jueves, marzo 07, 2013

Werther vive en mi

Nunca encuentra lo que busca y menos en este plato de lentejas de hace dos navidades. Digamos que lo intenta; absorberse uno mismo hasta quedar convertido en polvo de estrella impulsado por molinos gigantes como demonios, y lo consigue. Pongamos por ejemplo a ese hombre de la esquina. Está tan sumido en el mismo que contempla las miradas ajenas como insultos, los besos gratuitos por patadas en la boca, las puertas abiertas como precipicios interiores. Y para colmo de desgracia ese señor sin criterio se siente abandonado a pesar de tener un llavero rebosante de oportunidades en su cinturón de cuero. Y por si eso no fuera suficiente, es capaz de mostrar abiertamente su estúpida melancolía de cantautor eléctrico sin preocuparle si sus palabras son balas disparadas o partidas perdidas en las horas muertas de la madrugada. Por eso, si yo fuera usted, cambiaría de vida hoy mismo; cortaría las cuerdas de la guitarra; tomaría un tren a alguna isla turística, me tiraría a alguna sueca millonaria y tras eso viviría a expensas de su dinero y sus poderes. Eso sí. Si está dispuesto a pagar el precio de las canciones; si no le importa pelear con las ojeras púrpuras de los cuerpos celestes, si está dispuesto a vaciar el alma entre corcheas y semifusas, si todavía tiene la sangre caliente y la magia bajo la yema de los dedos, el sexo en sus cuerdas vocales, el rocanrol en el pecho, las ganas de revancha Entonces, no abandone el barco hasta que suene completo el nocturno de Chopin y pueda empezar un nuevo trato con la luna.

2 comentarios:

nacho dijo...

Ídolos caídos y gente derrotada, el disco de Quique parece que hace mella.

Abrazos, me ha gustado mucho.

cristina dijo...

Discazo y relatazo...

Abrazoss