lunes, febrero 09, 2009

En el ángulo muerto Vol. 2




Un vaso de leche

Lo primero que hice fue deshacerme de toda la leche que tenía en casa, la tiré sin pensármelo por el fregadero esperando que esto le hiciese desistir de sus visitas. Su presencia estaba asociadas a esa bebida y esperaba que el no encontrarla le hiciese abandonar, pero nada más lejos de la realidad. Me fui a la cama, esperando no encontrarlo cuando me despertase. Cuando, como todas las noches, fui a la cocina lo volví a ver en ropa interior sentado a la mesa. En esa ocasión se había puesto una tapa de queso y un vaso de whisky, pero no uno cualquiera, sino el más caro que tenía en casa. Al verle de esa guisa y con mi bebida me enfadé bastante, le dediqué una mirada furibunda pero ni se inmutó. Pensé que ese era uno de los problemas de tratar con un espectro. Al final, el pobre acabó por darme pena y decidí quedarme a escuchar sus batallitas. Como siempre me tuvo en vela hasta el alba continuando con su costumbre de irse sin avisar.

Estaba claro que iba de mal en peor, tenía que buscar otra treta para lograr desembarazarme de él. Pensé que el problema estaba en que siempre lo veía cuando iba a beber agua, así que pondría un vaso en mi mesita y así no tendría que encontrármelo. El plan era perfecto, le dejaría deambular por la casa hasta que se aburriese, permitiría que se comiese y bebiese todo lo que le diese la gana para que saliese de una vez de mi vida. Cuando me desperté recordé el agua y encendí la luz para buscar el vaso, la sorpresa fue mayúscula cuando me encontré a Joey sentado a los pies de mi cama. Estaba claro que el tío no se daba por vencido, decidí ir con él a la cocina y dejarle allí, pero acabó por convencerme de que escuchase sus anécdotas.

La situación se había vuelto insostenible, si no se iba por las buenas se iba a ir por las malas. Se lo había intentado explicar por activa y por pasiva, me había deshecho de la leche y de las bebidas alcohólicas, me había quitado la costumbre de beber por las noches; en definitiva, estaba privándome de muchas cosas por culpa de un rockero pesado que había decidido atormentarme.
Me puse a investigar sobre su vida y sobre el grupo, quería encontrar algún punto flaco que me permitiese echarle para siempre. Me llamó la atención las desavenencias que había tenido con Johnny, parece ser que éste le había birlado la novia y no se habían hablado en años. Ahí es donde encontré el punto para atacar.

A pesar de que me parecía un poco cruel, busqué un póster de Johnny y lo colgué en la cocina. Cuando por la noche me lo volví a encontrar algo había cambiado en Joey, por primera vez iba vestido y me miraba furioso. Me increpó por tener la imagen de su compañero colgada; yo le expliqué que era mi casa y que si no le gustaba ya sabía lo que tenía que hacer. Sin pensárselo dos veces, el tío se esfumó en el aire sin dejar rastro, parecía realmente ofendido. Por supuesto, a pesar del golpe bajo que le había asestado, me alegré de que me dejase en paz. Mi vida ha vuelto a la normalidad y ahora hasta recuerdo con cariño las conversaciones con Joey.

Nacho Valdés

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Divertida historia. Espero no levantarme esta noche y verme a Bob fumando, sería un tanto problemático, pero oye, si me invita, no le voy a hacer un feo, es un mito al fin y al cabo.

raposu dijo...

Espero que estas cosas solo pasen con los artistas difuntos. Imaginate que Falete se instala en tu cocina....

Sr. Amarillo dijo...

La verdad es que lo de Falete si que sería todo un problema, porque a ese siempre que tenga comida no hay quien lo tire.

Divertida historia

Anónimo dijo...

Hola Nacho,
me gusta mucho esta nueva etapa...Espero impaciente la historia de la semana que viene.
¿Estais este finde por Madrid?
Manuela

Nacho dijo...

Gracias por la crítica amiga Manuela, se agradecen cuando se empieza algo nuevo.
Sí, este finde estamos por Madrid, ya he hablado con Jorge y, en principio, queríamos vernos el sábado.

Besos y gracias otra vez por seguir mis relatos.

Anónimo dijo...

Hola cariño, he disfrutado mucho con el final de la historia que para mí es una de las más graciosas que has escrito, estoy deseando que cuelgues otra!
Manu, nos vemos este finde!
Un besazo.
Laura.

Anónimo dijo...

Míralo por el lado bueno, Nacho, por lo menos era el espíritu de Joey Ramone, que aún a las malas puede tener algo interesante que decir. Imagínate que hubiera sido de ti si se te aparece, por ejemplo el espíritu de la Jurado (que esa sí que te dejaba sin whisky).

En fin, un saludo. Interesante encontrarte de esta forma.