miércoles, junio 27, 2012
Delaletra
El grito
Archipiélago gulag es una de las denuncias más preclaras de las que se han realizado contra el régimen de represión y terror que arrasó el espíritu de la Rusia comunista. Su autor, Aleksandr Solzhenitsyn, sufrió en sus propias carnes la dureza aplicada por Stalin que configuró una nación paranoica fundamentada en la delación y la venganza.
Con prosa firme aunque sin ambages, Solzhenitsyn da cuentas de lo que acertó a denominar archipiélago por la segregación que los represaliados sufrían y por la extensión carcelaria que se creó para este fin. Con firmeza y franqueza hace memoria de aquellos testimonios que le permiten hilvanar un relato que no por crudo está exento de ironía. Pues, si un valor, además de la denuncia, tiene este texto es el de utilizar el sarcasmo y la sátira para ofrecer una radiografía de una de las más brutales represalias perpetradas contra un pueblo. Si bien Solzhenitsyn abona con su lenguaje este estilo, la propia absurdidad de las situaciones reales que se produjeron durante lo que el autor vino a denominar riadas es más que suficiente para despertar en el lector una sonrisa de incredulidad mientras un escalofrío recorre su cuerpo.
Se trata, sin género de dudas, de una de las obras fundamentales del siglo XX.
lunes, junio 25, 2012
En el ángulo muerto Vol. 152
Negocios
El señor R no podía creer lo que estaba leyendo, en sus manos reposaba un detallado informe del tratamiento de residuos que se había llevado a cabo en su empresa durante los últimos años.
- Como puede observar en la página doce – el señor M decidió hacer una observación -, la política medioambiental que están realizando no es más que una tapadera para la mejora de la opinión pública en relación a la explotación que dirige.
El empresario tragó saliva, todo estaba detallado hasta el último dato. Estaba claro que alguien había facilitado esas reseñas y esa persona estaba en lo más alto del organigrama. Su cabeza comenzó a bullir con los posibles candidatos a tamaña afrenta, tenía un par de nombres que, con toda probabilidad y un poco de paciencia, se descubrirían.
- ¿Qué es lo que desea? – Decidió atacar la situación directamente -. ¿Quiere dinero?
- Efectivamente quiero dinero pero no como usted imagina – el joven se acercó a la zona de las bebidas y comenzó a preparar otra copa -. Tome usted – le dijo sirviéndole el vaso que el señor R aceptó por el increíble sabor que tenía el cóctel -. Lo que quiero es, como le había dicho antes, hacer negocios para que ambos podamos lucrarnos.
- Pues ya me dirá, si la documentación que me ha enseñado se hace pública lo más probable es que cierren la empresa – el señor R dio un sorbo a la exquisita ginebra.
- La cosa es más sencilla de lo que parece, usted solo tiene que contaminar todo lo que pueda.
- ¿Y qué gano yo con eso? ¿Una sanción?
- Espere, deje que le enseñe algo – el hombre salió de la habitación y volvió al instante con una caja de cartón, sobre la mesa colocó un artefacto con varios manguitos y mecanismos metálicos -. Este aparato es de invención de mi corporación, este modelo que tiene usted delante es un prototipo a escala.
- No tengo ni idea de para qué puede servir – el señor R miraba con desaprobación el utensilio que reposaba sobre el tablero.
- Déjeme la copa – el hombre la sujetó con dos dedos y se la mostró a su interlocutor -, está usted de acuerdo con que contiene alcohol. ¿No es así?
- Sí, es evidente – el empresario estaba confuso.
- Pues mire lo que va a suceder a continuación – colocó un vaso de cristal bajo un tubo que sobresalía y metió uno de los manguitos en la ginebra -, ahora observe.
Encendió un interruptor y la maquinaría comenzó a rechinar con estridencia, incluso la mesa parecía vibrar con la actividad que se estaba produciendo. El señor R estudiaba con cierta admiración el proceso que se estaba produciendo cuando, repentinamente, del pequeño tubo que desembocaba en el vaso vacío manó un líquido trasparente.
- Puede usted beber si lo desea, es agua pura y cristalina.
- No puede ser – el empresario dio un trago y comprobó que se trataba del líquido elemento con ningún rastro que recordase al anterior sabor -, es increíble.
- Eso es, esta máquina a su tamaño real puede purificar de forma eficiente y sumamente barata todas aguas residuales y, en este momento, estamos ultimando un prototipo que se incorporará a la limpieza de la atmósfera.
