Tenía que decírtelo
Las lunas tintadas hacían del habitáculo algo privado. En el
interior, los dos individuos exquisitamente trajeados iban cada uno mirando
hacia su lado; no parecían disfrutar del trayecto a gran velocidad en el que
estaban inmersos. Uno de ellos, el que llevaba gafas de pasta negra, comenzó a
remover los papeles y se dirigió al otro.
-
Ya sabes que tenemos que estar en este tipo de
asuntos, no es una cuestión negociable – dijo sin expresión.
-
No entiendo cómo es posible que podamos sacar
crédito de estas situaciones – parecía buscar las palabras adecuadas para
expresarse -, es tan obsceno.
-
Lo obsceno sería no sacar partido, es una
oportunidad y no estás para desaprovechar oportunidades. ¿No te parece?
-
Es que la gente solo se fija en las gilipolleces
– protestó airado mirando de nuevo por la ventanilla -, parece mentira que toda
mi labor se haya esfumado en una semana.
-
La gente no tiene memoria, son como ratones de
laboratorio y tú y yo somos los que ponemos el cebo al final del laberinto.
-
Bueno, hay unos cuantos más en busca de su
ración de pastel. ¿No crees?
-
Esa no es la cuestión, además me das la razón. Es
fundamental que estemos los primeros para que esto quede grabado y comiences a
borrar tu basura. Es primordial si quieres llegar a algún lado.
El hombre joven no contestó, su impecable peinado y su
rostro perfectamente cuidado no expresaban la frustración que arrastraba.
Volvió a mirar a través del cristal tintado que volvía todo un poco más oscuro,
su cabeza oscilaba cuando superaban las imperfecciones de la calzada.
-
Es una desvergüenza lo que está pasando en este
país, nadie se fija en lo que se hace sino en lo que se parece – pensó en voz
alta mientras seguía observando el paisaje.
-
No estoy aquí para escuchar tus lamentos – el
hombre maduro se expresó con dureza -, estoy aquí para ayudarte y si no te
dejas ayudar lo mejor que puedo hacer es renunciar –hizo una pausa para probar
la reacción y comprobar cómo la expresión del otro mudaba al terror de manera
inmediata.
-
No puedes hacerme eso, y menos a estas alturas… - dejó que las palabra calasen en su interlocutor –
sabes mucho mejor que yo que te necesito y que entre los dos podemos hacer algo
grande.
-
Pues tienes que comenzar a trabajar duro.
-
¿Y no es lo que llevo haciendo estos últimos
años? – Protestó.
-
Pues no tires tu trabajo por el desagüe, piensa
antes de actuar y nos irá mucho mejor. Sobre todo a ti.
-
Nadie podría sospechar que había un periodista…
-
Eres… - el hombre maduro pareció contenerse.
-
Dilo, di lo que pienses –le retó el otro.
-
Si digo lo que pienso terminamos nuestra
relación ahora mismo – el silencio volvió a inundar el espacio entre ambos.
-
En fin, será mejor que nos concentremos en el
futuro. Mírate este dossier, es importante pues contiene información que te
conviene conocer de la zona a la que nos dirigimos.
-
Me pondré ahora mismo con ello.
-
Lo tienes resumido al final, si ves que no
llegas a completar su lectura céntrate en los puntos destacados. Están
subrayados en rojo.
-
No sé qué haría sin ti, eres fundamental en este
proyecto – expresó el joven sonriendo.
-
Céntrate en lo que te he dado y olvídate de las
mujeres en una temporada, si quieres echar un polvo dímelo y yo te consigo
alguna fulana discreta.
No hubo respuesta, el hombre mayor volvió a mirar por la
ventanilla mientras su acompañante se afanaba en la lectura de la documentación
que le habían entregado.
Nacho Valdés
2 comentarios:
Bueno, hagamos apuestas sobre la profesión de estos dos buenos señores... ¿fontaneros? ¿electricistas?... no, por ahí no va...
que no os enteráis...este es el día a día de dos diputados del PP en el Ayuntamiento de Valencia...
Hombres de poca fé...
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