Fama efímera
Andy Warhol se dio cuenta, y ya lo dijo en una de sus afirmaciones más célebres, la televisión se convertiría en el trampolín para democratizar la fama y hacerla accesible a todos los estratos sociales. Este personaje, que trató a nivel de creación artística los objetos populares, cayó en la cuenta de que la televisión era el medio adecuado para que la celebridad llegase a todos los niveles de la sociedad. No sería necesaria ninguna formación o mérito, sino, únicamente, salir en el medio y hacerse el visto. De esta manera, todos estamos a un paso de la fama, lo único que se necesita es el empeño de lograr hacerse famoso.
Si echamos un vistazo a la televisión de un par de décadas, nos daremos cuenta de que para tener tu momento se hacía necesaria una gran preparación o tener dotes de comunicador. Es decir, estar preparado. Periodistas, artistas y demás personajes especializados en el medio campaban por las televisiones y se hacía necesaria una gran dedicación para alcanzar el estatus de famoso. Pocos se imaginaban el cambio que se iba a producir en este medio, ni tan siquiera el visionario Warhol podría imaginar lo profético de sus palabras.
Los nuevos tiempos televisivos arrojan la confirmación de que todo vale, siempre que se produzca un beneficio para la cadena. Los gustos han cambiado y lo que reclama, desde hace unos años, el gran público es algo más cercano al pueblo llano. En un principio este hecho puede parecer sano, por qué no. Unos personajes más sencillos, alguien que podría ser tu vecino y que de una manera cercana te trasmite el contenido de un programa más o menos interesante. Este hecho puede resultar positivo, pero dónde ha nos ha llevado esta popularización del medio. Pues muy sencillo, a la aceptación de cualquier patraña por el mero hecho de ser retransmitido por la televisión.
El simple hecho de que aparezca en la pequeña pantalla provoca que cualquier información sea tomada como palabra divina, el único requisito para que algo se convierta en verdad es que se dote de verosimilitud. Es decir, la mayor parte de los televidentes toman como cierto cualquier dato que venga dado desde las emisiones televisivas. Este hecho, que no ha pasado desapercibido para productores y directores de las cadenas es explotado en la actualidad sin ningún tipo de reparos. La palabra televisiva, hoy por hoy, se convierte en palabra dogmática e inmediatamente es aceptada sin ningún tipo de controversia. Esto, obviamente, no es nuevo. La clase dirigente siempre ha explotado los medios de comunicación para poner de su lado al vulgo, no hay más que recordar el aparato propagandístico alemán o americano durante la segunda guerra mundial.
¿A dónde nos conduce la actual manipulación mental a la que somos sometidos? Lejos de tratarse temas políticos o de algún calado intelectual, lo que se pretende, desde mi punto de vista, es el atontamiento general de la población. Se procura, más que conseguir dirigir el pensamiento a un adoctrinamiento político, lo que se hace es todo lo contrario, evitar que nadie se preocupe en pensar acerca de lo que nos rodea y que realmente nos afecta como ciudadanos. ¿Cómo se ha logrado? Ha sido realmente sencillo. Gracias a la democratización de la fama, hemos logrado una clase amplia de famosetes que pululan a sus anchas por el panorama televisivo. Esta gente, que desde le supuesto experimento sociológico de Gran Hermano se han hecho fuertes en todas las cadenas, ha logrado lo que ningún político, filósofo o periodista ha conseguido en toda la existencia de la televisión. Esto no es otra cosa que el que nos olvidemos de lo que realmente es preocupante y nos dediquemos a contemplar la vida y milagros de los mediocres personajes que ostentan el trono televisivo. Encima, los pobres diablos, consideran que lo hacen es interesante o que tienen ciertas dotes para desenvolverse en el medio. Pobrecitos, lo que realmente sucede es que se han convertido en los primeros manipulados y ellos ni tan siquiera se dan cuenta de este hecho.
En definitiva, la fama propugnada por Warhol está, hoy por hoy, al alcance de todos los mortales. Sólo se hace necesario carecer de habilidades y vergüenza y lanzarse a la busca de la notoriedad de baja estofa que la televisión actual nos ofrece. Como decía Antonio Flores en una de sus temas más conocidos, las niñas ya no quieren ser princesas, ahora lo que quieren es ser colaboradoras de televisión y liarse con algún futbolista o torero.