- Es estupendo pero, ¿qué tiene que ver mi empresa con todo esto?
- Muy sencillo, cuanto más se estropee el medio ambiente más caro resultará el tratamiento de estos residuos y más beneficios sacaremos.
- Creo que comienzo a entenderle, siga.
- En definitiva, mi agrupación se propone destruir el planeta para luego cobrar por recuperarlo. ¿Quiere comenzar a participar? En pocos años multiplicará todo lo que invierta y, por supuesto, se llevará un porcentaje por todo lo que contamine.
- Cuente con ello.
Los dos hombre sellaron el negocio con un apretón de manos, en pocos días comenzarían a trabajar en la estrategia a seguir.
Nacho Valdés
viernes, junio 22, 2012
Out the Air
Hoy terminamos el curro y conseguimos unos días de merecidas vacaciones... para esta despedida nada mejor que Los Ronaldos insistiendo en nuestra marcha. Disfruten del fin de semana.
miércoles, junio 20, 2012
Entrevistas Eléctricas (X)
Repite en esta sección el mas grande de los músicos, Andrés Calamaro, y el segundo mas grande de los comunicadores, Andreu Buenfuente. Ambos hablan y se piropean en una entrevista realizada coincidiendo con el inicio de la gira del disco "La Lengua Popular".
Primera Parte
martes, junio 19, 2012
Palabras Usadas
Para este martes Buenos Aires meets London y los Fabulosos Cadillacs, con su característico sonido dub, se encargan de versionear a los míticos The Clash. El grupo argentino consigue un particular cover que, para mi gusto, se acerca al sonido Clash aunque manteniendo su sello de identidad. Supongo que si Joe Strummer levantase la cabeza estaría satisfecho con el resultado.
Tomen partida y decidan...
Tomen partida y decidan...
lunes, junio 18, 2012
En el ángulo muerto Vol. 151
Reunión
El asunto parecía ir a resolverse sin ningún ceremonial, cosa que llamó la atención del señor R. No es que estuviese indignado, ni muchísimo menos pero, para el trato que solían profesarle, máxime cuando le citaban para alguna propuesta desconocida, se trataba de una convocatoria un tanto particular. Había aceptado ir a la sede de la empresa que le demandaba y se había encontrado en un piso del centro de la ciudad sin más mobiliario que un recibidor, una pequeña salita de espera adornada como si se tratase una vieja consulta médica y una secretaria que no le prestó la menor atención. A pesar de no llegar pronto, le hicieron esperar largo rato mientras el señor R. se preguntaba qué hacía ahí.
Días antes recibió la llamada del señor M que, sin demasiadas contemplaciones le anunció que tenía para él y su empresa un negocio lucrativo y redondo que terminaría de mejorar los balances positivos de los últimos años. Normalmente el señor R no solía dejarse llevar por la innovación mas, en esa ocasión, le había dado un pálpito guiado por la verborrea que le llegaba a través de la línea telefónica. Más que convincente, el desconocido que le había hablado parecía convencido. Eso fue lo que más le llamó la atención y llegó a la conclusión de que quizás no sería mala cosa perder algo de su valioso tiempo escuchando una posible majadería. Incluso, dejándose llevar por la imaginación, se había visto en el club social relatando la más que posible anécdota que pudiese resultar del misterioso encuentro que había concertado. De todas formas, la espera le estaba resultando un tanto densa. Como gerente y principal accionista de la mina de cobre que dirigía con firmeza no podía permitirse tamañas salidas de su rutina diaria. Estaba comenzando a impacientarse cuando la secretaria, que parecía un enser más, le anunció que el señor M quería verle.
- Buenos días, tome asiento. –Un hombre joven de no más de treinta y cinco años, vestido con cierta informalidad aunque con elegancia, le recibió con una medida euforia. El señor R tomó asiento en una de las butacas que había alrededor de una mesa de reuniones de última generación que chocaba con el resto de la decoración antediluviana.
- Usted dirá – espetó directo el señor R.
- Veo que va usted al grano –el joven se tomó unos segundos para paladear su declaración-, me gusta. Lo que voy a proponerle –siguió con la exposición- es un negocio seguro y garantizado.
- Eso es lo que me prometió el otro día cuando hablamos –el empresario no parecía demasiado complacido con cómo iba el encuentro.
