El sábado pasado la muerte me miró directamente a los ojos y, como diría Jorge Ilegal, yo me puse de lado. El caso es que salí victorioso de un enfrentamiento directo con la Parca y, como no podía ser de otra manera, tuve una serie de experiencias trascendentales que me llevaron a repasar mi trayectoria vital.
Uno de los episodios en los que me detuve (desconozco el motivo) fue un viaje de Madrid a Oviedo en tren en el que estuve escuchando mi última adquisición de los Rage against the machine: The renegades of funk. El asunto es que ahí me encontré por vez primera con el tema que hoy presento y que, tirando del hilo, me condujo hasta los Motor city five de Detroit, unos salvajes adelantados a su tiempo.
Por otro lado, descubrí recientemente al melódico Jeff Buckley haciendo otra versión de esta tremenda canción.
Valoren ustedes cuál es la mejor. Para mí, todas tienen un punto interesante.
3 comentarios:
Bufffff vaya triplete para esquivar a la parca.
Creo que me quedo con el bueno de Jeff. Siempre le he tenido aprecio y hace nada estuvimos con su viuda en directo asi que... Mi elección es Buckley.
Eso no quita que otras dos sean
también brutalessss. Gran dia para esta sección y también para el planeta, por conservar sano y salvo a un gran tipo como tu.
SALUDOS. Mañana vacaciones.
Es curioso ver en qué momento y por qué causas cada uno toma conciencia de su condición mortal, porque una cosa es "saber" y otra "sentir".
En mi caso fue porque se me rompió una muela mientras caminaba por la calle. De pronto todo quedó claro...
En cuanto a la música, creo que es un valioso muestrario de lo que hace del rock esa cosa tan particular: el tipo del 11888 se menea entre guitarristas que hacen escalas tirados por el suelo, el ingenioso de sonido provoca un feed-back con el ampli para que el "sustain" no acabe nunca y el último, pero no menos importante, logra además insertar la colilla en el clavijero de su telecaster.
Ya sé que suena peyorativo, pero lo digo con profunda admiración: el rock no sólo es música.
ja, ja. Moribundo errabundo, qué bueno. Me alegro de que estés mejor y Vivaldi vuelva a sonar en tu cabeza armoniosamente
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