lunes, marzo 02, 2009

En el ángulo muerto Vol. 5


Enrevesado

El radio-despertador sonaba extraño, emitía sonidos incomprensibles aunque dotados de cierta armonía. Decidí no darle más importancia, supuse que había perdido mi emisora habitual. Fui a la ducha, abrí el grifo y cuando me puse bajo el chorro di un salto debido a la temperatura helada del agua. No lo entendía, el día anterior funcionaba perfectamente. Hice un esfuerzo y me aseé dando gritos bajo la lluvia gélida que recibí.

Ya en la cocina, tras mi reparadora sesión de higiene matutina, me dispuse a calentarme el habitual café. Resultó chocante el hecho de que lo contenido en la nevera estaba ardiendo, a temperaturas elevadísimas. No era necesario meter la leche en el microondas ya que estaba casi a punto de ebullición, me sorprendí por todas las desgracias que estaba sufriendo. Cómo era posible que, además de estropearse el electrodoméstico, calentase lo que había en su interior. Decidí desenchufar el aparato y tomarme el desayuno en el trabajo, estaba muy confuso y quería irme para resolver a mi regreso las increíbles situaciones que se estaban sucediendo.

Al salir a la calle el sol parecía levantarse desde el horizonte, aunque un matiz que no llegaba a comprender me mantenía alerta. La luminosidad era distinta, más que un amanecer parecía un atardecer de tonos rojizos que iban apagándose. A pesar de llamarme la atención no le dí mayor importancia, debía llegar al trabajo y olvidarme durante unas horas de la fatídica jornada que estaba sufriendo.
De camino al coche que tenía en una calle adyacente, vi a mi vecino. Iba andando de una manera que me pareció profundamente curiosa, hacía unos movimientos que parecían ir contra la naturaleza habitual de la marcha humana. Me dio la impresión, a pesar de que era una persona sería, de que estaba gastándome un broma. Cuando nos vimos, ambos nos quedamos anonadados observándonos. Su cara mostraba la misma expresión de pasmo que la mía, parecíamos un espejo que devuelve una imagen ficticia y deforme.

- ?Sèver la sadna èuq rop¿ ?asap et euq ol se èuq¿ – Me dijo.
No entendí nada de lo que salía por su boca, hablaba una especie de dialecto incomprensible para mí. Me resultaba difícil creer que el día anterior, a la misma hora, habíamos intercambiado unas palabras y no habíamos tenido ninguna complicación.
- Puedes repetirme lo que has dicho, no me entero de nada. – Respondí.
- odnatsusa sàtse em ,secid èuq ès oN –
No era capaz de comprender, sus movimientos eran forzados y extraños, estaba llegando a un punto en el que la cabeza me daba vueltas. El sol se ocultaba y a cada minuto la ciudad se oscurecía más, no era capaz de asimilar lo que estaba pasando. Estaba a un paso de perder los cabales, de llegar al terror más absoluto.
Agarré a mi vecino y le imploré ayuda.
- ¿Qué es lo que está pasando? Ayúdame, por favor. ¡Ayúdame! – Grité mientras le sujetaba por la manga de su abrigo.
- !Ìm a seuqreca et oN¡ !ematlèuS¡ – Me dijo en su incomprensible idioma.

Reculó unos pasos y se alejó corriendo hacia nuestro edificio. Lo asombroso es que corría en sentido contrario al habitual. Como si de un cangrejo se tratase, daba grandes zancadas de espaldas al destino al que se dirigía. Algunos coches ya comenzaban a circular, marcha atrás y a gran velocidad, como si todos fuesen dirigidos por expertos pilotos. Me quedé paralizado y volví a mi casa a toda la velocidad de la que mis piernas eran capaces. No sé qué es lo que sucedió, pero desde entonces estoy encerrado en mi hogar.

Nacho Valdés

13 comentarios:

Oscar dijo...

Muy bueno, y como siempre, nos dejas con ganas de leer la conclusión.

Oscar dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Muy bueno, parece estar inspirado en la canción de Fito "...no se si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo"

Giorgio dijo...

La historia es interesante, pero espero un giro sorprendente.
Necesito inquietarme. Quiero saber como desenlazas.
Quizás exijo mucho de ti, pero es que sé hasta donde eres capaz de llegar.

Nos vemos pronto.

raposu dijo...

!etreuS¡. riulcnoc ed licifid y oditemorpmoc ,nózar amsim al rop orep ,lanigiro yum ,yuM .oliv ne etnemlatot odajed sah son !oìt redoJ¡

Anónimo dijo...

Muy bueno, una curisísima historia. Veremos como acaba.

PD: Al parecer has causado furor entre los oyentes.

Sergio dijo...

Maldita sea, el Comandante se me ha adelantado en la forma de respuesta, así que simplemente me reafirmaré en lo que dije sobre el relato de la semana anterior: Auster dejó semillas en Oviedo.

raposu dijo...

Rfgb rf cnen Fretvb: unl zhpunf bgenf sbeznf qr pbzcyvpnefr yn ivqn pvsenaqb zrafnwrf ¿b ab?

raposu dijo...

La verdad es que tampoco me sorprende lo que dice Laura. La frase "desde entonces estoy encerrado en mi hogar" es sospechosa.

Lo siento pero el público reclama un desenlace un poco más currado. Después de que nos metes en un mundo al revés, no nos puedes despachar con una sola frase.

"...el escritor tiene una responsabilidad con las expectativas que él mismo genera..." - Frederick Innsbrukhoguer.

Nacho dijo...

Citaré a Chiquito de la Calzada para contestar a Raposu:

"Cobarde, pecadorrr... Jarl".

Ya veremos qué sucede con ese final.

Besos.

Sergio dijo...

y un chappeeerrr

raposu dijo...

"...y un wathoverkrufer...", como diria Frederick Innsbrukhoguer

Sergio dijo...

Grande Frederik de los Innsbrukhoguer de toda la vida vamos...