miércoles, mayo 15, 2013

Delaletra

 
Siempre me he dejado llevar por el título de los libros a la hora de hacerme con ellos. Supongo que es una mala manía heredada de mi pasión por la música. Otra de las condiciones es encontrar una buena frase de comienzo: potente, directa y esclarecedora. Esos dos condicionantes se dan en la novela que traigo hoy aquí: "El Corazón es un Cazador Solitario (The Heart is a Lonely Hunter)" de la incomparable Carson Mcullers. El título es una frase conmovedora y atrayente; y la primera frase de la obra es: "...En la ciudad había dos mudos...y solo podían hablar entre ellos...". Esas palabras iniciales indican muchas de las cosas que vamos a encontrar en la novela: insatisfacción, incomunicación, aislamiento social... Sostenida por cinco personajes arquetípicos que el azar acerca y aleja de manera extraodinariamente narrada Mculers muestra las tragedias y pequeñas heroicidades cotidianas de un pequeño pueblo del sur de Estados Unidos del que no se dice nunca el nombre. Mcullers debutó en el mundo literario con esta novela y con tan solo 24 añitos. El dominio del lenguaje, de la forma, de la narración es casi insultante para alguien tan joven y primeriza. Algunos ejemplos de su particular modo narrativo:

- “El sol parecía un hierro candente haciendo presión sobre su cabeza. La ciudad tenía el aspecto del lugar más solitario del mundo. La inmovilidad de la calle le produjo una extraña sensación”…
- “Y entonces abrió los ojos. El cielo estaba aún oscuro y todas las estrellas habían desaparecido. La hierba se veía mojada… En ese instante recordó la música. En el aire flotaba el aroma del otoño. En su mente la música sonaba a todo volumen y cada vez más rápido; corrió aumentando gradualmente la velocidad por las aceras que conducían a su casa”.

- “Y como no había manera de desmentirlos, los rumores crecieron en esplendor y realidad: cada hombre transformó al mundo en aquello que deseaba que fuese”.
- “Pronto amanecería. El cielo de la madrugada era de un azul profundo y brillante, y el tono plateado de la luna se había vuelto blanco. Reinaba un silencio absoluto. El único sonido era el nítido canto de un pájaro primaveral oculto en la oscuridad”.



En fin. Una obra fascinante...

1 comentario:

Nacho dijo...

No sé el porqué pero tu presentación me ha recordado a Paul Auster, quizás por la procedencia de ambos.

Muy buenas las figuras que presentas, me quedo con la recomendación.

Abrazos.