Nuestros indeseables televisivos
Hoy voy a tratar a algunos de esos personajes, que por odiosos y desagradables provocan en mí, y espero que en muchos de los que leen estas líneas, furias descontroladas y ardores de estómago. Se trata de este tipo de personas, que sin conocerlas y tan sólo viéndolas por televisión, provocan que mis más bajos instintos salgan a pasear en forma de recriminación, verborrea incontrolable y pequeños espasmos físicos que hacen que agite brazos y píes mientras vocifero insultos irrepetibles.
El primera de estos personajes es la inigualable, en cuanto a grima y rechazo, Mercedes Milá. Esta pájara, que lleva una carrera televisiva de más de treinta años a sus espaldas, tiene en común con este que escribe, ser licenciada en Filosofía. Aquí es donde terminan las similitudes, ya que por lo que sé de esta tipa, sus demás rasgos no hacen más que distanciarnos. Con su rostro poblado de surcos, que más que una cara parece el mapa físico de los Urales, esta tía se dedica a disparar sus opiniones sin pararse a pensar si interesan a alguien. Pues señora Milá, por lo que a mí respecta no interesa absolutamente nada de lo que dice. Es más, podría usted meterse la lengua donde le quepa.
Disfrazando su reflexión de progresismo, independencia y feminismo lo único que consigue es llevar su meditación al terreno de la superficialidad y la tontería. Más conocida es por los desmanes escatológicos de sus programas que por sus supuestamente rotundas afirmaciones, y para muestra un par de ejemplos. En primer lugar, cuando se trataron las habilidades anales de Camilo José Cela en uno de sus programas del que no recuerdo el nombre. Aquellos lectores demasiado jóvenes no sabrán de qué estoy hablando, que sepáis que este hombre, además de ganar el premio Nobel de literatura, era capaz de absorber por el culo varios litros de agua contenida en una palangana, asunto que dejó claro gracias a la contribución de la Milá. Otro de los ejemplos más célebres, se refiere a cuando esta grimosa periodista nos relató su afición a mear en la ducha. No voy a meterme a valorar si esto es adecuado o no, lo que sí quiero decir es que nos da exactamente igual y que me parece una de las estupideces más grandes de las que se ha hablado nunca en algún programa. Como colofón, el otro día me la encontré haciendo zaping, y va la tía y nos cuenta cómo cagar en la playa. ¿Por qué insistirá en tratar estos temas? ¿No le parece suficientemente desagradable su cara? En fin, no sé qué pasa por la cabeza de esta mujer o por qué son tan aplaudidas sus gracietas, pero me encantaría que dejase de darnos la murga con sus simplezas que no interesan a nadie.
Otro de estos personajes que goza de una increíble popularidad y que se me antoja como intragable es Pedro Ruíz. Este tipo, que se parece más a un chimpancé (por lo peludo y chiquitín) que a un ser humano, lleva dando la brasa décadas. Sí amigos, son más de treinta años los que lleva paseando su careto lleno de pelos por las televisiones nacionales. En los años ochenta gozó de una increíble popularidad, probablemente debida a que no había más de dos canales. Durante estos años locos dio rienda suelta a su autocomplacencia y se dedicó a actuar, cantar, dirigir pelis y escribir libros. Se ve que tenía tanto talento que no sabía qué hacer con él, yo podía haberle recomendado un par de cosas a este respecto. Efectivamente amigos, este pequeño gran simio, tiene en su currículo películas, una nominación a los premios Goya y unos cinco libros escritos. ¿Quién habrá sido la lumbrera que decidió pagarle por estas basuras con las que nos ha torturado durante años? ¿Por qué gente con talento se queda en la cuneta cuando este tío no deja de hacer mierdas infumables? Estas preguntas se quedarán sin respuesta, pero la que más me intriga es la siguiente: ¿Cómo se arregló este hombrecito para liarse con Inma del Moral? ¿Fue utilizado como osito de peluche? No lo sé, pero ahora que no se le ve el pelo por las pantallas podemos gozar de un pequeño respiro frente a sus supuestamente cerebrales opiniones. Recemos porque no se vuelva a ver su fea cara por la pequeña pantalla.
