lunes, junio 01, 2009

En el Backstage




Escuela

Éste pasado martes se cumplía una fecha señalada desde hacía meses en mi calendario. Por un lado iba a ver a Wilco, la banda con el mejor catálogo de música americana de los últimos diez años. Por otro lado, ese día era también el cumpleaños de Laura. Hasta la capital de España nos desplazamos el señor Chiner y un servidor para rendir pleitesía a la banda de nuestros amores.
El concierto comenzó sobre las 22:00. El teatro Calderón, llamado ahora Häaggen Dazs, quedó engalanado para lo que sin duda iba a ser una buena dosis de rock, con un público totalmente comprometido con el espectáculo. El respetable se vino por primera vez arriba (después vendrían muchas más) cuando los músicos aparecieron en el escenario para situarse en posición. Jeff Tweedy, líder absoluto de la banda, salió unos diez segundos después ataviado con un look a lo Dylan en el 67, es decir, armónica, guitarra acústica y pelo grasoso. La primera canción en sonar fue el country fantasmagórico Sunken Treasure, incluido en su ya lejano disco doble Being There. A continuación vendría un estreno, Wilco (The Song), canción elegida como single de presentación de su esperadísimo nuevo álbum.
Fue con el tercer tema cuando la gente descargó la primera gran ovación de la noche al reconocer los iniciales acordes de la fabulosa y vacilona Hummingbird. La banda en perfecta sintonía con el ambiente fue adentrándose en las canciones de sus tres últimos discos, pero se detuvo especialmente en el álbum que les abrió para siempre la casa de todos los críticos musicales del planeta, A Ghost is Born, del cual sonaron hasta ocho temas. A estas alturas del concierto todos los allí presentes sabíamos ya que estábamos presenciando algo especial. El grupo sonaba insuperablemente compacto e inspirado. Cada componente reconoce perfectamente su papel. El virtuoso Nels Cline, lanzando solos extraterrestres rodeado de miles de aparatitos y lucecitas que jamás sabré para que sirven. Glenn Kotche tocando una batería en la yo podría vivir cómodamente. El exquisito trabajo de bajo y segunda voz de John Stirrat, el Hammond de Mickael Jorgensen que entra en las canciones a veces como una dulce corriente de aire y otras como cien lobos hambrientos aullando a la luna. Pat Sansone, con su pinta de Jonas Brother tocando todo lo que cae encima. Y por supuesto, completando el sexteto de lujo está Jeff Tweedy. Posiblemente, el heredero más talentoso que han tenido Dylan, Neil Young, The Band y todos esos grupos que durante mucho tiempo pusieron voz a América. Tweedy, evidentemente, no ha inventado nada nuevo pero sí ha sabido escuchar y aprender de los clásicos. Él, ya forma parte de ellos aunque no lo sepa o no se lo proponga.
Uno de los mejores ejemplos de su talento compositivo lo podemos comprobar en la antológica Via Chicago, una canción de amor que comienza con la apabullante frase “…Anoche soñé de nuevo que te mataba y me hacía sentir bien… y que sonó tras el primer descanso. A partir de ese momento todos contemplamos asombrados una exquisita clase de rock americano con temas tales como I´m the man who loves you, Walken, Impossible Germany (A mi entender la mejor del concierto) o Hate it Here.
Tres veces más tuvieron que salir los muchachos a la palestra para dar respuesta a los gritos de un público totalmente volcado con ellos
Acabó el concierto y se pudo comprobar que nadie allí se sentía defraudado. Wilco cumplió con matrícula de honor su paso por la capital de país. Sólo una cosa más me queda por añadir. ¿Cuándo vais a volver por aquí?


P.D : Os pongo un pequeño reportaje de La 2 sobre la banda para poner imágen a tanta palabra.

3 comentarios:

Nacho dijo...

Como agua de mayo esperaba esta crítica y la vuelta de una de las secciones más carismáticas de este blog.

Como era de esperar no me ha decepcionado, el vivido artículo sobre Wilco no ha hecho más que avivar mis ganas de verlos sobre un escenario con toda su parafernalia y sentido del show. Una lástima no haber estado con vosotros en tal evento, otra vez será.

Muy buena crítica, aunque echo de menos la cara B de la historia. Creo que es digna de un relato o una pequeña reseña.

Besos.

Sergio dijo...

Pues si después de ver a estos semidioses vivimos un auténtica odisea para regresar a casa. Sin batería, sin trócola, sin esperanza y con mucho sueño.
Ya se me ocurrirá la manera de narrarlo.
El próximo concierto espero lo veamos juntos....

laura dijo...

Muchas gracias por la reseña de mi cumple!
Yo también te animo a que cuentes la vuelta casa!
Un beso.
Laura.