Telesantidad
Lo que hace unos años suponía el estar prácticamente en casa y salir únicamente para ver a la familia, se ha ido transformando con el paso del tiempo en algo totalmente distinto; mucho más entretenido, por supuesto.
Recuerdo cuando era un niño que la ciudad se paralizaba, las vacaciones de Semana Santa, como su nombre indica, estaban concebidas para el recogimiento y los asuntos sacros. Creo que incluso los cines, unidos al resto de comercios y entretenimientos, cerraban sus puertas para que la gente pudiese dedicarse con mayor devoción a sus asuntos religiosos. En fin, la vida para un niño sin colegio parecía congelarse y la estancia en la ciudad se tornaba profundamente aburrida. Otros tenían más suerte e iban al campo a visitar a sus parientes y embrutecerse un poco.
La televisión, por supuesto, no escapaba de la ferviente oleada religiosa que nos inundaba durante esas fechas. Sobra decir que los contenidos eran de todo menos entretenidos, la programación infantil que en la actualidad se transmite para los períodos vacacionales, no había sido ni concebida. Con Los picapiedra, que tengo que reconocer que nunca fueron santo de mi devoción, y Espinete teníamos más que de sobra. Solían emitirse películas clásicas, sin ningún interés para aquellos que disfrutábamos de más tiempo libre, además se repetían indefectiblemente de un año para otro. Fijas en este esquema estaban Rey de reyes o los Diez mandamientos, también se intercalaba algún que otro Peplum ajado y olvidado hasta que los audaces productores televisivos lo rescataban de alguna estantería polvorienta.
Hoy por hoy las cosas han cambiado. Cines y entretenimientos están a pleno rendimiento y esperan ansiosos la oleada consumista que nos posee en tan sagradas fechas, por lo menos se puede salir de casa y dar una vuelta por la ciudad sin morir de aburrimiento. Con las televisiones sucede lo mismo, aunque se puede observar como el esquema de la programación se repite sin cesar cada Semana Santa. Existen unos puntos, que supuestamente interesan al espectador y tienen que ser repetidos hasta la extenuación.
El primero de estos asuntos esenciales es el de la Operación Retorno, como les gusta decir a los intrépidos periodistas que nos hacen la vida más sencilla. Invariablemente, sea el informativo de la mañana, de la tarde o de la noche tienen que ponernos las horribles imágenes de accidentes y desastres automovilísticos. Entre las mismas nunca falta el detalle del cadáver cubierto con una sábana sobre la carretera, el coche destrozado o la Guardia Civil trabajando en las autopistas. No dudo que sea necesario concienciar a la población de los peligros de la circulación, pero da la sensación de que con tanto utilizar este recurso se acabe frivolizando el asunto. Damos por sentado que un número elevado de personas morirá al volante, y al final, con lo único que nos quedamos es con unas cifras que son comparadas con las de años anteriores y nos dejan una idea estadística de un problema de una gran magnitud.
El siguiente asunto, que enlaza con el anterior, es el de la climatología. A todas horas nos bombardean con las previsiones meteorológicas y con si va a llover o no. En este punto se tocan varios temas importantísimos para los televidentes: si la gente disfrutará de sol en sus vacaciones, una estúpida obsesión creada por los telediarios; si habrá problemas en las carreteras; y por último, si los pasos procesionales podrán salir sin mojarse. En fin, de los más apasionante. Parece que ponen una cinta grabada de anteriores años y la repiten hasta la saciedad, yo creo que no notaríamos la diferencia.
El último punto importante de este período, que también tiene su repercusión televisiva, es el de las procesiones de Semana Santa. Yo me pregunto, a quién le importa. Supongo que lo interesante es ir y verlas, impregnándote así del espíritu santificado mientras te metes un buen chuletón y unos vinos entre pecho y espalda. Así son estas fechas, recogimiento, comedimiento y meditaciones piadosas.
En este asunto de primera línea periodística no pueden faltar las emocionantes entrevistas a nuestros mayores, suelen salir muy serios, diciendo que se emocionan una barbaridad con los pasos procesionales, que si han hecho una promesa y demás tonterías. En la actualidad también está de moda perseguir al famosote de turno durante tan singulares actos; que si Antonio y Melany han llegado a Málaga, que si la Maria Teresa y el engendro que tiene por hija están viendo las procesiones, que si el intelectual Paquirrín está dándose el filete con su nueva maciza mientras ven las procesiones. Otro tema que siempre se toca es el de los colgados que se empalan, flagelan y descoyuntan en nombre de Dios; esto suelen emitirlo a la hora de la comida para que se atragante un poco ante los ríos de sangre que los devotos españoles vierten en estos días.
Vamos, fenomenales noticias que nos mantienen al tanto de la actualidad. Que maravilla. No sé qué haríamos nosotros sin estos críticos y arriesgados informativos que nunca caen en el recurso fácil y siempre están en pos de la noticia. Gracias, periodistas nada sería igual sin vosotros.
Lo que hace unos años suponía el estar prácticamente en casa y salir únicamente para ver a la familia, se ha ido transformando con el paso del tiempo en algo totalmente distinto; mucho más entretenido, por supuesto.
