Inevitable (Vol. 8)

Rompecabezas
de cuerpos desencajados
aquella noche
durmieron
tan pegados
que compartieron el mismo sueño

Las manos de ella
fueron
las manos de él
y el alma
una luz encendida
al final del pasillo
en mitad de la oscuridad

Le pidieron
un trato
al dios de los aires
que nunca borrara
los surcos de agua
del barco perdido
que fue su casa

Y
que aunque
con el paso del tiempo
visitaran
las islas de otros cuerpos
nunca se enterrase
la marca permanente
del amor
violento y único
que junto una vez
sus pasos

Fue todo tan real
todo
tan
real
Que todavía creen en ello