- Antes de nada, ¿quiere usted beber algo?
- Por qué no, un brandy.
- No tengo nada de eso, si quiere puedo ponerle esta ginebra que me traen en exclusiva desde Bangladesh –el señor R hizo una mueca despreciando lo que le resultaba una vulgar moda que dejaba de lado las bebidas viriles de toda la vida aunque, a falta de nada mejor, decidió aceptar el ofrecimiento.
- Lo mejor es servirla con una rodaja de lima orgánica y un poco de hielo de agua Evian recién importada –el señor M se regodeaba en su sapiencia alcohólica-, el agua lo es todo. ¿No le parece?
- Si usted lo dice –respondió con desgana el financiero mirando de reojo su reloj.
- De hecho, es este el motivo por el que le he hecho venir; por el agua.
- No termino de entenderle –había dado un trago a la bebida recién servida y una oleada de placer le inundó, debía reconocer que el joven que tenía delante sabía preparar excelente copas.
- La cosa es sencilla… su explotación minera es una de las más contaminantes del país, ¿no es así?
- Intentamos –hizo una pausa para recordar el título de la sección recién creada-… mediante la plataforma de desarrollo ético hacer una política de colaboración con la comarca y de respeto al medio ambiente –se congratuló de haber hilvanado de un tirón el formulismo acordado para ese tema.
- No hace falta que me cuente las típicas historias –el señor M sacó un dosier y lo entregó a su interlocutor-, sé perfectamente que están destrozando el acuífero de la zona y que están cargando la zona de residuos peligrosos como metales pesados y demás.
El señor R estaba alarmado ante lo que tenía delante, era un completo estudio que parecía anunciar la llegada de una tremenda sanción o el cierre temporal de la empresa.
- ¿Qué es lo que quiere? –Dijo levantando la vista y clavando la mirada en el hombre sonriente que se sentaba frente a él.
- Quiero que ganemos dinero, sólo tiene que continuar contaminando y, si es posible, que sé que lo es, destrozar todo lo que pueda.
El señor R no podía creerse la propuesta que le estaban haciendo, dio un sorbo a la ambrosía que le había servido y recapacitó unos segundos antes de continuar.
Nacho Valdés
viernes, junio 15, 2012
Out the air
Reina de todas las mujeres
a la muerte se la espanta bailando
a la muerte se la espanta bailando
Que tu taconeo nunca quede sordo
y que tus manos sigan dibujando imposibles
y que tus manos sigan dibujando imposibles
Para mi hija Sara, que de bien chiquita ya moldea el aire con sus manitas
jueves, junio 14, 2012
Vida de Suso (Vol. 7) La calle grita y las paredes escuchan
Me he quedado en casa viendo la televisión hasta altas horas. He dejado todas las luces apagadas y el destello parpadeante de la pantalla plana último modelo es lo único que me permite distinguir las formas de mi habitación. Llega un punto, en noches como esta, en que el cerebro ya no puede abarcar más información y todo lo que a partir de ese momento entra en la cabeza queda archivado, no se sabe muy bien dónde, para manifestarse más adelante de manera inconsciente. Esas imágenes que aparecen como rayos de tormentas pasajeras sobre tu casa pueden llegar a ser más reales que la propia vida. A veces me cuesta distinguirlas.
La casa está patas arriba. Me da la sensación de que han pasado meses desde que me senté aquí y apreté el botón de encendido del mando a distancia. Las ventanas están cerradas y el aire pesa una tonelada pero yo sigo despierto y vivo. No consigo dormir aunque si me pongo a pensar no recuerdo haber dormido nunca de forma natural. Con mis párpados casi en la lona muestran en la tele la franja de Gaza mientras caen bombas por todas partes; los reporteros corren entre las familias y los militares desplazados a la zona. En los demás canales la cosa no mejora. El mundo está próximo al fin.