Andy Warhol se dio cuenta, y ya lo dijo en una de sus afirmaciones más célebres, la televisión se convertiría en el trampolín para democratizar la fama y hacerla accesible a todos los estratos sociales. Este personaje, que trató a nivel de creación artística los objetos populares, cayó en la cuenta de que la televisión era el medio adecuado para que la celebridad llegase a todos los niveles de la sociedad. No sería necesaria ninguna formación o mérito, sino, únicamente, salir en el medio y hacerse el visto. De esta manera, todos estamos a un paso de la fama, lo único que se necesita es el empeño de lograr hacerse famoso.
Si echamos un vistazo a la televisión de un par de décadas, nos daremos cuenta de que para tener tu momento se hacía necesaria una gran preparación o tener dotes de comunicador. Es decir, estar preparado. Periodistas, artistas y demás personajes especializados en el medio campaban por las televisiones y se hacía necesaria una gran dedicación para alcanzar el estatus de famoso. Pocos se imaginaban el cambio que se iba a producir en este medio, ni tan siquiera el visionario Warhol podría imaginar lo profético de sus palabras.
Los nuevos tiempos televisivos arrojan la confirmación de que todo vale, siempre que se produzca un beneficio para la cadena. Los gustos han cambiado y lo que reclama, desde hace unos años, el gran público es algo más cercano al pueblo llano. En un principio este hecho puede parecer sano, por qué no. Unos personajes más sencillos, alguien que podría ser tu vecino y que de una manera cercana te trasmite el contenido de un programa más o menos interesante. Este hecho puede resultar positivo, pero dónde ha nos ha llevado esta popularización del medio. Pues muy sencillo, a la aceptación de cualquier patraña por el mero hecho de ser retransmitido por la televisión.
El simple hecho de que aparezca en la pequeña pantalla provoca que cualquier información sea tomada como palabra divina, el único requisito para que algo se convierta en verdad es que se dote de verosimilitud. Es decir, la mayor parte de los televidentes toman como cierto cualquier dato que venga dado desde las emisiones televisivas. Este hecho, que no ha pasado desapercibido para productores y directores de las cadenas es explotado en la actualidad sin ningún tipo de reparos. La palabra televisiva, hoy por hoy, se convierte en palabra dogmática e inmediatamente es aceptada sin ningún tipo de controversia. Esto, obviamente, no es nuevo. La clase dirigente siempre ha explotado los medios de comunicación para poner de su lado al vulgo, no hay más que recordar el aparato propagandístico alemán o americano durante la segunda guerra mundial.
¿A dónde nos conduce la actual manipulación mental a la que somos sometidos? Lejos de tratarse temas políticos o de algún calado intelectual, lo que se pretende, desde mi punto de vista, es el atontamiento general de la población. Se procura, más que conseguir dirigir el pensamiento a un adoctrinamiento político, lo que se hace es todo lo contrario, evitar que nadie se preocupe en pensar acerca de lo que nos rodea y que realmente nos afecta como ciudadanos. ¿Cómo se ha logrado? Ha sido realmente sencillo. Gracias a la democratización de la fama, hemos logrado una clase amplia de famosetes que pululan a sus anchas por el panorama televisivo. Esta gente, que desde le supuesto experimento sociológico de Gran Hermano se han hecho fuertes en todas las cadenas, ha logrado lo que ningún político, filósofo o periodista ha conseguido en toda la existencia de la televisión. Esto no es otra cosa que el que nos olvidemos de lo que realmente es preocupante y nos dediquemos a contemplar la vida y milagros de los mediocres personajes que ostentan el trono televisivo. Encima, los pobres diablos, consideran que lo hacen es interesante o que tienen ciertas dotes para desenvolverse en el medio. Pobrecitos, lo que realmente sucede es que se han convertido en los primeros manipulados y ellos ni tan siquiera se dan cuenta de este hecho.
En definitiva, la fama propugnada por Warhol está, hoy por hoy, al alcance de todos los mortales. Sólo se hace necesario carecer de habilidades y vergüenza y lanzarse a la busca de la notoriedad de baja estofa que la televisión actual nos ofrece. Como decía Antonio Flores en una de sus temas más conocidos, las niñas ya no quieren ser princesas, ahora lo que quieren es ser colaboradoras de televisión y liarse con algún futbolista o torero.
Nacho Valdés (lunes maldito)
11 comentarios:
Parece que estés describiendo una maligna artimaña de "1984". ¿Acabaremos como ellos, o peor?
En mi opinión volvemos a dar vueltas a lo de siempre, hoy en día todo vale con tal de salir en televisión y se hace famoso cualquiera que no tenga escrúpulos ni vergüenza, de forma que en los platós de televisión te encuentras que están entrevistando a la vecina de la chica que estuvo liada en el año ... con tal famoso, toma ya! En fin, ya sabes lo que opino de los catetos que salen en televisión comentando cualquier reality sin saber expresarse correctamente en castellano.