Recuerdo cuando era un niño que la ciudad se paralizaba, las vacaciones de Semana Santa, como su nombre indica, estaban concebidas para el recogimiento y los asuntos sacros. Creo que incluso los cines, unidos al resto de comercios y entretenimientos, cerraban sus puertas para que la gente pudiese dedicarse con mayor devoción a sus asuntos religiosos. En fin, la vida para un niño sin colegio parecía congelarse y la estancia en la ciudad se tornaba profundamente aburrida. Otros tenían más suerte e iban al campo a visitar a sus parientes y embrutecerse un poco.
La televisión, por supuesto, no escapaba de la ferviente oleada religiosa que nos inundaba durante esas fechas. Sobra decir que los contenidos eran de todo menos entretenidos, la programación infantil que en la actualidad se transmite para los períodos vacacionales, no había sido ni concebida. Con Los picapiedra, que tengo que reconocer que nunca fueron santo de mi devoción, y Espinete teníamos más que de sobra. Solían emitirse películas clásicas, sin ningún interés para aquellos que disfrutábamos de más tiempo libre, además se repetían indefectiblemente de un año para otro. Fijas en este esquema estaban Rey de reyes o los Diez mandamientos, también se intercalaba algún que otro Peplum ajado y olvidado hasta que los audaces productores televisivos lo rescataban de alguna estantería polvorienta.
Hoy por hoy las cosas han cambiado. Cines y entretenimientos están a pleno rendimiento y esperan ansiosos la oleada consumista que nos posee en tan sagradas fechas, por lo menos se puede salir de casa y dar una vuelta por la ciudad sin morir de aburrimiento. Con las televisiones sucede lo mismo, aunque se puede observar como el esquema de la programación se repite sin cesar cada Semana Santa. Existen unos puntos, que supuestamente interesan al espectador y tienen que ser repetidos hasta la extenuación.
El primero de estos asuntos esenciales es el de la Operación Retorno, como les gusta decir a los intrépidos periodistas que nos hacen la vida más sencilla. Invariablemente, sea el informativo de la mañana, de la tarde o de la noche tienen que ponernos las horribles imágenes de accidentes y desastres automovilísticos. Entre las mismas nunca falta el detalle del cadáver cubierto con una sábana sobre la carretera, el coche destrozado o la Guardia Civil trabajando en las autopistas. No dudo que sea necesario concienciar a la población de los peligros de la circulación, pero da la sensación de que con tanto utilizar este recurso se acabe frivolizando el asunto. Damos por sentado que un número elevado de personas morirá al volante, y al final, con lo único que nos quedamos es con unas cifras que son comparadas con las de años anteriores y nos dejan una idea estadística de un problema de una gran magnitud.
El siguiente asunto, que enlaza con el anterior, es el de la climatología. A todas horas nos bombardean con las previsiones meteorológicas y con si va a llover o no. En este punto se tocan varios temas importantísimos para los televidentes: si la gente disfrutará de sol en sus vacaciones, una estúpida obsesión creada por los telediarios; si habrá problemas en las carreteras; y por último, si los pasos procesionales podrán salir sin mojarse. En fin, de los más apasionante. Parece que ponen una cinta grabada de anteriores años y la repiten hasta la saciedad, yo creo que no notaríamos la diferencia.
El último punto importante de este período, que también tiene su repercusión televisiva, es el de las procesiones de Semana Santa. Yo me pregunto, a quién le importa. Supongo que lo interesante es ir y verlas, impregnándote así del espíritu santificado mientras te metes un buen chuletón y unos vinos entre pecho y espalda. Así son estas fechas, recogimiento, comedimiento y meditaciones piadosas.
En este asunto de primera línea periodística no pueden faltar las emocionantes entrevistas a nuestros mayores, suelen salir muy serios, diciendo que se emocionan una barbaridad con los pasos procesionales, que si han hecho una promesa y demás tonterías. En la actualidad también está de moda perseguir al famosote de turno durante tan singulares actos; que si Antonio y Melany han llegado a Málaga, que si la Maria Teresa y el engendro que tiene por hija están viendo las procesiones, que si el intelectual Paquirrín está dándose el filete con su nueva maciza mientras ven las procesiones. Otro tema que siempre se toca es el de los colgados que se empalan, flagelan y descoyuntan en nombre de Dios; esto suelen emitirlo a la hora de la comida para que se atragante un poco ante los ríos de sangre que los devotos españoles vierten en estos días.
Vamos, fenomenales noticias que nos mantienen al tanto de la actualidad. Que maravilla. No sé qué haríamos nosotros sin estos críticos y arriesgados informativos que nunca caen en el recurso fácil y siempre están en pos de la noticia. Gracias, periodistas nada sería igual sin vosotros.
Nacho Valdés (Con el corazón en La Pampa)
11 comentarios:
Hola cariño, el artículo me ha gustado bastante pero discrepo con algunas cosas, para empezar a mí me encantaban los Picapiedra, bueno de hecho me siguen gustando.