Esas crueles instantáneas en cierta me reconfortan y me hacen recordar a mi abuela diciéndome que siempre hay alguien que está peor que uno mismo y que no podemos juzgar sin conocer la travesía de cada uno. Cierro los ojos y me quedo durante un tiempo intentando hallar un sentido matemático a las luces blancas y amarillas que aparecen en el dorso de los párpados al presionarlos y que me recuerdan a los botes de sal de colores que hacía en el colegio. Al volver a abrirlos, el sol, ya ha conquistado toda mi casa y no hay manera de sacar el calor de aquí. Me levanto del sillón que parece querer atraparme para siempre entre sus garras y al intentar abrir la ventana uno de los cristales se rompe y va a caer justo en mi muñeca. El corte es limpio aunque profundo y escandalosamente doloroso. Busco unas vendas por la casa pero resulta imposible guiar mi cuerpo con precisión. Me tambaleo hacia la cocina y de ahí al baño. La hemorragia parece frenar y, poco a poco, voy notando que mis constantes vitales se estabilizan; así que dejo de prestar atención a la herida y vuelvo a sentarme en el sillón como una partícula atraída por un agujero negro en mitad del espacio. Hace días que no sé nada del mundo aunque lo cierto es que él tampoco parece estar muy interesado en mí. Me pregunto hasta que punto uno puede desprenderse de su condición social y rechazar cualquier contacto humano viviendo en el centro de la ciudad. Me imagino a mi mismo como una isla dentro de un continente por descubrir; una raza nueva ajena a las demás; un nuevo punto de partida hacia la nada. Mañana quizá pueda volver a pensar en los demás pero hoy no puedo dejar de hablar de mí con mis plantas y paredes. Creo que nunca tuve un público mejor.
De repente un gran estruendo suena en la calle. Se escuchan muchos gritos. Me asomo a la ventana y la plaza está tomada por miles de personas que piden justicia. Me quedo asombrado. Jamás había visto a tanta gente unida. Es entonces cuando una pequeña chispa se enciende en mi mente y por primera vez en toda mi vida empiezo a pensar que tal vez me equivoqué de bando y lugar.
La casa está patas arriba. Me da la sensación de que han pasado meses desde que me senté aquí y apreté el botón de encendido del mando a distancia. Las ventanas están cerradas y el aire pesa una tonelada pero yo sigo despierto y vivo. No consigo dormir aunque si me pongo a pensar no recuerdo haber dormido nunca de forma natural. Con mis párpados casi en la lona muestran en la tele la franja de Gaza mientras caen bombas por todas partes; los reporteros corren entre las familias y los militares desplazados a la zona. En los demás canales la cosa no mejora. El mundo está próximo al fin.
Esas crueles instantáneas en cierta me reconfortan y me hacen recordar a mi abuela diciéndome que siempre hay alguien que está peor que uno mismo y que no podemos juzgar sin conocer la travesía de cada uno. Cierro los ojos y me quedo durante un tiempo intentando hallar un sentido matemático a las luces blancas y amarillas que aparecen en el dorso de los párpados al presionarlos y que me recuerdan a los botes de sal de colores que hacía en el colegio. Al volver a abrirlos, el sol, ya ha conquistado toda mi casa y no hay manera de sacar el calor de aquí. Me levanto del sillón que parece querer atraparme para siempre entre sus garras y al intentar abrir la ventana uno de los cristales se rompe y va a caer justo en mi muñeca. El corte es limpio aunque profundo y escandalosamente doloroso. Busco unas vendas por la casa pero resulta imposible guiar mi cuerpo con precisión. Me tambaleo hacia la cocina y de ahí al baño. La hemorragia parece frenar y, poco a poco, voy notando que mis constantes vitales se estabilizan; así que dejo de prestar atención a la herida y vuelvo a sentarme en el sillón como una partícula atraída por un agujero negro en mitad del espacio. Hace días que no sé nada del mundo aunque lo cierto es que él tampoco parece estar muy interesado en mí. Me pregunto hasta que punto uno puede desprenderse de su condición social y rechazar cualquier contacto humano viviendo en el centro de la ciudad. Me imagino a mi mismo como una isla dentro de un continente por descubrir; una raza nueva ajena a las demás; un nuevo punto de partida hacia la nada. Mañana quizá pueda volver a pensar en los demás pero hoy no puedo dejar de hablar de mí con mis plantas y paredes. Creo que nunca tuve un público mejor.