Me gustaría terminar el artículo de hoy hablando de otro de esos apestosos atemporales que inundan la pequeña pantalla, éste no es otro que Ramoncín, o como le gustaba llamarse, el rey del pollo frito. Este personajillo, que ya ha sido tratado en esta sección, no sólo se cree inteligente, sino que además se considera atractivo. Nada más alejado de la realidad. En este punto es donde llegamos al máximo de la autosatisfacción, ya que no he visto persona que se quiera más a sí misma. Se cree que por haber escrito cuatro poemas y por haber tenido un par de éxitos en los locos ochenta estamos obligados a ver su estirado careto a todas horas, quién se cree qué es. Pero lo peor de todo no es su cara, cuya visión provoca una profunda repulsión, sino sus opiniones estúpidas y supuestamente progresistas sobre cualquier tema posible. Sí amigos, este tipo no se calla ni debajo del agua y, además, se cree buen orador y comunicador. Menos mal que el Viña Rock de hace un par de años le pusieron las cosas claras y el público recibió su esperado regreso rockero con una lluvia de calimochos y objetos contundentes. Que sabio es a veces el pueblo llano. Así que ya sabes Ramoncín, métete la SGAE por el culo y no vuelvas a aparecer en público porque te estaremos esperando.
Hoy voy a tratar a algunos de esos personajes, que por odiosos y desagradables provocan en mí, y espero que en muchos de los que leen estas líneas, furias descontroladas y ardores de estómago. Se trata de este tipo de personas, que sin conocerlas y tan sólo viéndolas por televisión, provocan que mis más bajos instintos salgan a pasear en forma de recriminación, verborrea incontrolable y pequeños espasmos físicos que hacen que agite brazos y píes mientras vocifero insultos irrepetibles.
El primera de estos personajes es la inigualable, en cuanto a grima y rechazo, Mercedes Milá. Esta pájara, que lleva una carrera televisiva de más de treinta años a sus espaldas, tiene en común con este que escribe, ser licenciada en Filosofía. Aquí es donde terminan las similitudes, ya que por lo que sé de esta tipa, sus demás rasgos no hacen más que distanciarnos. Con su rostro poblado de surcos, que más que una cara parece el mapa físico de los Urales, esta tía se dedica a disparar sus opiniones sin pararse a pensar si interesan a alguien. Pues señora Milá, por lo que a mí respecta no interesa absolutamente nada de lo que dice. Es más, podría usted meterse la lengua donde le quepa.
Disfrazando su reflexión de progresismo, independencia y feminismo lo único que consigue es llevar su meditación al terreno de la superficialidad y la tontería. Más conocida es por los desmanes escatológicos de sus programas que por sus supuestamente rotundas afirmaciones, y para muestra un par de ejemplos. En primer lugar, cuando se trataron las habilidades anales de Camilo José Cela en uno de sus programas del que no recuerdo el nombre. Aquellos lectores demasiado jóvenes no sabrán de qué estoy hablando, que sepáis que este hombre, además de ganar el premio Nobel de literatura, era capaz de absorber por el culo varios litros de agua contenida en una palangana, asunto que dejó claro gracias a la contribución de la Milá. Otro de los ejemplos más célebres, se refiere a cuando esta grimosa periodista nos relató su afición a mear en la ducha. No voy a meterme a valorar si esto es adecuado o no, lo que sí quiero decir es que nos da exactamente igual y que me parece una de las estupideces más grandes de las que se ha hablado nunca en algún programa. Como colofón, el otro día me la encontré haciendo zaping, y va la tía y nos cuenta cómo cagar en la playa. ¿Por qué insistirá en tratar estos temas? ¿No le parece suficientemente desagradable su cara? En fin, no sé qué pasa por la cabeza de esta mujer o por qué son tan aplaudidas sus gracietas, pero me encantaría que dejase de darnos la murga con sus simplezas que no interesan a nadie.
Otro de estos personajes que goza de una increíble popularidad y que se me antoja como intragable es Pedro Ruíz. Este tipo, que se parece más a un chimpancé (por lo peludo y chiquitín) que a un ser humano, lleva dando la brasa décadas. Sí amigos, son más de treinta años los que lleva paseando su careto lleno de pelos por las televisiones nacionales. En los años ochenta gozó de una increíble popularidad, probablemente debida a que no había más de dos canales. Durante estos años locos dio rienda suelta a su autocomplacencia y se dedicó a actuar, cantar, dirigir pelis y escribir libros. Se ve que tenía tanto talento que no sabía qué hacer con él, yo podía haberle recomendado un par de cosas a este respecto. Efectivamente amigos, este pequeño gran simio, tiene en su currículo películas, una nominación a los premios Goya y unos cinco libros escritos. ¿Quién habrá sido la lumbrera que decidió pagarle por estas basuras con las que nos ha torturado durante años? ¿Por qué gente con talento se queda en la cuneta cuando este tío no deja de hacer mierdas infumables? Estas preguntas se quedarán sin respuesta, pero la que más me intriga es la siguiente: ¿Cómo se arregló este hombrecito para liarse con Inma del Moral? ¿Fue utilizado como osito de peluche? No lo sé, pero ahora que no se le ve el pelo por las pantallas podemos gozar de un pequeño respiro frente a sus supuestamente cerebrales opiniones. Recemos porque no se vuelva a ver su fea cara por la pequeña pantalla.
