jueves, febrero 05, 2009

Confesiones del Comandante Stratocaster Vol. 15

WAR!

Caronte se había vestido de pingüino y distribuía entradas con derecho a consumición a cambio de un óbolo. La escalera de caracol te hacía penetrar en el mundo oscuro, peligroso y altamente pecaminoso donde Fausto había vendido su alma al diablo. La barra era el primer nivel de los infiernos y una vez superado ya podías penetrar en las innumerables salas, cuevas y escondrijos donde las almas penaban y sufrían tormento, restregándose unos con otras y entregándose sin pudor a las pasiones. Ya total, estando condenados en los mismísimos infiernos, para qué cortarse.

Y allí, al fondo, refulgente entre estrobos y luces psicodélicas estaba ella, la diosa, bailando sola, porque sólo bailaba cuando la pista estaba vacía y siempre rechazaba cualquier invitación y sugerencia. Era como una estatua en movimiento, con un cuerpo de Venus, pero más fea que pegar a un padre con un calcetín sudado.

Su forma de moverse, su ausencia, su hieratismo y su nariz de boxeador retirado le daban a cualquier música una nueva e insospechada dimensión, sobre todo si era tan contundente como.... WAR!

2 comentarios:

Nacho dijo...

Tengo que decir que llevo años rasteando de quién era este tema, cuál era el título y demás.
Me encanta, lo he escuchado en multitud de ocasiones pero sin ocasión de preguntar a nadie quién era el artista.

Gran elección y un aprendizaje para mí.

Abrazos.

Sergio dijo...

La calidad literia de esta sección va en aumento. Felicidades me ha gustado mucho. Creo que se podría enlazar con algún Nueva York sin Queso de los que hay por ahi.
Nos vemos