De repente un gran estruendo suena en la calle. Se escuchan muchos gritos. Me asomo a la ventana y la plaza está tomada por miles de personas que piden justicia. Me quedo asombrado. Jamás había visto a tanta gente unida. Es entonces cuando una pequeña chispa se enciende en mi mente y por primera vez en toda mi vida empiezo a pensar que tal vez me equivoqué de bando y lugar.
miércoles, junio 13, 2012
Delaletra
William Burroughs fue el menos beat de la Generación Beat pero aun así es un referente dentro del movimiento liderado por Kerouac y Ginsberg. Por ello, acerco hoy a nuestra humilde casa su novela "El Almuerzo Desnudo" (Naked Lunch) la cual narra la historia (no lineal) del propio Burroughs y su relación con todo tipo de drogas. El almuerzo desnudo visita lugares comno Tánger, México o Estados Unidos combinándonlos con los delirios yonkis de William Lee (uno de los múltiples alter ego de Burroughs) y con crueles sátiras a esa sociedad americana de la que el movimiento Beat intentó desmarcarse. El propio Kerouac sugirió el título a Burroughs en una de sus múltiples escapadas nocturnas y literarias. No solo eso también lo definió como "...un instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores..."
El amuerzo desnudo es una obra compleja en parte por la estructura de la trama pero sobre todo por algunos momentos muy duros y difíciles de leer sin que se revuelva algo muy adentro nuestro. La excepcional portada con la que Anagrama lanzó el libro refleja de forma perfecta la crudeza y sordidez de su contenido.
Obra capital del bueno de Burroughs. Háganse con ella drogatassss....
lunes, junio 11, 2012
En el ángulo muerto Vol. 150
La aldea
Recorrieron el camino del templo a la aldea con rapidez, el sol ya estaba alto sobre el horizonte y, lo que en principio querían solucionar con presteza, se había convertido en una misión que no terminaba de avanzar de manera adecuada. Iban a buen ritmo, con Ajax abriendo la marcha sobre su caballo y con el resto siguiéndole de cerca, todos mantenían una actitud solemne y no decían ni una palabra. En primer lugar se dirigieron a un pequeño terreno que tenía Laertes cercano a su herrería, allí tenía unos cuantos animales de corral entre los que se encontraba el cordero comprometido. Giles y Laertes se acercaron al cercado y, entre unas cuantas ovejas viejas y decrépitas, ahí se encontraba un pequeño cordero del que difícilmente se podría sacar carne para dos comensales. El sacerdote miró con mala cara el espécimen mientras se fijaba en como Laertes, con suma torpeza y manchándose con los excrementos de los rumiantes, lo intentaba atrapar. Por fin, tras varios intentos consiguió apresar al escurridizo animal.
- Aquí lo tiene –dijo con el cordero en brazos-, esto será suficiente para calmar las necesidades de los dioses.
- No sé yo –respondió el sacerdote-, la verdad es que está un poco flaco y malnutrido.
- Siempre pueden alimentarlo las vírgenes del templo –intervino Bemus-, yo incluso podría ayudar si así lo desea.
Laertes le propinó una sonora bofetada. –Tú te callas, que ya sé por dónde vas. Estos muchachos, no hay manera de que se centren y trabajen, en cuanto ven a una mujer pierden la noción de todo. –Explicó en voz alta para el dispar grupo que se había formado.
- Bueno, ya está bien –gritó Ajax descabalgando-. Necesitamos que nos indique qué hacer inmediatamente pues los extranjeros ya deben estar planeando cómo arrasar nuestro poblado. – El anciano estaba visiblemente molesto y su actitud pareció intimidar al sacerdote.
- Está bien, vamos a ver lo que se puede hacer.
Giles cogió el cordero y le impuso las manos sobre el costado, parecía estar entrando en una especie de trance pues cerró los ojos y comenzó a expresarse entre susurros de forma prácticamente ininteligible. Todos, a su alrededor estaban expectantes, se mantenían en vilo esperando por la resolución que los dioses ofrecerían con toda certeza y sin posibilidad de error. Repentinamente, como si nada hubiese pasado, el sacerdote se levantó de un salto y recuperando su tono habitual se dirigió a los presentes.
- Efectivamente –dijo con solemnidad-, tal y como pensaban esos extranjeros suponen un terrible peligro y será mejor que entren en acción lo antes posible.
- ¡Lo sabía! ¡Os lo dije! –Gritó Laertes-. Debemos ir inmediatamente a por ellos.
Rápidamente organizaron una estrategia que dirigió el anciano Ajax y rodearon el lugar donde se habían quedado a dormir los extraños. La cosa era sencilla, iban a atacar por la única entrada que había y, aprovechando la sorpresa, acabarían con los malvados recién llegados que albergaban tan oscuros sentimientos para con esa aldea que con tanta amabilidad les había recibido. Cuando estaban parapetados decidiendo quién sería el indicado para iniciar la lucha pues, por una vez, Bemus se negaba en redondo a cumplir con las órdenes de su amo, llegó una mujer que preguntó por lo que estaban haciendo.