Me gustaría terminar el artículo de hoy hablando de otro de esos apestosos atemporales que inundan la pequeña pantalla, éste no es otro que Ramoncín, o como le gustaba llamarse, el rey del pollo frito. Este personajillo, que ya ha sido tratado en esta sección, no sólo se cree inteligente, sino que además se considera atractivo. Nada más alejado de la realidad. En este punto es donde llegamos al máximo de la autosatisfacción, ya que no he visto persona que se quiera más a sí misma. Se cree que por haber escrito cuatro poemas y por haber tenido un par de éxitos en los locos ochenta estamos obligados a ver su estirado careto a todas horas, quién se cree qué es. Pero lo peor de todo no es su cara, cuya visión provoca una profunda repulsión, sino sus opiniones estúpidas y supuestamente progresistas sobre cualquier tema posible. Sí amigos, este tipo no se calla ni debajo del agua y, además, se cree buen orador y comunicador. Menos mal que el Viña Rock de hace un par de años le pusieron las cosas claras y el público recibió su esperado regreso rockero con una lluvia de calimochos y objetos contundentes. Que sabio es a veces el pueblo llano. Así que ya sabes Ramoncín, métete la SGAE por el culo y no vuelvas a aparecer en público porque te estaremos esperando.
Nacho Valdés (entreteniendo los lunes)
14 comentarios:
¡Ufff!, se ve que hoy te has confundido en el desayuno y has cogido el tetrabrik de leche de pantera. Que ya sabes que luego te da acidez...
Lo que es indiscutible es que los tres que mencionas merecen tu articulo y varios más que se escribieran. Dificilmente igualables, cada uno en su especialidad.
Tengo una teoria sobre lo de Inma del Moral (he dedicado mucho tiempo a pensar en ese misterio), aparte de que está indiscutiblemente buena, ¡es gilipollas!. Eso lo explica todo.
Y ya sabes lo que decían nuestros admirados Les Luthiers:
"..nunca hay nadie totalmente inútil, por lo menos puede servir de mal ejemplo.."
El articulo me ha gustado mucho.
Gracias por lo elogios. Te doy la razón en lo de Inma del Moral, fíjate que no había llegado yo a esa conclusión, con lo obvia que era.
Por cierto, este artículo te lo dedico por lo que hablamos en La Pinilla. ¿Lo recuerdas? ¿Era esto lo que buscabas? Ya me contarás.
Don Camilo tenía un sentido del humor "cojonudo"
Gran artículo, del que me gustaría resaltar mi odio particular ( los otros 2 simplemente me dan asco) a nuestro amigo el señor rey del pollo frito. No lo soporto se cree un sabio al que hay que recurrir ante cualquier problema y una estrella del rock por cantar aquello de "litros de alcohol" es una peste de persona... MUERTE A RAMONCÍN
Recordando la conversación de La Pinilla: sí, efectivamente, se nota.
El resultado es, en mi opinión, mejor; más claro, mas directo, más contundente. Por eso el efecto de "dar caña" queda, si cabe, más destacado. ¿De eso se trata no ?
Ramocín está super operado, pero bueno a mí el que me cae super mal es Carlos Sobera. Un beso. Laura.
Añadiría a esta lista de miserables a :
-- Concha QueAsco Velasco
-- Lina Morgan
-- Txiki Beguiristain ( el primer catalán vasco).
-- David Civera
Creo que del pannorama televisivo haria 3 grupos:
1. desagradables a cualquiera de los entidos y la razon.
2. desagradables a los sentidos y razon pero no a la vista
3. Inutiles sin malicia
4. freaks de moda
5. Esos pocos que de verdad trabajan (que de verdad existen).
seria mas rapido hacer una lista de los que se salvan.
¿sabeis de alguno?
No se me ocurre ni uno...
o
Pues eso, es increible que en un medio de comunicacion tan brutal y que mueve millones (tanto en dinero como en televidentes) se tan jodido encontrar gente implicada con su trabajo y que no sea un fantoche...
bueno, tampoco es tan dificil, si pensamos un poco siempre encontramos a gente ilustrada: Buenafuente, Matias,el calvo de telecinco,Punset,Antonio Gasset y poco mas.
Matías no por DIOOOOOOSSSSS.
A mí me gustan las hormigas del hormiguero
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