miércoles, junio 10, 2009

Confesiones del Comandante Stratocaster Vol. 31

Hell’s Bells

Me vi rodeado de una multitud de almas extraviadas, ataviadas con los hábitos de su confusa secta y marcadas por los estigmas de sus perversas inclinaciones, que emitiendo gritos guturales y haciendo extraños gestos, clamaban por la aparición de sus oscuros líderes.

De repente, pareció como si todo el peso de nuestros pecados cayera sobre nosotros, sentimos nuestros corazones estremecerse por la fuerza de un destino que no podíamos eludir y contemplamos horrorizados las puertas del infierno que debíamos atravesar.

El ministro del mal y sus sicarios aparecieron rodeados de fuego, nos mostraron nuestras miserias y nos hicieron estremecer de pavor ante la inmensidad de nuestros pecados. Sufrimos y nos retorcimos azotados por sus lacerantes riffs y lamentamos una y mil veces habernos apartado del camino recto.

La catarsis funcionó, al cabo de un tiempo nuestras almas de blues resurgieron de entre tanto dolor y alcanzaron la sublimación del rock.

Nos fuimos para casa encantados de aquella experiencia y con nuestra fe renovada.

¡Larga vida al rock!

2 comentarios:

Nacho dijo...

Veo que alguien salió marcado de la experiencia de ACDC, me encantó compartir la experiencia con el Comandante.
Por otro lado, el tema elegido fue de los más icónicos del concierto.

Abrazos.

laura dijo...

El concierto fue una pasada pero lo mejor fue la compañía!
Un besazo.
Laura.