- Váyase de aquí, es sumamente peligroso –dijo Ajax-. Vamos a atacar a los extranjeros que quieren acabar con la aldea.
- ¿Cómo dice? –Contestó la mujer-. Se han ido al alba en su embarcación después de pagar generosamente por la hospitalidad recibida. La verdad es que se les veía muy buena gente, todos esperamos que vuelvan por aquí.
- ¡No me lo puedo creer! –Bramó el viejo-. Tú –dijo dirigiéndose al sacerdote-, devuelve todo lo que nos has robado.
- No sé de qué habla, simplemente he cumplido con lo que la divinidad deseaba.
- De aquí no vas a irte con mi cordero –dijo Laertes-, será mejor que lo entregue.
- Si quieren pueden enemistarse con los dioses pero no van a tener mi ayuda, no pienso entregar nada.
El sacerdote recibió un puñetazo del anciano Ajax que devolvió al instante tirando al viejo al suelo. Laertes, ante la situación, decidió golpear a Giles que, contra todo pronóstico, se revolvió con habilidad y devolvió los golpes son inusitada destreza. Al final, mientras el joven Bemus observaba, acabaron en el suelo a golpe limpio mientras el adolescente miraba confuso.
Nacho Valdés
sábado, junio 09, 2012
Out the Air
Nunca es tarde para bailar así que, con gran retraso, los colegas Richards y Jagger nos invitan a mover el esqueleto con este tema tan vacilón de su disco Goats Head Soup. Aunque el trasfondo es trágico es inevitable seguir estos ritmos funkies con base blusera.
Buen fin de semana.
Buen fin de semana.
jueves, junio 07, 2012
Entrevistas Eléctricas (IX)
El trabajo y el no tener internet en casa (me acabo de pasar de Vomistar a Garrafón y aún no está operativo)han sido los dos motivos por los que no pude subir en el día de ayer la entrevista de esta semana.
Ahora, mientras me tomo un café, he aprovechado para buscar el video que tenía pensado y subirlo.
Coque Malla está actuando durante toda la semana en el Café Central de Madrid rindiendo tributo al gran Rubén Blades. En esta serie de conciertos Coque repasa los temas mas conocidos de la trayectoria musical del Panameño. Os dejo el video de uno de los ensayos y las palabras de Coque explicando el tributo.
Por cierto, el gran Rubén Blades visitará Valencia durante la Feria de Julio.
martes, junio 05, 2012
Palabras Usadas
Allá por 1987 una nena guapa, sexy y con un talento emergente y descomunal se pateó California de garito en garito ofreciendo una mezcla exquisita de folk, blues y rock eléctrico y acústico. Todo ese trabajo de calle y escenario tomó forma de disco en el año 1988 y por título llevó el nombre de su interprete, Lucinda Williams. Muchas de esas canciones trascendieron y se conviertieron en pequeños himnos nocturnos y malditos. El tema más radiado de aquellos días de efervescencia fue CHANGE THE LOCKS que hoy es parte esencial del repertorio clásico de la Williams.
Otro peso pesado del llamado sonido "americana" es Tom Petty. El de Florida recuperó este tema para la película She is the One dirigida por Edward Burns y en la que Petty incluía dos canciones más. Las guitarras de heartbreakers sacan a relucir toda su fuerza en esta versión.
Juzguen ustédes: Sonido Nashville vs Sonido California
Otro peso pesado del llamado sonido "americana" es Tom Petty. El de Florida recuperó este tema para la película She is the One dirigida por Edward Burns y en la que Petty incluía dos canciones más. Las guitarras de heartbreakers sacan a relucir toda su fuerza en esta versión.
