que tengan un cuerpo tan trabajado y adaptado al certamen. Estoy deseando dar el salto europeo y, si todo va bien, quién sabe, quizás acabemos en Estados Unidos donde están las principales obesas de todo el mundo.
Una vez en la competencia tuvimos la desagradable sorpresa de que un pequeño grupo decidió colarse para protestar y estuvieron un rato boicoteando el acto, hasta que no fueron expulsados por la seguridad no pudimos reanudar el evento. Fue un momento tenso que no soy capaz de comprender pues, en contra de lo que proclaman, nadie es cebado ni obligado a disputar por el premio. Todas las chicas están en la palestra por su voluntad y, por supuesto, lejos de las acusaciones que indican que suponemos un ejemplo nefasto y un peligro para la salud pública, creo que personificamos todo lo contrario: una muestra de superación personal que indica los límites que puede alcanzar el ser humano. Además, todo es inocuo pues nadie sufre ningún tipo de humillación. Primero pasan los jueces catalogando a todas las concursantes por peso, talla y estructura adiposa; después, para que todos los espectadores puedan ser partícipes, se muestra a las concursantes por categorías en la plataforma y se realiza la votación del público y, en último lugar, se ponen en claro las puntuaciones alcanzadas. Todo tan normal como si se tratase de una competición de culturistas o algo por el estilo. De hecho, desde mi punto de vista, estas chicas son superatletas sometidas a regímenes, deporte y todo un programa que deja poco espacio para una vida convencional. En fin, todo un sacrificio que casi nadie tiene en consideración.
Al final del día llegamos a casa con la satisfacción de otro trofeo en nuestras vitrinas y con la alegría de una oferta para asistir a Zurich con todos los gastos pagados. Según el tipo que me abordó y me sondeó, Silvia tiene muchas posibilidades de coronarse como campeona de Europa y eso nos abriría las puertas a América y a jugosos contratos que nos permitirían subir un peldaño más. Seguiremos trabajando duro, como siempre pero, por otro lado, andaré con cuidado pues hay mucho malintencionado en la alta competición. No vaya a ser que quieran dejarme de lado o conquistar a esta enorme belleza que es mi mujer. Ya veremos qué nos depara el futuro, por el momento nos mantendremos con los pies en la tierra y seguiremos trabajando día a día logrando ascender de categoría y nivel en este mundillo del peso y la grasa corporal.
Nacho Valdés
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2 comentarios:
Necesitaría urgentemente las bases de estos concursos, estoy justo en un momento donde podría decidir comer menos o definitivamente intentar entrar en las élites...
Yo creo que puedo presentarme a un concurso paralelo para flacos. Todo sea por a competición. Cuanto friki por el mundo...
Saludos
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