Retratos (Vol. 41)

Como una flor que el aire lleva,
vino el mío amor a rondar mío puerta.
Como una flor- LUCAS 15

Me he posicionado a la altura del tiempo perdido
para intentar comprender la vida
cuando nada en ella importa.
Me ha dicho el viento que vuelva mañana
que hoy el cielo cierra pronto
y no encontraré a nadie allí.
Sigo caminando calle arriba
pateando sin emoción latas de bebida abandonadas
esperando algo sorprendente en cada esquina que doblo.
“…nada que tengas que esperar llega…”
Sereno mi deambular como el pelotón de los expatriados
pero el sonido de los pasos continúa hasta casi no escuchar nada más
que ese torpe trote infinito.
Busco asiento entre los coches aparcados
con su cobijo metálico que no deja ir ni venir al pensamiento.
Entonces comienza a llover y parece que lo hará durante seis años sin parar un solo instante.
Y las habitaciones se llenarán de agua
y la piel se transformará en un mapa de ríos de lluvia
y ya no pensaré en el Fin como un amigo extraño…

Así,entre el poco espacio que dejan las gotas de lluvia,
intento enfrentar el día en que empecé a quererte
con el día en que empecé a olvidarte
y entonces me doy cuenta de la abismal distancia que hay entre ellos
y de los mundos que ambos abarcamos para llegar sin aliento al final.
De pronto, el sol marca el camino
y una película empieza cuando termina un drama.
Salen los actores del estudio y la gente no quiere verles fuera de pantalla.
No son reales gritan las voces…
No son reales gritan las voces…
No son reales gritan las voces…