jueves, diciembre 01, 2011

Vietnam (Vol. 12)

Creí
que todas esas palabras
eran de verdad.
Rocas de un mar nocturno
para el barco de nuestro destino.
Pero a medida que las iba expulsando
como en un largo y sufrido parto
entendí que poco o nada decían de nosotros
esos adornos crespusculares sin luz verdadera.
Hoy,
sintiéndolas extrañas a pesar de ser mías,
encuentro mucho más cercano
un simple te quiero
a todo ese proyecto de ruina planificada.
Ahora que ya nunca estoy solo
no me reconozco en mis partes oscuras
esas que tanta luz tuvieron
y que en este instante parecen formar parte de otro yo
anquilosado en un pasado lejano.
De vez en cuando la pistola da la vuelta
y apunta a mi cara
pero nadie hay para apretar el gatillo
porque sé que no vale la pena morir
que toda mi vida esta en sus ojos y en sus manos
porque hoy soy otro
mucho mejor de lo que nunca fui.
Es por eso
que las falsas palabras nunca harán sombra
a una mañana abrazado a mis hijos
soñando con todo lo que nos queda
por vivir.

2 comentarios:

nacho dijo...

Creo que es síntoma de madurez el ir aceptándose en las distintas etapas vitales. Me da la impresión de que tocas este tema y la verdad es que lo enfocas de forma muy lírica y, en algunas partes, siéntome reconocido.

Buen Vietnam.

Abrazos

Sergio dijo...

Merci...