jueves, marzo 10, 2011

Retratos (Vol. 30)

Hoy llegó tu carta y fue difícil no leerla con prisas y nervios.
Lo primero que dices es que este mes tampoco estarás por aquí,
que el viento te lleva otra vez hacia el sur
donde el sol todavía sale al encuentro de los cuerpos fríos en las noches de verbena.

Llevas contigo una maleta llena de canciones sin principio ni fin, junto con el impulso incontrolado de querer grabarlas y cantarlas de nuevo desde la ventana que comunica nuestras casas.
Los días, dices, se muestran difusos como los rostros desdibujados que los trenes dejan a su paso por la estación de la plaza Real.

Yo, aquí en Valencia, sigo sin poder dormir y he empezado a notar desde hace unos días un peso fuerte en el centro del pecho; un sentimiento que parece haberse solidificado y agarrado a mis entrañas estrechando la entrada de aire a los pulmones.
Cada día respiro un poco menos de este aire que dejaste. La respiración se ha ido apagando con cada palabra disparada desde tu carta y el barco está a un paso de hundirse.
Por todoas estas cosas he decidido no acabar de leerla y en vez eso la he hecho pedazos y la he tirado por el balcón de casa. Los papeles han volado empujados por el viento y me han recordado al verano que pasamos en Lisboa y a aquella foto que te hice bajo un cielo improvisado con cintas de colores.
Entonces me he sentido mejor y he bajado a la calle. Las huellas que alguien ha dejado en el cemento fresco me han hecho llegar hasta la tienda de discos donde nos conocimos. Ya que estaba allí he decidido entrar y comprar unas copias de tus últimas canciones.
No me ha sido necesario hacerlas sonar.
Ya no me afecta la sangre que volcaste en ellas.
Ya no hablan ni de mi, ni de ti.
Son palabras vacías acompañadas de músicas sin alma.
Ya no tengo peso en el pecho y a pesar de todo tendré que esperar un huracán para poder levantar el vuelo de nuevo.

3 comentarios:

Nacho dijo...

Parece que los Retratos vuelven por sus derroteros habituales cargados de melancolía. Eso sí, con su sentimiento y lírica marca de la casa.

Enhorabuena por el escrito.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Ojala encuentres tu talento algún día. Mientras sigue intentándolo con ese estilo entre naif y pretencioso que tanto me gusta, amigo.

Sergio dijo...

Gracias por tu apoyo desconocido amigo...