lunes, junio 27, 2011
En el ángulo muerto Vol. 108
Resoluciones
El agente Vázquez sabía que el cabo estaba inquieto, ya no le quedaba nada que meterse y miraba una y otra vez hacia el pasillo que conducía al calabozo. Podía imaginarse lo que bullía en su mente y lo que pretendía, el único que problema que se interponía entre su deseo y la consecución del mismo era el estúpido subalterno que tenía frente a él, en una de las mesas de la pequeña comandancia perdida en la montaña. El cabo Julián le miró de arriba abajo con desprecio, incluso con cierta lástima por lo que él consideraba era una gran ocasión que nunca más se les volvería a presentar. El agente observaba el vacío, como si el otro no existiese pero, en su interior, se mantenía alerta por si la situación se descontrolaba o acababan estallando los problemas entre ellos. No es que se conociesen de toda la vida, pero llevaban destinados el tiempo suficiente en ese lugar remoto como para saber que ninguno de los dos dudaría en tomar una decisión difícil.
- Tengo que dar una vuelta, estoy agobiado de tenerte enfrente mirándome como si no estuviese delante. – El cabo se levantó de la silla que ocupaba agitado y perlado de sudor.
- No quería incomodarte. ¿No crees que sería mejor que nos tranquilicemos y que demos parte de lo que ha sucedido esta noche? – El agente todavía estaba dispuesto a razonar con su interlocutor pero no tenía claro que la conversación le llevase a algún lugar determinado. De hecho, el cabo no parecía estar atendiéndole, estaba como ido prestando atención a sus propios asuntos.
- Vale, vale… - El cabo se dirigió hacia la celda.
- Deja a esa chica – increpó el agente mientras sujetaba la culata de su arma -.
El otro estalló en carcajadas al ver a su compañero amenazante frente a él. El agente, sin embargo, luchaba porque no se notase el temblor que había empezado a invadirle. Convulsión que parecía estar acompasada con el ininterrumpido tintineo de las luces.
- No me hagas reír, si estás acojonado… - El cabo se acercó hacia el otro tranquilamente, sin que le infundiese ningún respeto.
- Te voy a detener Julián, no puedo permitir que la violes – sin terminar la frase desenfundó y encañonó a su superior, el otro se detuvo en seco -.
- No me toques los cojones – utilizó un tono irónico que mostraba lo cargado de alcohol y droga que se encontraba -, ¿ahora vas a matarme? ¿Te crees un puto cowboy, gilipollas?
- No quiero hacer nada, solo quiero que te sientes y que te calmes un poco. No tenemos motivos para continuar con esto, podemos dejarlo aquí y nadie se enterará.
- Tú estás imbécil, tenemos ahí al lado a esa tía con la que podemos hacer lo que queramos y te comportas como un maricón. – El cabo volvió a moverse casi imperceptiblemente, el agente no pareció querer darse cuenta.
- Una cosa es que nos metamos de vez en cuando un par de rayas – seguía intentando el razonamiento – y otra muy distinta que nos follemos a esa pobre mujer en el cuartel. ¿En qué estás pensando?
- No me jodas, una puta extranjera que viene a quitarnos el trabajo y…
Súbitamente la luz de la sala se esfumó, algo que ocurría con cierta frecuencia, dejándolo todo a oscuras durante una fracción de segundo que el cabo aprovechó para abalanzarse sobre el que sujetaba el arma. Se escuchó un forcejeo sobre el sonido de los fluorescentes que chisporroteaban intentando encenderse, los golpes sonaban secos y rotundos y los objetos caían rompiéndose en pedazos. De repente un disparo hizo que el silencio volviese justo cuando las luces tornaban a iluminarlo todo con su albor artificial. El agente Vázquez estaba tirado entre las mesas mientras que el cabo se incorporaba sangrando por la comisura de los labios.
– Te lo dije gilipollas, conmigo no se juega – escupió entre dientes mientras se limpiaba con el dorso de la manga y se alejaba hacia la puerta que daba a las celdas -.
Nacho Valdés
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4 comentarios:
"Convulsión que parecía estar acompasada con el ininterrumpido tintineo de las luces" me recuerda a la tutoría de secundaria.
Como dice el tango "tu creiste en la honradez y en la moral !Que estupidez¡"
El bien triunfará ¿no?
Saludos veraniegos...
Venganza = fuerza de igual intensidad y sentido contrario.
El nivel de entropía tiene que mantenerse...
yo soy mas del lado oscuro policial
Jo..que gusto leerte macho, digo Nacho. Muy emocionante y llegar a crear esa tensión relatando la escena no es nada fácil, genial!
Describes muy bien el espacio y el tiempo. La personalidad de los dos tipos queda también muy bien definida a pesar de ser hombres...no me queda muy claro si se carga al agente Vazquez, en fin, to be continued.
Hasta el lunes que viene.
Abrazos.
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