martes, septiembre 09, 2008

Colaboraciones 2008 (The Bootleg Series Vol. 36)


El eterno retorno

El título de esta semana, como muchos sabréis, hace referencia a la concepción de la temporalidad que se realizaba en la antigua Grecia. El punto de vista actual sobre el devenir tiene su origen en la cultura judeocristiana, ésta relacionaba el paso por esta vida como encaminado a la ulterior comunión con la divinidad. Es decir, la temporalidad en este sentido se relacionaba con una teleología de carácter trascendental que en última instancia nos llevaría al cielo o al infierno (dependiendo de nuestros méritos o deméritos). En esta forma de medir el paso de los períodos vitales, el tiempo se puede representar como una línea recta que inexorablemente nos empuja a un juicio final del que ningún mortal puede escapar.

Sin embargo, para el hombre griego, esta concepción lineal es inconcebible, no existía. Esta cultura consideraba el acontecer de forma circular (que por otro lado, se relacionaba con la esfera, que era la figura perfecta). En definitiva, estamos de alguna manera condenados a volver a repetir infinidad de veces los mismos acontecimientos con los mismos personajes, de esta forma se hacía imposible escapar al inexorable destino. La teoría del eterno retorno fue recuperada por Friedrich Nietzsche en la segunda mitad del siglo XIX. Aunque es de las partes menos elaboradas de su filosofía, contiene elementos interesantes en los que pretendo apoyar este artículo.

Una de las interpretaciones más interesantes de esta concepción, es la de la cantidad de materia finita en un tiempo infinito. Es decir, las distintas combinaciones de elementos están condenadas a repetirse eternamente por simple combinatoria. Con esto lo que se afirma es que un número limitado de combinaciones, en un tiempo infinito tiene que repetirse, debido al azar, en innumerables ocasiones. Por consiguiente, este momento que ahora mismo estamos compartiendo se ha repetido y se repetirá sin fin.

Supongo que la mayoría estará pensando: ¿Qué le ha pasado hoy a este tío? ¿Qué tendrá que ver esto con la televisión? Pues yo lo explico rápidamente.
El comienzo de la nueva temporada televisiva me da la sensación de haberla vivido desde que tengo uso de conciencia, quizás cambien algunas caras o la forma de tratar algunos temas, pero si rascamos un poco el barniz de novedad nos daremos cuenta de que todo lo que nos ofrecen está usado y manido. Como es costumbre, se anuncia a bombo y platillo las últimas novedades que no son tales, sino todo lo contrario, se trata más bien de lo mismo de siempre.

Sin haber prestado atención a las promociones con las que nos inundan desde mediados de agosto, se puede elaborar una supuesta programación que puede servir de modelo para cualquier cadena del panorama nacional e internacional. Para empezar, a primera hora de la mañana, unos buenos informativos con los videos elaborados la tarde anterior, por lo que el espectador (a no ser que se produzca una novedad realmente importante) que haya visto el telediario de la noche ya sabrá lo que van a poner en cuanto empiece la programación. Seguimos con unos cuantos dibujos animados, por supuesto de archivo, nada de gastar dinero, para aquellos niños madrugadores que tengan algo de tiempo libre por la mañana. A partir de las diez de la mañana, comienza la pugna por la audiencia. En esta franja horaria, poblada de jubilados y amas de casa, se necesitan temas con gancho para este espectro de la población, algo del estilo: salud, economía doméstica, temas de la prensa rosa y algo de sucesos. Se agita el cóctel y ya tenemos cubierta la programación hasta las dos de la tarde, si se puede contar con María Teresa Campos o similar mejor que mejor. A partir de este momento tenemos lo siguiente: en Antena 3 no pueden faltar Los Simpsom (serie animada que más veces se ha exprimido en la televisión moderna) y, en el resto de cadenas, se puede meter algo de información deportiva o de prensa rosa. A la hora de la comida tendríamos el típico telediario de toda la vida, esto es ineludible. A primera hora de la tarde se puede programar un culebrón, un documental o una película cutre. Cuando vuelven los niños del colegio se necesita diversión para toda la familia, por lo que lo que mejor encaja es una concurso de entretenimiento tipo La Ruleta de la Fortuna. Casi se ha cubierto de esta manera la práctica totalidad del día.

El plato fuerte llegaría por la noche después de los informativos, si se ve Antena 3 se puede tener la seguridad de que volverán a repetir la mayoría de videos y noticias que utilizaron al mediodía. En esta franja horaria es donde una cadena se la juega, aquí es donde se pone toda la supuesta creatividad en juego. ¿Y qué es lo que tendremos? Pues muy sencillo, dependiendo del día de la semana contaremos con los siguientes elementos: Un reality show, una película de postín, una serie de ficción (ya sea española o yanqui) o un programa de entrevistas y distintos entretenimientos que sirva a un abanico amplio de espectadores. Una vez terminado este supuesto día televisivo, podemos encontrarnos con un bucle que nos muestra una y otra vez el telediario de madrugada, porno casposo en el caso de las televisiones locales, concursos estúpidos de adivinar palabras o el gran clásico de la Telepromoción.
Como se puede observar, resulta extremadamente sencillo renovar la parrilla televisiva de cara a la nueva temporada. Sólo es necesaria una mano de pintura en los platós desvencijados y poner una o dos caras nuevas, teniendo en cuenta a aquellos presentadores que representan un valor seguro para la cadena. El eterno retorno está presente en la sociedad actual, no hay más que ver la televisión.

Nacho Valdés (prieto y con retraso)

5 comentarios:

Sergio dijo...

Inspiradísimo artículo que entra de lleno entre las mejores columnas del televidente Sr. Valdés.
La fabulosa aristocracia de las palabras aquí escritas deberían ser leídas en cada reunión de directivos televisivos. Si alguién de este mundo está buscando un punto y aparte, es aquí donde lo encontrará.
Ya estoy de vuelta del eterno retorno.

Eva M dijo...

Di la verdad: eso del eterno retorno lo escribes por el "eterno retorno al curro"

Jajaja

Oíd, el Jueves 18 de Septiembre tambien hay un eterno retorno, el de "ACTPLÉ!" en el pub FUll en Benetússer, tendré que empezar a ensayar!

HO!

un kiss

Nacho dijo...

Gracias por tus elogios Sergio y besitos para Eva, tendré en cuenta ese "eterno retorno del que hablas".

Anónimo dijo...

Más filósofo que nunca sí que has estado. Eso es algo innegable. Siendo sincero, la verdad, no acabo de entender lo del eterno retorno. Si siempre estuvieran los mismos momentos, ¿como habría progresión?. No se, sería como estar condenado aún sin haber cometido el delito. Tal vez exista el retorno hasta que alguien lo rompa y, entonces, crea todo igual, solo que con nuevas aportaciones. De ese modo, pareceria todo el tiempo lo mismo, aunque no lo fuera.
En todo caso, la televesión siempre es igual. El mismo perro con distinto collar.

raposu dijo...

... y mirando a su alrededor exclamó: "¡Cielos, otra vez aquí!"