Insinuaciones
El investigador se había reclinado hacia atrás, parecía
tomar aire cuando en realidad lo que hacía era intentar solventar la presión a
la que estaba siendo sometido. La mujer que tenía delante había dejado, no
sabía si voluntariamente, que el último botón de su blusa se desprendiese y el
generoso escote dejaba entrever parte del sujetador de encaje negro que llevaba.
El señor Durán consideró que lo mejor sería hacer caso omiso a esas señales,
debía aceptar que estaba lejos de resultar atractivo y que esos aparentes
descuidos estaban provocados por el momento de tensión que se estaba fraguando.
Aún así algo fallaba, su instinto le indicaba que nada era como parecía ser y
que algo latía bajo ese aparente desconsuelo.
-
Como le iba diciendo, su ex-marido consiguió
deshacerse de todo el patrimonio a través de las empresas fantasma que había
creado y fue depositándolo en la paraísos fiscales a través de los cuales
operar.
-
O sea, ahora es asquerosamente rico.
-
Bueno, es una manera de decirlo – contestó el
sabueso intentando mirar a los ojos de su cliente.
-
¡Qué hijo de la gran puta! – Exclamó la otra.
-
No solo eso… - continuó el señor Durán después
de dar un sorbo a su copa.
-
¿Cómo? ¿Es que hay más? – La mujer aparentó
hundirse de nuevo en su sillón.
-
Resulta que, por lo que hemos podido averiguar
en relación a las finanzas del investigado, también ha cobrado el seguro de
vida del que era beneficiaria usted.
-
Cómo puede haber cambiado la documentación, ese
asunto pensaba que lo tenía controlado.
-
Realmente no lo tengo claro pero, por lo que he
podido comprobar hasta el momento, Enrique tenía poderes sobre su persona y
pudo variar el destinatario de la indemnización.
-
Es decir, seguimos en la ruina.
-
Eso me temo – concluyó el señor Durán.
La mujer parecía a punto de estallar en lágrimas, se tapaba
la cara con las manos y se dejaba caer sobre la mesa haciendo de su escote un balcón
al que el investigador se asomaba con precaución. Repentinamente levantó de
nuevo la mirada y con los ojos enrojecidos aunque libres de lágrimas se volvió
a dirigir a su interlocutor.
-
Necesito saber que está vivo, no es algo que
pueda creerme de manera tan sencilla.
-
Ya le he enseñado las fotos, está claro que
Enrique está vivo y recorriendo el mundo con todo el dinero que ha estafado.
-
Pero aquí llegó un cadáver y celebramos el
entierro, ¿sabe por lo que hemos tenido que pasar? Incluso hermanos estaban
presentes. ¿Cómo es posible?
-
Dependiendo de dónde se encuentre una persona y
de los escrúpulos que posea resulta sencillo conseguir todo lo que ha hecho su
ex-marido.
-
¿Me está diciendo que es posible conseguir un
cuerpo así como así y hacerlo pasar por otra persona?
-
No resulta tan complicado, es algo que se paga
con dinero. Incluso aquí en España podría hacerse, solo hay que conocer a las
personas adecuadas.
-
Por lo visto usted conoce a ese tipo de
individuos, ¿no es así? – Maribel se mostró sugerente y sus labios rojos se
insinuaron al pronunciar las últimas palabras.
-
No he dicho eso, simplemente he dicho que es
posible. Si quiere le explico cómo lo hizo Enrique.
-
Por favor, continúe.
La mujer volvió a reclinarse en la butaca, dejó la blusa
desabrochada y las piernas cruzadas en una postura que al maduro investigador
se le antojó ligeramente lasciva. Borró de su mente el impulso que estaba
recorriendo su cuerpo y continuó con el relato.
Nacho Valdés
Nacho Valdés
4 comentarios:
En una chica como Maribel, no hay nada que sea casual...
Cuando follan?
La cosa se está poniendo caliente...
y con la cosa no me refiero al miembro del miembro de la vigilancia remunerada sino al asunto en sí vaya...
A la espera de más nos quedamos...
Be-Bop-A-Lula
No esperes sentada, Maribel...
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