lunes, diciembre 12, 2011

En el ángulo muerto Vol. 127



Diario de una duquesa

Debo reconocer que, a pesar de haber enterrado ya a mis dos antiguos maridos, estoy realmente nerviosa con el acontecimiento que se avecina. No puedo evitarlo pues, independientemente de la preeminencia de mi figura al final, como el vulgo, yo también tengo mis sentimientos y este tipo de eventos me afectan emotivamente. Qué le vamos a hacer, la sangre azul no termina de inmunizar para este tipo de asuntos mundanos.
Para quien no me conozca, dudo que en este país haya mucha gente en esta situación, mi nombre es Cayetana Fitz-Stuart y Silva o, como se me conoce vulgarmente; la Duquesa de Alba. Pertenezco a una familia que desciende directamente del rey Jacobo II de Inglaterra por línea directa, aunque esto no nos gusta destacarlo, de un hijo bastardo que como buen monarca tuvo lejos del regazo del matrimonio. Soy, según dicen, la persona del mundo que más títulos nobiliarios posee y, por poner un ejemplo, soy cinco veces duquesa y catorce veces grande de España. Es decir, tengo un reconocimiento que va acorde a mi abolengo y al cariño que la plebe, de manera habitual, me profesa haya donde voy. Por supuesto mi categoría social debe ir acompañada de vastas posesiones, fincas, palacios y demás componendas que van de la mano con la nobleza. Estoy orgullosa de lo que tengo en mi poder pues, en mi opinión, si todo esto estuviese en manos de particulares o gobiernos se echaría a perder. Como decían antes sería como echar margaritas a los cerdos, si no tienes una formación adecuada, si no te has criado en este tipo de residencias admirando el legado artístico que tu familia ha ido acumulando durante generaciones difícilmente podrías cuidarlo. Esto no es una opinión, para mí es un hecho constatado pues he comprobado como decenas de nobles venidos a menos han visto su herencia desmenuzada a manos de sus herederos hambrientos de dinero y de llevar una vida de excesos y sin limitaciones de ningún tipo. Por este motivo he procurado educar a mis hijos desde el respeto al pasado, la tradición y demás valores que sustentan la Casa de Alba. En fin, este es otro cantar del que seguro tendré tiempo de hablar.
Lo que quiero transmitir, por medio de estas confesiones, son mis sensaciones antes del enlace con mi futuro marido: Alfonso Díez. Pretendo dar una imagen de normalidad y compartir, con todos aquellos que me profesan su admiración de forma constante, mis sentimientos acerca de esta boda que, para ser fiel a la verdad, me tiene últimamente un tanto nerviosa. De hecho, el médico me ha recomendado que baje el ritmo con los preparativos y demás pues el otro día me subió la tensión y tuve un pequeño vahído que me tuvo indispuesta y no me permitió hacer una de las pruebas del vestido de boda que Víctor y Luis están haciendo para mí. Para el que no lo sepa, pues yo les trato con la familiaridad que los muchos años de amistad merece, son Victorio y Lucchino, esos genios andaluces de la moda que tanto amo. El caso es que una vez repuesta pude probarme su creación y, para no engañar a nadie, debo decir que me vi la novia más guapa del mundo. Ya sé que tengo unos años pero nadie como unos amigos de toda la vida para realzar mis virtudes naturales, debo decir que estoy muy satisfecha y espero que todos los asistentes, en especial Alfonso, por supuesto, se queden sin habla cuando me vean acercarme a la capilla de mi Palacio sevillano. Para la noche de bodas, pues todavía no he yacido con Alfonso y él parece ser de mi misma postura y quiere esperar al momento idóneo, tengo preparada una sorpresa que, a buen seguro, no le dejará indiferente. Si lo veo adecuado, ya hablaremos de esto más adelante, cuando esté en alguna playa paradisiaca disfrutando de mi luna de miel.
Por el momento estoy contenta con el apoyo que estoy recibiendo y con el calor que me llega del pueblo pues parece, y no es una impresión mía, que la ciudad se está engalanando y volcándose en mi boda. Debo decir, antes de terminar con esta primera entrega de mis testimonios, que estoy tremendamente satisfecha y feliz con el trato que toda España está ofreciéndome desde que el populacho se enteró del feliz acontecimiento. Tengo innumerables felicitaciones y ofertas para pasar la noche de novios en hoteles, pueblos y ciudades a lo largo y ancho de toda la geografía patria. Incluso me han ofrecido televisar la ceremonia y, aunque me he negado para mantener cierta intimidad, debo decir que es un detalle que me ha llegado a lo más profundo pues no esperaba este interés por parte de medios, pueblo e instituciones. En fin, la próxima semana revelaré más secretos.

Nacho Valdés

4 comentarios:

Sergio dijo...

Corazones Hambrientos es ahora la Cuore¡
Recelos monárquicos en anteriores entregas y ahora desnudando a la nobleza de Spain.

Acabarás entre rejas...

raposu dijo...

Las malas lenguas aseguran que Cayetana se casaba de penalty...

nacho dijo...

Uf, la verdad es que no dejas de sorprendernos, lo que menos me esperaba era ver aquí a la duquesa.En fin, para la segunda parte te propongo que nos hables del momento en que intentó tirar el ramo...
Un beso.
Laura.

Muchacho_Electrico dijo...

tal y como van sucediendo los últimos ángulos de Nacho no es de extrañar que,tarde o temprano, nos hable de su devoción por Operación Triunfo