lunes, abril 27, 2009

En el ángulo muerto Vol. 12


Castigo (Round 1)

La campana sonó, fue el instante en el que Butch salió de la ensoñación en la que se encontraba. Siempre que combatía tenía unos instantes en los que se evadía de la realidad, en los que su mente se quedaba en blanco y se dejaba llevar como un cordero al matadero. Joey le dio una bofetada. – Espabila. – Le espetó. El boxeador miró asustado a su alrededor, durante unos instantes no sabía dónde se encontraba, sus ojos buscaban los de su preparador implorando ayuda. Sin embargo, el fuego y la furia que albergaba en su interior volvieron trasmutando su cara en la de un guerrero herido y demacrado. En el ring una joven en bikini mostraba el cártel que anunciaba el primer asalto, el público, en su mayor parte masculino aullaba y vociferaba mientras la rubia bamboleaba sus caderas y provocaba con sus miradas. Joey le metió el protector en la boca y le dio el último toque de vaselina en la cara, el combate había comenzado.

- Es grande el muy cabrón, está en forma. Veremos de qué pasta está hecho. – Pensó Butch mientras se acercaba al centro del cuadrilátero. El árbitro les dirigió las típicas palabras referentes al juego limpio, mientras el contrincante atravesaba a Butch con la mirada.
- Es joven, seguro que es ambicioso y quiere ir rápido a por el combate. Dejaré que se desgaste y aguantaré su embestida.- La mente del veterano no podía dejar de hacer cábalas, había conseguido desarrollar esa capacidad tras años de luchas.
El adversario comenzó a bailar en torno a Butch, se movía con agilidad, con ligereza, levantando imperceptiblemente los pies del suelo. El boxeador, sin embargo, había quedado prácticamente estático en el centro, rotaba sobre sí mismo alzando los puños para protegerse de los puñetazos que comenzaron a llover. La diferencia entre ambos era patente, Butch pasado de peso, blanco y con la cara atravesada de mil cicatrices; el otro, negro, en forma y con un cuerpo perfecto, con el ímpetu de la juventud y con ganas de terminar lo antes posible con lo que tenía delante. Únicamente se dedicaba a defender mientras le caían golpes de todos los lados, lanzaba algún jab para mantener a su rival a distancia, ninguno de los puñetazos que le lanzaban hacían mella, buscaba el desgaste del contrario y el momento justo para lanzar el contraataque. El público comenzaba a impacientarse, se escuchaba algún abucheo ante la falta de tensión, esto lanzó al negro contra Butch. Con toda su energía descargó una ráfaga de puños pesados que lanzaron al luchador contra las cuerdas. Uno, dos, tres, decenas de golpes impactaban en su cuerpo; uno, dos, uno, dos, su cuerpo parecía un saco que servía de entrenamiento, mantenía la defensa firme pero tenía las costillas muy castigadas, sus dorsales comenzaban a acusar el castigo y habían enrojecido. Uno, dos, el tercer golpe le dejó sin aire, había logrado vaciarle los pulmones, bajó la guardia y un directo impactó en su frente. Se dejó caer sobre la lona, sabía que era el momento de descansar unos segundos.
- Quédate quieto. No te muevas y acaba con esto. – Joey se había puesto al límite del ring y mirándole a los ojos le daba instrucciones para que terminase con el combate. Butch le miraba sin hacer ningún gesto sólo escuchaba la cuenta: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete… se levantó a falta de tres segundos. El árbitro le cogió los guantes y le miró las pupilas para comprobar que podía seguir, asintió con la cabeza y se reanudó el combate.
- Se me está hinchando la ceja, tengo que protegerme el ojo izquierdo. – Era capaz de planificar el combate mientras el otro luchador se lanzaba a tumba abierta contra él, volvió a descargar sus guantes duros como rocas sobre su cuerpo. Intentaba abrirse camino hacia su cabeza, las prisas le llevaban a buscar el camino más rápido para tumbarle.
- Es el momento. – Intuía, tras años de experiencia, que era el punto del combate, justo al final del primer round, en el que debía contrarrestar lo que se le había venido encima.
Butch bajó la guardia un instante, el negro picó el anzuelo y lanzó un directo sobre su cara, esquivó el golpe haciendo una torsión de cintura y dejando a su contrincante sin defensa. Aprovechó la postura en la que se había quedado para lanzar un crochet que aterrizó en el lateral de la cara del contrario, éste trastabilló perdiendo el equilibrio, Butch lanzó un directo con la diestra que destrozó la nariz del negro. Cayó contra las cuerdas, rebotando y volviendo contra el veterano boxeador, éste lanzó una ráfaga contra su cuerpo y el negro se abrazó a Butch para evitar un destrozo mayor. El público rugía, querían ver como se aniquilaban, como se jugaban la vida frente a viejos sebosos ocultos bajo la nube de humo de sus enormes puros. Ambos estaban agotados, bailaban agarrados como una vieja pareja esperando el final del último compás. El árbitro les separó, volvieron a alejarse. El negro esperó, algo había cambiado en su mirada, había miedo, el arrojo inicial comenzaba a ser sepultado por la precaución. Butch le escudriñaba, sangraba por la ceja, tenía los costados enrojecidos y el cuerpo triturado pero le había lanzado un mensaje claro: vendería cara su derrota.
Sonó la campana, el primer asalto había terminado, cada uno volvió a su esquina y se sentaron sobre sus banquetas observándose con detenimiento. El combate acababa de comenzar y tenían claro que iba a ser uno de los más difíciles que habían disputado, habían derramado su sangre y sabían que teñirían la noche de rojo.

Nacho Valdés.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora me he enganchado del todo. Me gusta el ritmo que metes durante la pelea.
Sigo en el público pidiendo más.

un abrazo
GDB

laura dijo...

Cariño, me encanta como va avnzando la historia!!!!!!!No sé si puedo esperar a la semana que viene para ver como continúa.Enhorabuena, creo que esto es de lo mejor que has escrito!Un besazo.Laura.

raposu dijo...

No sigue pillando la historia. Realmente bueno.

Besos.

paco dijo...

A estas alturas Butch ya no es simplemente el vehículo de una historia. Es ese tipo que conocemos y que nos cae bien porque, débil como todos, capaz de cualquier mezquindad y de todo lo abyecto que la cualidad humana trae aparejada, sin embargo le echa pelotas al asunto y sufre y paga las consecuencias (y esto le asemeja a un héroe trágico, pero con uso de albedrío). En otras palabras, dimensión y profundidad de personajes conseguida. ¡Queremos más!

Sergio dijo...

No sé si Butch se hará con la victoria final pero, lo que sí está claro es que tú has ganado el combate literario y emocional con suficiente solvencia como para levantar ya el puño del campeón.
Felicidades, éste ha sido el mejor de todos.

Sr. Amarillo dijo...

Coincido con el resto del público: creo que es de lo mejor que has publicado por aquí.

Y, como la semana pasada, espero con ansia la continuación.

Anónimo dijo...

buuuf tremenda historia, es buenisima ese es el espiritu de cualquier deportista hasta la victoria simpre.buenisima.

borja(waters)jaja