lunes, junio 04, 2012

En el ángulo muerto Vol. 149



Rituales

El interior del templo estaba fresco y las vírgenes ayudantes de Giles indicaron a los recién llegados dónde sentarse, todos siguieron las indicaciones y guardaron silencio pues estaban un tanto acongojados ante la aparente solemnidad del lugar. El sumo sacerdote se había vestido con sus prendas específicas para practicar rituales y quemaba hierbas aromáticas con cierta desgana. Repentinamente, cuando la atmósfera ya estaba cargada de un humo blanco y denso que parecía quemar los pulmones, entró en una especie de trance al tiempo que las vírgenes dejaban de reír y mantenían una actitud hierática que les restaba cualquier gracia. Giles cerró los ojos y se sentó frente a la escultura que representaba a Apolo, parecía que de un momento a otro iba a entrar en contacto directo con el Olimpo y los dioses iban a indicar qué hacer en relación a los extranjeros. Aunque, repentinamente, todo terminó como había empezado; de forma fugaz e improvisada. El sacerdote se levantó de un salto y se puso frente a los aldeanos con los brazos en jarra. Las vírgenes también despertaron de su aparente trance y comenzaron a contonearse mientras observaban de soslayo a un Bemus cuyo rostro se había encendido adquiriendo un tono granate. Laertes le dio un golpe en la cabeza para que no se distrajese, las muchachas no fueron capaces de ahogar las risas.
- Es imposible –dijo Giles en voz alta-, así no podemos hacer nada.
- Pero, ¿cuál es el problema? ¿Debemos hacer el ritual de alguna forma en particular? –Preguntó Ajax.
- El problema es muy sencillo…
- Pues díganos qué tenemos que hacer para solucionarlo –intervino Laertes-, estamos dispuestos a buscar una solución para encontrar respuesta.
- Los dioses están ofendidos –dijo el sacerdote concón voz afectada y profunda-. Es necesario reparar el daño hecho.
- Entiendo –dijo Ajax-, supongo que estará relacionado con el hecho de que quisiésemos atacar a unos extranjeros que habían pedido asilo.
- Parece que esto nos ofrece la solución que buscábamos –añadió Laertes-, eso significa que tenemos que dejarlos en paz. ¿No es así? –Preguntó a Giles.
- Nada más lejos de la realidad, el problema es otro.
- Pues díganos qué es lo que sucede –intervino Ajax- y si tiene solución por nuestra parte lo intentaremos arreglar.
- Los dioses están ofendidos pues la ofrenda que habéis realizado es del todo insuficiente…
- Pero habíamos acordado arreglarlo con posterioridad –recordó Laertes-, tras encontrar respuesta a nuestras preguntas realizaremos una ofrenda en condiciones.
- No creo que eso agrade a la divinidad. Debéis pensar que estos rituales suponen una muestra del respeto que debemos a nuestros superiores, en caso de no cumplir con lo establecido podríamos sufrir daños peores de los que ya han caído sobre nosotros.
- Le recuerdo –dijo levantándose Ajax- que tenemos un grupo de posibles guerreros en nuestra aldea y que en cualquier momento podrían asesinar a nuestras familias y acabar con nuestra prosperidad. Debemos atacar inmediatamente –gritó mientras levantaba su lanza contra el techo y el resto observaba sin creerse que ese anciano tuviese tanta energía.
- Igual es mejor realizar la ofrenda –replicó Laertes temeroso-, yo tengo un cordero que a buen seguro aplacará a nuestros dioses.
- No sé si será suficiente –contestó el sacerdote relamiéndose-, pero no sería un mal comienzo.
- ¿Alguien quiere participar? –Preguntó Laertes mirando a Ajax.
- Yo no tengo nada –explicó Bemus mientras recibía un golpe de su amo.
- Está bien –apuntó Ajax-, yo puedo poner alguna moneda más que había guardado.
El viejo guerrero sacó una bolsa que hasta ese momento había dejado oculta, la vació en la mano del sacerdote que contó ávido las monedas.
- Muy bien, creo que los dioses estarán satisfechos en cuanto recojamos ese cordero del que habíamos hablado. Será mejor que salgamos inmediatamente.
El grupo abandonó el templo y se encaminaron en dirección a la población mientras el sol lucía orgulloso a buena altura sobre el horizonte.

Nacho Valdés

3 comentarios:

Sergio dijo...

Veo que la función recaudatoria de la iglesia ha cambiado mucho en nuestros días.

Nuestros héroes siguen el camino y estaremos con ellos hasta el final.

Saludos

raposu dijo...

...no puedo evitar el preguntarme si el templo de Apolo pagaría el φόρο ακίνητης περιουσίας ...

laura dijo...

Cariño, me encanta! El sacerdote me está recordando mucho al personaje de Asterix que sale en "El Adivino".
Un beso.
Laura.