Como ligar en los ’60 – Capitulo 3 y final
El siguiente paso podía ser muy variable pero siempre con un elemento en común: había que pasar a la acción y hacer algo. El Ligue de Barra no funcionaba si uno no se movía nunca de la Barra. Era la parte más dura, en la que el aventurero abandonaba su refugio y la seguridad de la manada de amigos para penetrar en lo profundo de la jungla. Esos amigos, cumpliendo también con el sagrado deber de ser crueles y sanguinarios, quedaban pendientes del resultado para organizar el correspondiente cachondeo en caso de rechazo.
Existe un mito urbano que asegura que se utilizaban frases como “¿Estudias o trabajas?”, “¿Vienes mucho por aquí?” y cosas por el estilo. Falso. Jamás de los jamases se podía iniciar una conversación con tamañas gilipolleces. No digo que nadie las usara (de algún sitio habrán salido), pero sería más tarde, cuando los recursos flojearan y no se supiera que decir.
Ese preámbulo, como le ocurre a muchas canciones, podía condicionar el resto ¿Cuántos éxitos están basados en el “riff” de entrada? Pues eso, había que ir y desarrollar un buen riff. Simpático, pero no cómico, agradable pero no pringoso, con autoconfianza, pero sin desdén.
Si estabas en una discoteca en algún momento podías invitar a bailar a la chica, pero la cosa no podía ser un simple “¿Bailas?” como si estuvieras en una romería de pueblo. Eso probablemente te colocara en la Clase Paleto y no sólo la respuesta era “No”, sino que te dejaba marcado en esa zona de forma permanente. Así que había que echarle más imaginación y la frase tenía que ser más redonda. Por cierto, tampoco valía lo de invitar a una copa así de entrada, eso era parte de una siguiente fase.
A partir de ahí ya todo dependía de cómo llevaras la conversación y qué tan interesante resultaras. Uno de los secretos de ser un buen conversador es dejar que sea el otro el que hable. Es decir, en lugar de contar tus historias, escucharlas. Es mano de santo, aunque, como es lógico, no está exento del riesgo de que te coloquen una paliza del 15.
Si esa conversación languidecía podía hacerse algún comentario sobre la música que estuviera sonando… pero sólo una vez. Pongamos que hablamos de The Byrds.
1 comentario:
Este tema la verdad es que debe haber ayudado a muchos a lograr sus objetivos "in the night". Por cierto, ya te vale haberte reservado tanto tiempo esta sabiduría ligona. Ahora ya me pilla pasado de rosca, tendrás que legar estos conocimientos a tus nietos.
Besos.
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