miércoles, enero 29, 2014

Delaletra



El comienzo de la madurez hispana

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El pronunciamiento militar, algo recurrente en la historia española contemporánea, supone uno de los mecanismos mediante los que se hace posible el acceso al poder en este país de características personalísimas en relación a su entorno; exceptuando, claro, la cuenca  mediterránea. Sin entrar en pormenores, queda claro que la supeditación de la política  al ejército, tal y como ha pasado por nuestras tierras durante largos períodos de tiempo, es una excepción que en el ámbito europeo parece haber sido superada.
Sin embargo, no hace tanto tiempo, el pueblo español estuvo en jaque durante una larga noche mientras un grupo armado perteneciente a las fuerzas de seguridad del Estado irrumpía en el Congreso durante la sesión de investidura de Calvo Sotelo que tomaba el poder que cedía un quemado Adolfo Suárez. El caso es que ese momento aciago de la historia reciente ha quedado más o menos olvidado y sepultado bajo toneladas de indiferencia ante los avances conseguidos en estos escasos treinta años.
Javier Cercas recupera este momento en el ensayo novelado Anatomía de un instante. El autor, testigo como el resto de adultos del momento de este delicado trance, desgrana con maestría todos los elementos y protagonistas de este intento de pronunciamiento  que, por fortuna, no cuajó tal y como habían aventurado sus ideólogos y artífices.
La obra, que partiendo del recuerdo televisivo de Cercas, se detiene en ese instante precioso en el que el mundo congelado de la memoria individual muestra todas sus aristas y particularidades. Un Suárez hierático, un Carrillo cínico y resabiado, el capitán general Gutiérrez  Mellado ultrajado y, el denominado por Carrillo como caballo de Pavía, Antonio Tejero. A todos estos personajes públicos, se les unen los más o menos oficiosos Alfonso Armada, Miláns del Bosch y el propio Juan Carlos I.
Cercas se encarga de diseccionar y retratar con habilidad y elegancia a todos estos personajes y las motivaciones que cada uno de ellos encerraba; también acomete la tarea de recordarnos que el Estado de Derecho es algo frágil y efímero que debe cuidarse para que perviva. Para mí la mejor obra de este autor y una de las mayores creaciones literarias de los últimos años; imprescindible.

Nacho Valdés

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