lunes, diciembre 10, 2012

En el ángulo muerto Vol. 172



Programa educativo


El tema que por el momento me preocupa más es el del profesorado pues, si estuviese compuesto por buenos profesionales, tendría que estar alerta ante las posibles transgresiones que se produzcan durante las jornadas lectivas. Es decir,  un docente que no intente robar o cometer algún delito en mi academia no será digno de pertenecer a la misma. Por lo tanto, resulta paradójico que tenga que protegerme de aquellos que van a trabajar para mí aunque resulte indispensable el hecho de que sean personas peligrosas e indignas de cualquier confianza.
Por otro lado, también quiero establecer unas breves pruebas para el acceso a este plan de estudios. Lo que quiero instituir es un lugar en el que perfeccionar la técnica y donde accedan estudiantes que tengan un mínimo nivel cultural, no puede ser que cualquier tirado me eche a perder un negocio que creo que puede ser increíblemente productivo. De esta forma, se tendrá que demostrar un nivel mínimo que consistirá en pruebas prácticas dependiendo de la especialidad de cada cual y un breve cuestionario sobre cultura general para comprobar con qué tipo de gente estoy tratando. Además, la presencia física es un prerrequisito indispensable y se deberá vestir acorde a las necesidades laborales que tenemos en los tiempos que corren. En otras palabras, un criminal tiene que serlo de la cabeza a los pies pero, y aquí se produce otra paradoja, no debe parecerlo en absoluto. Cuando mis alumnos terminen el plan de estudios que estoy elaborando saldrán con un aspecto impecable y la verborrea necesaria para que cualquier ciudadano normal les abra las puertas de su hogar.
Por supuesto, no podría ser de otra manera, yo me erigiré como catedrático y rector puesto que soy fundador y el miembro, por el momento, más antiguo. Me dedicaré a impartir lecciones sobre estafa básica sin violencia, que es lo que siempre he hecho. Así, mi pretensión es que mis alumnos sepan cómo dirigirse a sus interlocutores y como conseguir ingresos diarios con pequeños trabajos en los que no tendrán más que recoger el dinero que les entreguen sus presas. Por supuesto, deberán manejar el arte del disfraz, la persuasión y contar con la paciencia necesaria para que sus timos vayan madurando poco a poco. Este es el camino para conseguir el gran trabajo, el crimen con el que todos soñamos para despedirnos de la vida en la calle. Eso es algo que solo se consigue con la práctica, con los embauques  diarios que hacen que la mente se encuentre fresca y flexible para cuando llega el gran momento.
Otras materias que quiero desarrollar, aunque quizás necesite algo de ayuda, son las que toquen el tema de los delitos informáticos que tan en boga están y que tanto desconozco. Supongo que tendré que hacerme con algún especialista en la materia que me vaya orientando para construir unos contenidos potentes y adecuados, después supongo que todo irá rodado. También quiero hacerme con un especialista en armas y artes marciales pues, aunque no es el primer recurso, siempre es bueno tener conocimientos en esos campos. Además, no todos los trabajos son iguales y merece la pena tener preparación básica sobre balística, armamento y ese tipo de cosas. Una de las asignaturas que más me van a gustar, debido a que no tuve oportunidad durante mi carrera de llevar ninguno a cabo, es la de secuestro. Aquí sí que puedo dar un par de lecciones pues sí que serví de apoyo  a un par de raptos que fueron de lo más beneficiosos y, aunque no estuve en la acción, sí que puedo hablar de las infraestructuras necesarias, escondites y zulos. Ahora bien, necesitaré alguien experto en el noble arte del rapto para que ofrezca las nociones más básicas; seguro que alguno de mis compadres mejicanos o colombianos pueden echarme un cable. Otro de los elementos que vamos a tratar es el de la imagen y el sonido pues, para las altas esferas, puede resultar fructuoso el realizar seguimientos para posteriores extorsiones. En definitiva, un plan ambicioso para formar a los delincuentes del futuro en los valores de siempre.
Huelga decir que no podré emitir titulaciones oficiales puesto que no creo que consiga nunca la homologación necesaria aunque lo que sí estoy decidido a intentar es crear una bolsa de empleo en la que se puedan establecer encargos de los que yo me sacaría un porcentaje; faltaría más.


Nacho Valdés

5 comentarios:

raposu dijo...

Creo que voy a mandar mi CV, podemos hacer unos interesantes intercambios de áreas de interés...

Sergio dijo...

Cuente conmigo en sus filas Comandante y, habrá que hacer un pequeño hueco para el infante Jacobo...

gran historia

cristina dijo...

Enhorabuena por tus relatos, son geniales

Nacho dijo...

Muchas gracias...

laura dijo...

Me ha sorprendido mucho.