lunes, abril 15, 2013

En el ángulo muerto Vol. 186



Uno de tantos


La villa de Taormina acabó por convertirse en un sitio excepcional aunque, para servir de referencia, tal y como acabó siendo para todos aquellos que escuchaban su nombre, se tuvo que pasar por la muerte de Domenico.
Taormina siempre había sido un lugar tranquilo, un sitio apacible donde vivir sin demasiadas preocupaciones. Cada cual se dedicaba a lo suyo y todos los habitantes se conocían, era una especie de comuna que, con el tiempo, fue creciendo hasta atraer el dinero que se producía gracias a que se trataba de una zona ganadera. Los negocios familiares se convirtieron en pequeñas empresas que, haciendo gala de pragmatismo, se unieron en cooperativas para ofrecer sus servicios a la demanda que se reclamaba desde las ciudades. Como siempre pasa con la riqueza, ésta atrajo a gente y entre los recién llegados había de todo, como es normal y puede imaginarse. Incluso, entre las propias familias de la región asomó una nueva forma de hacer negocios: la protección.
El asunto resultaba sencillo, los comerciantes locales debían contratar los servicios de protección pues, en caso contrario, el local o los intereses del susodicho sufrían complicaciones. A uno le quemaron la furgoneta, otro vio como las lunas de su negocio aparecían rotas todas las mañanas y así hasta que la violencia se materializó en varias caras destrozadas y huesos rotos. El resultado de todo este mercadeo fue que Tommaso, uno de los caciques locales, se hizo con todas las contratas de protección y con un pequeño ejército de secuaces que, además de rodearle a todas horas, cumplía sus órdenes a rajatabla. Por supuesto, los damnificados resultaron ser los pobladores de la villa que pasaron de una apacible y tranquila vida a una vorágine de dinero y problemas con los que no contaban.
Pasado un tiempo Tommaso acabó por pasearse por la avenida principal pavoneándose y recibiendo los parabienes de las gentes de la zona que acabaron por vivir atemorizadas. Aún así, alguien decidió pasar a la acción y un buen día Tommaso fue el destinatario de cinco disparos que no llegaron ni a rozarle aunque, los dos sicarios con los que paseaba en ese momento, sí que recibieron los impactos de las balas que en principio iban destinados para el otro. Uno, del que no se recuerda ni el nombre, no llegó al hospital; Giordano, que era el otro, comenzó a fraguar en ese momento su pequeña leyenda que le llevaría finalmente a recibir el sobrenombre del Tres  dedos aunque, hasta ese momento, simplemente recibió un disparo en el brazo que superó con un breve período de reposo. Para que se quedase con su apodo del Tres dedos tendrían que suceder unas cuantas cosas más pero, sobre todo, lo que tendría que acontecer es que se cruzase con Domenico. Por supuesto el incidente no podía pasar desapercibido para Tommaso y, a los pocos días, independientemente de que el agresor huyese a la carrera después de disparar, tres chicos del pueblo aparecieron colgados en el puente que cruzaba el río.
Como nunca había pasado nada parecido la gente lloró durante varios días pero, sobre todo, lo que acabó por inundar la región fue el terror que atenazó a los pacíficos trabajadores que hasta ese momento habían llevado una existencia más o menos apacible. Tommaso, en un alarde cinismo, acudió al sepelio y aunque todos sabían que él era el que estaba detrás  de esos terribles asesinatos, nadie dijo nada. Incluso las madres de esos jóvenes tuvieron que aguantar que el ejecutor de sus vástagos acudiese a darles el pésame con aire compungido.
No obstante alguien no estaba conforme, en la última fila de los bancos de la iglesia estaba sentado Domenico atravesando con su mirada al supuesto cerebro de los asesinatos. Su mujer, que le conocía, le dio un codazo para que dejase lo que ella sabía que le estaba rondando por la cabeza. Domenico miró para otro lado pero su mente siguió bullendo sin que su esposa pudiese hacer nada para evitarlo.

Nacho Valdés


2 comentarios:

raposu dijo...

Violencia, venganza... esto promete.

Muchacho_Electrico dijo...

ehhhh, donde está Maribel????

Violencia, Venganza???? SPARTACUSSS¡¡¡¡