Respecto a lo de "las niñas ya no quieren ser princesas", en mi opinión todo se reduce a la falta de cultura.
En fin está bien que nos recuerdes en lo que se está transformando la sociedad actual. Un beso cariño.
Laura.
Gran artículo querido Amigo. De hecho hemos escuchado mil veces la frase de "si lo dice la tele , será verdad", en fin yo creo que con las televisiones habria que hacer algo parecido a lo que pasa en la parte final de "El club de la LUcha" poner bombas y que se vayan todo a tomar por culo, eso si salvando al gran Matias, a Buenafuente y a una chica que sale en las noticias de cuatro y que esta buenisima.
Al final todo esta inventado y cualquier nueva creacion es una variente de lo existente.
La sociedad que existe es consumista hasta tal punto, que nace una cierta "envidia" vecinal por las cosas mas absurdas.
Esto como siempre le va de perlas a quien hace negocio con esto.
En mi opinion es muy facil entender lo que sucede: son negocios, y la tele-basura se vende porque el televidente-basura existe y lo demanda.
Lo jodido en cuestion es que todos nosotros acabamos participando en esto tarde o temprano.
Al final todo esta inventado y cualquier nueva creacion es una variente de lo existente.
La sociedad que existe es consumista hasta tal punto, que nace una cierta "envidia" vecinal por las cosas mas absurdas.
Esto como siempre le va de perlas a quien hace negocio con esto.
En mi opinion es muy facil entender lo que sucede: son negocios, y la tele-basura se vende porque el televidente-basura existe y lo demanda.
Lo jodido en cuestion es que todos nosotros acabamos participando en esto tarde o temprano.
Al final todo esta inventado y cualquier nueva creacion es una variente de lo existente.
La sociedad que existe es consumista hasta tal punto, que nace una cierta "envidia" vecinal por las cosas mas absurdas.
Esto como siempre le va de perlas a quien hace negocio con esto.
En mi opinion es muy facil entender lo que sucede: son negocios, y la tele-basura se vende porque el televidente-basura existe y lo demanda.
Lo jodido en cuestion es que todos nosotros acabamos participando en esto tarde o temprano.
Creo que ya sabes de la fascinación que me produce la antigua Roma y su civilización; justo acabo de leer "Imperium" que relata parte de la carrera de Cicerón, y tengo la impresión de que en realidad las cosas han cambiado poco. Es cierto que la TV actúa sobre muchas más personas al mismo tiempo y de forma muy rápida, pero la manipulación de las masas es algo realmente antiguo, sólo cambian las técnicas y los medios.
Cuando había menos distraciones, la plebe (que en Roma tenía poder, muy reñido con el Senado, pero lo tenía) iban a ver los juicios del Tribunal de Extorsiones (en una plaza pública), donde Cicerón empezó su brillante carrera de abogado, y en el que proporcionaba un soberbio espectáculo atacando a los aristócratas. Lo que él perseguía no era más que ascender en su propia carrera y la manipulación era su herramienta.
LLegó a Cónsul, aunque más tarde Marco Antonio acabó cargándoselo y clavando una mano y su cabeza en la puerta del Senado... pero eso es otra historia.
"O tempora!,o mores! "
¿Hay algo nuevo bajo el sol?
La respuesta es más simple, todo e mundo sigue las leyes de la física, en concreto, la "ley del mínimo esfuerzo" tanto como el famoso "caspa", ke busca en la patética interpretación una vía de escape a su mierda de vida y encima bien remunerada; tanto como el espectador, ke busca el mínimo esfuerzo mental, historias bien masticadas con las cuales poder pasar el tiempodelante dle televisor sin hacer ningun tipo de movimiento (tanto fisico como mental). Además de todo esto, encima ahora van verdaderas estúpidas que alardean de las cosas más inimaginables que sólo denigran la posición conseguida (con gran esfuerzo) de la mujer (si, hablo del caso de la puta Santander, la odio,la mataría)
¿Pero qué cosas sacan en televisión?...
...en mi opinión,el porno sería mas educativo, interesante y además animaría al esfuerzo mental y fisico...así que...apostad por él.
Apoyo lo del Porno.
P.d : ¿Quién carajo es la puta de Santander?
No lo sabes? si es super famosa la muy zorra. Su marido ( ke la maltrata) ha dejado en coma a un tío. Ella salió en la tele defendiendolo a él y al maltrato en general. Luego salió el padre de la chica diciendo ke las asociaciones de mujeres maltratadas ke habian protestado no eran más que unas maleducadas y blablabla.
Diós. Empiezo a arrepentirme de haberlo preguntado.
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