Juzguen ustédes: Sonido Nashville vs Sonido California
lunes, junio 04, 2012
En el ángulo muerto Vol. 149
Rituales
El interior del templo estaba fresco y las vírgenes ayudantes de Giles indicaron a los recién llegados dónde sentarse, todos siguieron las indicaciones y guardaron silencio pues estaban un tanto acongojados ante la aparente solemnidad del lugar. El sumo sacerdote se había vestido con sus prendas específicas para practicar rituales y quemaba hierbas aromáticas con cierta desgana. Repentinamente, cuando la atmósfera ya estaba cargada de un humo blanco y denso que parecía quemar los pulmones, entró en una especie de trance al tiempo que las vírgenes dejaban de reír y mantenían una actitud hierática que les restaba cualquier gracia. Giles cerró los ojos y se sentó frente a la escultura que representaba a Apolo, parecía que de un momento a otro iba a entrar en contacto directo con el Olimpo y los dioses iban a indicar qué hacer en relación a los extranjeros. Aunque, repentinamente, todo terminó como había empezado; de forma fugaz e improvisada. El sacerdote se levantó de un salto y se puso frente a los aldeanos con los brazos en jarra. Las vírgenes también despertaron de su aparente trance y comenzaron a contonearse mientras observaban de soslayo a un Bemus cuyo rostro se había encendido adquiriendo un tono granate. Laertes le dio un golpe en la cabeza para que no se distrajese, las muchachas no fueron capaces de ahogar las risas.
- Es imposible –dijo Giles en voz alta-, así no podemos hacer nada.
- Pero, ¿cuál es el problema? ¿Debemos hacer el ritual de alguna forma en particular? –Preguntó Ajax.
- El problema es muy sencillo…
- Pues díganos qué tenemos que hacer para solucionarlo –intervino Laertes-, estamos dispuestos a buscar una solución para encontrar respuesta.
- Los dioses están ofendidos –dijo el sacerdote concón voz afectada y profunda-. Es necesario reparar el daño hecho.
- Entiendo –dijo Ajax-, supongo que estará relacionado con el hecho de que quisiésemos atacar a unos extranjeros que habían pedido asilo.
- Parece que esto nos ofrece la solución que buscábamos –añadió Laertes-, eso significa que tenemos que dejarlos en paz. ¿No es así? –Preguntó a Giles.
- Nada más lejos de la realidad, el problema es otro.
- Pues díganos qué es lo que sucede –intervino Ajax- y si tiene solución por nuestra parte lo intentaremos arreglar.
- Los dioses están ofendidos pues la ofrenda que habéis realizado es del todo insuficiente…
- Pero habíamos acordado arreglarlo con posterioridad –recordó Laertes-, tras encontrar respuesta a nuestras preguntas realizaremos una ofrenda en condiciones.
- No creo que eso agrade a la divinidad. Debéis pensar que estos rituales suponen una muestra del respeto que debemos a nuestros superiores, en caso de no cumplir con lo establecido podríamos sufrir daños peores de los que ya han caído sobre nosotros.
- Le recuerdo –dijo levantándose Ajax- que tenemos un grupo de posibles guerreros en nuestra aldea y que en cualquier momento podrían asesinar a nuestras familias y acabar con nuestra prosperidad. Debemos atacar inmediatamente –gritó mientras levantaba su lanza contra el techo y el resto observaba sin creerse que ese anciano tuviese tanta energía.
- Igual es mejor realizar la ofrenda –replicó Laertes temeroso-, yo tengo un cordero que a buen seguro aplacará a nuestros dioses.
- No sé si será suficiente –contestó el sacerdote relamiéndose-, pero no sería un mal comienzo.
- ¿Alguien quiere participar? –Preguntó Laertes mirando a Ajax.
- Yo no tengo nada –explicó Bemus mientras recibía un golpe de su amo.
- Está bien –apuntó Ajax-, yo puedo poner alguna moneda más que había guardado.
El viejo guerrero sacó una bolsa que hasta ese momento había dejado oculta, la vació en la mano del sacerdote que contó ávido las monedas.
- Muy bien, creo que los dioses estarán satisfechos en cuanto recojamos ese cordero del que habíamos hablado. Será mejor que salgamos inmediatamente.
El grupo abandonó el templo y se encaminaron en dirección a la población mientras el sol lucía orgulloso a buena altura sobre el horizonte.
Nacho Valdés
viernes, junio 01, 2012
Out the air
Anoche comenzó el PRIMAVERA SOUND y finalmente no pude asistir. Por ello no voy a desaprovechar la oportunidad de programar un poco de WILCO ya que estos actuaron ayer a la ciudad condal en condición de cabezas de cartel del festival.
La canción escogida es THEOLOGIANS un rocanrol oscuro y filosófico que creo hace justicia a estas semanas de entrevista eléctricas que Muchacho nos ha regalado.
Buen fin de semana
Buen fin de semana
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