Poe otra parte creo que deberías ser más tolerante con las personas mayores a las que les gusta la tradición y las procesiones, si no te gustan no vayas a verlas pero no te metas con ellos, y sobre todo no te rías de ellos.
Por lo demás a mí también me pone los pelos de punta la gente que se flagela para expiar sus pecados, pero más que nada porqu me parece una hipocresía y al día siguiente van a seguir igual. De los famoso viendo procesiones no coment.Un beso. Laura.
Hola cariño, el artículo me ha gustado bastante pero discrepo con algunas cosas, para empezar a mí me encantaban los Picapiedra, bueno de hecho me siguen gustando.
Poe otra parte creo que deberías ser más tolerante con las personas mayores a las que les gusta la tradición y las procesiones, si no te gustan no vayas a verlas pero no te metas con ellos, y sobre todo no te rías de ellos.
Por lo demás a mí también me pone los pelos de punta la gente que se flagela para expiar sus pecados, pero más que nada porqu me parece una hipocresía y al día siguiente van a seguir igual. De los famoso viendo procesiones no coment.Un beso. Laura.
Aceptó cualquier opinión ,por lo tanto haz lo mismo con las mias. Y te digo lo mismo que lo que me dices tú sobre las procesiones, si no te gusta lo que se dice en este blog no lo leas.
Besitos.
Yo acepto todas las opiniones, eh?
Un beso. Laura.
Pues sí, la Semana Santa viene siendo un tema de profunda reflexion desde algunas generaciones anteriores a la tuya. En la mía, por ejemplo, en que el cierre de todo tipo de diversión era absoluto, no nos quedaba más remedio que salir en manada a las afueras de Oviedo, donde estaban los lagares de sidra, y abrevar varios toneles mientras se cantaban todo tipo de himnos sacros y se blasfemaba, todo al mismo tiempo y con gran arte. También tenía un amigo de un pueblo de León que me invitó una Semana Santa a ir a "matar judíos", que consistía en recorrer todos los bares del pueblo bebiendo una especie de "compuesta", como se decía en aquel entonces.
Mil y un variantes de ponerse ciego con la disculpa de que se estaba uno aburriendo un montón.
Creo que nunca me lo pasé mejor que algunas "semanasantas"... y sin tele ni nada (bueno, si acaso un ligero repaso a Espartaco, que es un valor seguro).
Amen hermano! visto lo visto tengo mas facil crear mi propia secta. Ya os mandare las solicitudes de ingreso.
GDB
EL consumismo es la nueva religion del siglo XXI. "Nace" en navidad y "muere" en semana santa, para "renacer" en verano y volver al ciclo con las últimas rebajas que algunos alargan hasta septiembre. Y tiene más adeptos que el cristianismo...Normal, ofrece oportunidades inútiles con felicidad asegurada a corto plazo, ropa, calzado, tecnología, música, cine, chorradas para la casa, complementos, joyas, maquillaje...
¿Y sus procesiones? ¡Todos los días!, en la calle, trabajo, colegio, universidad...televisión...además, acepta diferentes formas de adoración ( ahi tienes las tribus urbanas que, aunque se me critique, cada una compra compra ¡COMPRA! mas de lo necesario, a excepción de muy poquitas )
Y por cierto, MIs awelos ven la procesiones por la tele, no se las quites...weno mi abuelo te diría que si por favor, pero mi abuela te mataba, con lo que le gusta a ella criticar los capirotes che...
^^
Un besito desde Albal City ( Ciudad Sin Ley)
La verdad es que a mi de la semana santa lo único que me gusta es el poder ver como mis padres se van a trabajar mientras yo me quedo en casa haciendo el vago. Respeto las procesiones, pero no me gustan como la mayoría de fiestas religiosas y lo de los famosos es lo más penoso y rastrero que pueden ponerte en la tele (con permiso de física o química)
NOS VEMOS
Consumismo, según lo que se lee últimamente, ya sea a derechas o izquierdas, todo se reduce a ésto. Estoy un poco cansado de ello, si está es por que la gente lo pide y quien no lo pida está claro, que pruebe esa tal "compuesta".
Por otra parte están las procesiones, un mínimo brote, no se si llamarlo "intelectual", que demuesta como las personas aún creen en algo; no hay mucho que decir, al que le guste el pan que tome pan y al que e guste el vino que tome vino.
Hola Cuñaoooo!!!!
Jajaja, por fin me meto a leer tus comments (ya era hora :-P)
Un poco dura tu crítica a la Semana Santa, no? jajaj, quédate mejor con el buen Fin de Semana Malagueño y el resto de cosas... no van a cambiar y seguirán así tras los siglos de los siglos (noticias, super programación televisiva y zumbaos varios, jaja aunq te lo encuentras iwalmente en otra epoca del año...)
Bueno, un besote gordote y a ver si nos vemos el finde, si voy bien con la práctica q tng xa el lunes, seguramnte subams a comer con vosotros :)
Saludos hambrientos desde Buenos aires. Solo tengo que palabras de gratitud para mis fieles bloggers. He delegado servicios y afectos en mi hermano en el combate nacho. Veo que todo va bien.
Desde la suite cacho fontana en en hotel plaza francia os mando besos argentinos.
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