martes, febrero 23, 2010
Retratos (Vol. 7)
Tico
A veces las formas más pequeñas son las que causan estragos más grandes. Y si hablamos de tamaños, no había nada tan menudo como Tico.
Llegó a nosotros como suelen llegar las mejores cosas, sin previo aviso. Y desde ese primer dia, nos dimos cuenta de que era especial.
Nos unió en un momento de extrema aspereza sentimental. Volvió a entrelazar mis manos con las de ella, consiguiendo que regresáramos juntos para andar en una misma dirección. Se convirtió en una pequeña fuente de energía alrededor de la cual todo giraba. No me equivoco si digo que, sin él hoy no estaría donde estoy, esperando un hijo que el pequeño Tico ayudó a concebir.
Toda su fragilidad despertó en nosotros el sentimiento materno y paterno. Nos hizo mejores personas. Ahora se ha ido y no logró encontrar panacea para un vacío tan grande que un cuerpo tan mínimo ha podido dejar.
Sé que no me olvidaré de él. Ni de su mirada perdida y su andar patizambo. Con el tiempo también le hablaremos a Marc de Tico y de lo que ayudó a construir. Un hogar, un amor, una familia. A fin de cuentas, una vida.
Te echo de menos.
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2 comentarios:
Muy lindo Sergio, has conseguido emocionarme, estuve con el poquito pero se todo lo que hicisteis por el para que se sintiera feliz en esta vida tan "perra" que le había tocado vivir. Un abrazo
Bellas palabras para un merecido homenaje al pequeño gran Tico, lo tendremos presente.
Gran escrito.
Besos.
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